© 2018 Suzanne Kelly, David Elders, David Linthicum, Rick Lyon
© 2018 Asociación Internacional Urantia (IUA)
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Suzanne Kelly, EEUU
Saludos, amigos lectores de El libro de Urantia.
En este número del Journal de noviembre tenemos varios artículos que se centran en el entendimiento personal que surge del estudio de El libro de Urantia. Nuestro primer artículo, El propósito de la quinta revelación de época, fue escrito por miembros del grupo de estudio de la Costa del Sol de Queensland (Australia) en 1990. Un miembro destacado de ese grupo por aquel entonces era Ken Glasziou, bien conocido en la comunidad Urantia por sus numerosos escritos científicos. El ensayo comienza con una pregunta muy importante: «¿por qué esta revelación nos llega específicamente en esta época y no mil años antes o mil años después?». La respuesta ayuda a construir los motivos. Parafraseando una cita del documento 99: «En el pasado, la religión no tenía que ajustar su actitud a los cambios extensos en los sistemas económicos y políticos; hoy la rapidez de los cambios en las condiciones de vida es tal que las modificaciones institucionales deben acelerarse considerablemente y la religión debe acelerar su adaptación a un orden social en constante cambio. Se nos dice que estos períodos de gran inestabilidad durarán mil años, que la raza humana debe reconciliarse con una procesión de cambios, ajustes y reajustes y que la humanidad está en marcha hacia un destino nuevo y no revelado».
Otra pregunta que se plantea trata sobre cómo conseguimos divulgar estas verdades. ¿Debemos ser discípulos o apóstoles? Como discípulos nos convertimos en seguidores o estudiantes de un instructor: «Una diferencia entre discipulado y apostolado tal como la expone Jesús es que cuando llevamos a cabo el apostolado elegimos representarlo en el mundo de la misma manera que él representó al Padre en su vida mortal en Urantia. Es ciertamente una empresa rigurosa, pues representamos a Jesús en el mundo no por las palabras que decimos, sino por las vidas que vivimos». Nuestros autores abordan sucintamente esta directiva «para hombres y mujeres con visión espiritual y con las habilidades y capacidades necesarias, que utilicen El libro de Urantia como fuente para realizar esos trabajos secundarios que permitan que las enseñanzas del libro penetren en todos los segmentos de la sociedad y atraigan así…»
… todo lo que hay de bueno en la mente del hombre y desafiará lo que hay de mejor en el alma humana. [LU 2:7.10]
¿Son ustedes discípulos o apóstoles?
Grupo de estudio de la Costa del Sol (Queensland, Australia), 1990
¿Es el reclutamiento de auténticos apóstoles?
¿Cuál es el propósito específico de la quinta revelación de época en este planeta? Si bien para muchos lectores de El libro de Urantia la respuesta puede ser obvia, no lo es tanto para los que están familiarizados con los conceptos y enseñanzas más elevados del cristianismo y de otras religiones y filosofías del mundo. Si exceptuamos la información detallada sobre la estructura jerárquica de las huestes celestiales que no tenemos forma de verificar, gran parte del contenido del libro aparece en otros lugares. Los aspectos científicos del libro tampoco aportaron muchos conocimientos nuevos en el breve lapso de tiempo que siguió a su publicación.
Quizá la respuesta más sencilla sea que se nos ha dado para que reconozcamos nuestra filiación con el Padre y la hermandad de todos los hombres. Pero ese mensaje no es nuevo, luego ¿tiene algún otro propósito esta revelación? Sin duda parte de este propósito es rectificar los errores que han invalidado parte de la efectividad de la cuarta revelación de época. Otro propósito sería el de ampliar nuestros conocimientos sobre cuál es nuestro lugar en la totalidad de la creación de Dios. Pero ¿por qué esta revelación nos llega concretamente en esta época y no mil años antes o mil años después?
David Elders, EEUU
La pedagogía de la Escuela de El libro de Urantia en Internet
Ofrecemos este artículo como un recorrido por la pedagogía y la metodología de la Escuela de El libro de Urantia en Internet (UBIS) que responde a una pregunta provocadora: ¿se puede facilitar con éxito nuestro encuentro con verdades recién reveladas y de época mediante el empleo de técnicas pedagógicas evolutivas, o puede comprenderse la verdad revelada utilizando las enseñanzas interpretadas de las religiones evolutivas basadas en la autoridad?
Diría que es la naturaleza combinada de la revelación y el proceso revelador los que determinan cómo se encuentra, accede, experimenta, percibe y aprende la verdad revelada para facilitar su integración en el alma del buscador de la verdad. No creo que esto sea posible usando solo el intelecto, sino accediendo a la verdad en nuestra consciencia moroncial progresiva (el alma). Hace unos dos mil años Jesús buscó que las autoridades religiosas existentes, establecidas y evolutivas aceptaran y certificaran su revelación (escribas y fariseos). Pero como la verdad revelada está destinada a elevar y sustituir las creencias evolutivas existentes, fue rechazada entonces por esos líderes aunque se acabó integrando espiritualmente en la consciencia humana mediante el poder vivo de la vida de Jesús, el Espíritu de la Verdad, el otorgamiento consiguiente y universal de Ajustadores y en el momento presente mediante el don de la quinta revelación de época a nuestro mundo. En verdad la crucifixión de Jesús representó la reacción evolutiva consciente de la autoridad religiosa para destruir las verdades recién reveladas que se veían como un reto a las teologías y creencias existentes. ¿Es esa reacción un aviso para nosotros hoy en día?
David Linthicum, EEUU
(Nota de la redacción: Este artículo se publicó por primera vez en el Journal de noviembre de 2018. Fue adaptado de un discurso plenario pronunciado en la conferencia de los Países Bajos de 2018. Lo volvemos a publicar en memoria del difunto David Linthicum, que falleció el 1 de junio de 2022.)
El tema de la X Conferencia de la Asociación Urantia Internacional, en los Países Bajos, era «Jesús como instructor». Cuando me pidieron que fuera uno de los presentadores pensé que sería una gran oportunidad, aunque nunca había dado una charla plenaria.
En la conferencia 2016 de San Antonio (Texas) presenté mi primer taller, así que decidí ampliar el tema de ese taller para mi charla plenaria de Holanda. El taller se titulaba «El cuentagotas, la cuchara y la pala».
Se me ocurrió la idea basándome principalmente en mi experiencia intentando conseguir que mi familia y mis amigos leyeran El libro de Urantia.
Encontré El libro de Urantia y terminé de leerlo de principio a fin en 1996. Como muchos de nosotros, estaba impaciente por compartir este maravilloso libro con las personas más cercanas a mí, mi familia y amigos. ¡Estaba deseando contarle a mi mejor amigo las buenas noticias! Había descubierto un verdadero tesoro, algo que estaba más allá de mi imaginación.
Un día le compré un libro a mi amigo y se lo entregué diciendo: «Tío, ¡TIENES que leer esto!». ¡Estaba enardecido! Esperaba que mi mejor amigo estuviera tan emocionado como yo. Quería que lo leyera y así podríamos compartir nuestros pensamientos, como cuando leíamos a Carlos Castaneda y los libros de J.R.R. Tolkien en años pasados.
Digamos que las cosas no fueron como había esperado. Mi amigo nunca leyó el libro. Mi esfuerzo fue un fracaso total. Más tarde supe que se lo enseñó a su esposa, que lo hojeó y declaró que era obra del diablo. Me sentí desconsolado y decepcionado.
Rick Lyon, EEUU
(Adaptación de una presentación dada en la Midwest Conference 2018)
Todos nos hemos enfrentado a una crisis familiar en algún momento (de hecho en muchos momentos) de nuestra vida. Algunas las creamos, en otras somos sus víctimas y otras simplemente suceden.
Este artículo va a tratar sobre crisis familiares. El objetivo es ayudarnos a ver cómo las crisis afectan a nuestra familia, las barreras para superar las crisis familiares, cómo hemos abordado crisis anteriores, encontrar mejores maneras de resolver crisis futuras y tal vez evitarlas.
Veamos ahora mi crisis familiar personal como ejemplo. La mayor crisis de mi familia fueron los problemas físicos y mentales de mi segundo hijo, Brad. Nació en noviembre de 1978, el mismo año que descubrí El libro de Urantia, y falleció en septiembre de 2010.
El Journal se publica dos veces al año y contiene artículos y ayudas al estudio de lectores y para lectores de El libro de Urantia. Todas las interpretaciones, opiniones, conclusiones o representaciones artísticas, ya sean declaradas o implícitas, son de los autores y no representan necesariamente los puntos de vista y opiniones de la Asociación Urantia Internacional, de las asociaciones Urantia nacionales o locales, o de la redacción del Journal.
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