© 2023 Olga López
© 2023 Asociación Urantia de España
Boletín de la Asociación Urantia de España
Luz y Vida — enero 2023
M. José Sánchez Santamaría
La imagen de Dios
José entra en la casa, cansado de un día de trabajo en Séforis. Su saludo, como siempre, es lacónico. No es hombre de muchas palabras. María responde como de costumbre: una palabra de bienvenida, una pregunta sobre su jornada, y cuando él se ha acercado a la mesa de piedra, entonces un gesto que, en ese ambiente de risas y parloteos infantiles, establece entre ellos una corriente de complicidad: una mano que se apoya en el hombro, una palmada cariñosa en la cabeza, un trapo de agua fría con el que se refresca y limpia el polvo del camino acumulado en ese rostro aún joven, pero que empieza a mostrar los primeros surcos.
Lo cierto es que, aunque quisieran hablar más, lo tendrían difícil con Jesús de por medio. Este muchacho habla por los codos. Pregunta y responde con frecuencia. Cuenta todo lo que le ha pasado: que hoy estuvo con los pastores buscando la oveja que se perdió ayer y que estaba caída en un pozo con una pata quebrada; que la cosecha de este año va a ser muy buena porque se lo ha dicho el nieto de Zacarías… «Este crío habla con todo el mundo, ¿cuándo ayudas a tu madre?», murmura José, queriendo parecer enfadado pero, en el fondo, sonriéndose por su alegría y desparpajo.
José bendice la mesa y comienza la cena, disfrutando todos del pan y las lentejas. Una pequeña familia que, como tantas otras, disfruta de las alegrías y risas de los niños y niñas que comen de la misma olla. La cháchara de Jesús va cesando, apoya la cabeza en la mesa y se queda dormido. María va conduciendo a sus hermanos a la esterilla cercana y José se queda mirando a ese fascinante hijo. Lo intuye distinto, especial. Rememora tantos momentos en los que se ha sorprendido y admirado de su manera de ver a Dios. Como aquella vez en la que hablan de lo que le ha pasado a la vecina Tamar, enferma de lepra, y a la han expulsado del pueblo con pedradas. Tras unos momentos caminando juntos por la colina Jesús pregunta:
—¿Es leprosa porque Dios se ha enfadado con ella?
José no sabe qué contestar, pero Jesús, como siempre, contesta a sus propias preguntas:
—No, Dios no puede ser tan cruel.
José le mira sorprendido y entonces dice al niño:
—Sí, Dios es bueno.
Jesús sonríe, confirmando sus intuiciones, y siguen caminando en silencio. Después de comer juntos, vuelve a la carga con otra pregunta:
—Papá, ¿cómo de bueno es Dios?
—¿Qué quieres decir?
—¿Es bueno como el rabí? —pregunta el niño.
—Es mejor que el rabí de la sinagoga —responde José sin dudar, recordando ciertos hechos acontecidos que prefiere no airear.
—¿Es bueno como un pastor cuando cuida el ganado?
—No, Jesús; creo que Dios es mejor que un pastor-—sonríe José.
—¿Es Dios bueno como un padre? —pregunta Jesús.
José no duda un momento, pues sabe que él mismo es un pecador y a menudo se siente tan indigno que Dios no puede ser como él.
—No, Jesús, Dios es mejor que un padre.
El niño calla y luego se ríe.
José le mira y se pregunta qué vendrá ahora…
—Papá, Dios no puede ser más bueno que tú.
Lo dice sin bromear, con la seriedad que a veces asoma a sus ojos profundos y sonrientes y en ellos ve admiración, gratitud, confianza, amor… José siente un nudo en la garganta y los ojos se le llenan de lágrimas. Se vuelve rápido, pues no quiere que su hijo lo vea así.
Y ahora, en la noche, mientras su hijo duerme, él recuerda esa escena., vuelve a sentir la sorpresa, el estremecimiento al percibir que, cuando este niño le habla de Dios, todo parece distinto y hasta él se siente mejor. Entonces le vence el cansancio y solloza en silencio por todo lo que no entiende, por todo lo que ha quedado en el camino y por todo lo que intuye. María se le acerca, una vez acostados los críos, se sienta junto a él, le limpia las mejillas húmedas con una caricia y, en silencio, abraza a su esposo y también mira a su adormecido primogénito.
¡Qué difícil es hablar de Dios! Cualquiera que lo quiera hacer tiene que saber que seguramente está desvariando un poco, y probablemente Dios se sonríe ante nuestros intentos de entenderlo y describirlo.
Charla sobre meditación y adoración (Mariano Pérez)
En este trabajo, que se ofreció como presentación en una sala virtual, el autor amplía lo que expresó en un trabajo anterior sobre oración y adoración, solo que en este caso se centra exclusivamente en la meditación y la adoración. Según el autor, estos dos conceptos van muy unidos, y se encarga de exponerlo en esta charla, que cuenta con dos presentaciones PowerPoint de apoyo: la primera, sobre la adoración, está disponible aquí; y la segunda, sobre la meditación, se puede descargar aquí.
El Ser Supremo y conceptos previos (Rafael Mondéjar)
Al inicio de este trabajo, el autor nos dice: « Cuando comencé a informarme sobre la existencia del Ser Supremo, tuve la idea de que se trataba de una realidad algo compleja, pero cuando profundicé un poco más, esa complejidad inicial creció en mí hasta alcanzar los límites de una enorme confusión, porque lo que en principio me parecía que era una sola deidad, comprendí que, aunque en efecto así lo sea o lo vaya a ser en un futuro lejano, lo cierto es, que en un presente casi interminable parece tratarse de tres deidades distintas: el Ser Supremo, el Todopoderoso Supremo y Dios Supremo.» Y justamente a desentrañar las diferencias entre esas tres deidades se dedica el autor en su exhaustivo y detallado trabajo.
¿Dónde están las Hijas de Dios? (Marion Steward)
Como nos dice la autora: «El Universo está a rebosar de Hijos de Dios, comenzando por el Hijo Eterno, siguiendo por todos los Hijos descendentes, Hijos Paradisíacos de Dios (Hijos Creadores), Hijos Magisteriales e Hijos Instructores Trinitarios; después por los Hijos de Dios de los Universos Locales – Hijos Melquisedek, Hijos Vorondadek, Hijos Lanonandek, Portadores de Vida y numerosas órdenes no reveladas de Hijos Trinidizados. Luego tenemos los Hijos ascendentes –fusionados con el Padre, fusionados con el Hijo y fusionados con el Espíritu, mortales, serafines evolutivos, Hijos Materiales ascendentes, seres intermedios y Ajustadores personalizados». Pero ¿qué pasa con las Hijas? A raíz de esta pregunta, la autora va desarrollando una explicación interesante sobre cómo enfocan los reveladores la diferenciación por géneros.
La búsqueda de la felicidad a la luz de las enseñanzas de El Libro de Urantia (Olga López)
El trabajo comienza con estas observaciones de la autora: «Vivimos en unos tiempos en los que parece que la felicidad es la meta última de nuestra vida, aunque su búsqueda ha sido una constante en la historia de la humanidad… Pero ¿es verdaderamente la felicidad nuestra meta en la vida? ¿Hay una única manera de conseguirla? ¿Se puede encontrar la felicidad en las cosas materiales?». Justamente para responder a esas preguntas, la autora se asoma a las enseñanzas del libro y hace un repaso a las referencias que se hacen sobre la felicidad.
RELATO PERIODÍSTICO DE LA VIDA Y ENSEÑANZAS DE JESÚS SEGÚN EL LIBRO DE URANTIA
Os presentamos la siguiente entrega de las crónicas de la vida de Jesús, que en esta ocasión contiene lo que nos cuentan los reveladores en el documento 140 (La ordenación de los doce). Dentro del PDF veréis un botón desde donde acceder al texto del documento desde el sitio web de la Fundación Urantia.
Continuamos repasando el trabajo secundario Una guía infantil hacia El Libro de Urantia, de Mary Livingston. Este es el siguiente capítulo, dedicado a la época en la que Jesús tenía diez años, y comienza así:
«Nació la segunda hermana de Jesús. La llamaron Marta. Los hijos de José y María eran seis, así: Jesús, Santiago, Miriam, José, Simón y Marta. La casa constaba de una sola pieza grande. Pero José construyó otra pieza junto a la casa. Ese cuarto servía de taller durante el día y de dormitorio durante la noche. Fabricó también un pequeño banco de carpintería para Jesús. Por primera vez Jesús contaba con herramientas propias. Con frecuencia trabajaba en el banco y llegó a ser muy hábil en la fabricación de yugos para animales.»
Descarga del capítulo completo en formato PDF
El cielo no es la última parada (Sheila Keene-Lund)
Sheila Keene-Lund, la autora, es una lectora veterana de El Libro de Urantia que en esta su primera obra hace un repaso a título introductorio sobre el contenido del libro de una manera muy amena y comparando con lo que se afirma desde las diferentes ramas del conocimiento humano. Pero no solo eso: también comparte su viaje personal de búsqueda de la verdad, así como las recetas para vivir la vida con propósito y de acuerdo a las enseñanzas del libro. Es sin duda una introducción muy bien planteada y expuesta, que puede llevar a los buscadores de la Verdad a la fuente original: El Libro de Urantia.
El tema de la reencarnación siempre resulta controvertido entre los lectores de El Libro de Urantia, pues a pesar de que las enseñanzas del libro son muy claras al respecto (no existe la reencarnación como regreso a este mundo en otro cuerpo), sí que es cierto que hay fenómenos que parecen no tener explicación sin considerar la hipótesis de la reencarnación, como son los niños que recuerdan vidas pasadas. Con la información y la visión general que nos ofrecen las enseñanzas del libro, el autor pasa a plantear en este vídeo unas interesantes explicaciones a estos fenómenos que merece mucho la pena considerar.
Podemos ver en nuestra naturaleza humana que el cambio nos cuesta, vemos como muchas personas no hacen un cambio y buscan evitarlo hasta que las cosas se ponen tan feas y se sienten tan mal que ya no pueden seguir como de costumbre.
Esto es un punto observable y certero a nivel individual y a nivel social. Hemos de sufrir una crisis, un trauma, una pérdida, una enfermedad o una tragedia para ponernos a analizar quiénes somos, qué estamos haciendo, cómo estamos viviendo, qué estamos sintiendo y en qué creemos o qué sabemos para cambiar de verdad.
Con frecuencia ha de darse la peor situación posible para que comencemos a hacer cambios positivos para la salud, las relaciones, la profesión, la familia y el futuro. Pero el mensaje es: ¿por qué esperar a que eso pase?
Podemos aprender y cambiar debido a un estado de dolor y sufrimiento, o evolucionar viviendo en un estado de felicidad e inspiración.
La mayoría hacemos lo primero. Para elegir lo segundo, hemos de concienciarnos de que el cambio seguramente comportará cierta incomodidad, algunos inconvenientes, una alteración en nuestra rutina habitual y una etapa de desconocimiento.
La mayoría ya conocemos la incómoda sensación de ser principiantes en alguna cosa. De pequeños pasamos por varias etapas hasta que aprendemos a leer con fluidez. Cuando aprendíamos a tocar el violín o la batería, nuestros padres seguro que desearon, con la cabeza como un bombo, poder ponernos en una habitación insonorizada. Podemos pensar también en el pobre paciente al que para extraerle sangre le toca un estudiante de medicina que, a pesar de tener los conocimientos requeridos, todavía le falta práctica.
Asimilar conocimientos (saber) y adquirir después la experiencia práctica aplicando lo aprendido hasta que la habilidad se convierta en tu segunda naturaleza (saber cómo) es seguramente el proceso que seguiste para adquirir la mayoría de facultades que ahora forman parte de ti (el conocimiento). De la misma manera, aprender a cambiar nuestra manera de mirar y ver la vida, un nuevo mapa o unas nuevas gafas para interpretar la realidad de nuestra vida, comporta unos conocimientos y la aplicación de esos conocimientos, y es un camino que requiere más y más práctica.
Ojalá queramos transitar este cambio de paradigma, este cambio de visión de la vida sin la necesidad de pasar por los estados de dolor y sufrimiento.
(Assumpció Salat Bertran)
Luis García Bory
Altruismo
«Un carácter fuerte no se forma a base de no obrar mal, sino de obrar bien. El altruismo es el distintivo de la grandeza humana. Los niveles más altos de autorrealización se alcanzan mediante la adoración y el servicio. La persona feliz y eficaz no está motivada por el temor a obrar mal, sino por el amor a obrar bien.» (LU 140:4.6)
Esta es mi sección favorita de El Libro de Urantia, por tres razones:
Ello nos llevaría a concluir que construir un carácter espiritualmente fuerte requiere que elijamos el amor como la fuente de inspiración de nuestro servicio altruista de cada día. Servicio basado en intenciones sinceras de obrar bien, que surjan de la guía divina emergente en la práctica de la adoración cotidiana.
Vivo en una ciudad pequeña de la provincia de La Coruña llamada Narón y que está pegada a Ferrol, ciudad en la que nací. Aunque nací en Ferrol, me crie en Las Palmas de Gran Canaria y en San Fernando (Cádiz). Cuando volví a Ferrol con 17 años me sentí tremendamente desgraciada porque mis amigos de la juventud quedaron en San Fernando. Tengo pareja y un hijo de 13 años.
Llegué a El Libro de Urantia porque durante años busqué libros e información alternativa a la que recibí de mi formación académica y religiosa de catequesis. Después de unos años estudiando Derecho abandoné la carrera por una profunda crisis existencial, tuve una experiencia cercana a la muerte y además hacía tiempo que Derecho no era lo que yo en principio pensé que sería. Lo dejé en cuarto y me fui a una Diplomatura que tenía muchas cosas en común con Historia que era lo que realmente me habría gustado iniciar en la universidad. Acabé la diplomatura y me puse a trabajar y me casé. Durante todos estos años caía algún libro o encontraba información siempre pseudoacadémica que encontraba por vías no oficiales, que me iba abriendo la mente y haciendo que me interesara por conocer aquello que no te cuentan ni en el colegio ni en la catequesis. Aunque sabes en tu interior que hay algo más o la intuición, no lo sé. Leí libros de J.J. Benítez, además de conocer los Caballos hubo un libro que me marcó mucho: La rebelión de Lucifer. También compré libros sobre los evangelios apócrifos, los cristianos gnósticos, los cátaros, los caballeros templarios, María Magdalena y Jesús y el Santo Grial… Todas las leyendas que podía haber alrededor del cristianismo me interesaban, siempre fui una amante de la mitología (griega, romana, nórdica, celta, egipcia) y de la Historia antigua. Desde pequeña he creído mucho en Jesús como mi amigo, mi hermano, mi maestro y mi creador que está cerquita de mi pero muchas veces callado… sin hablar, con el que no he hablado muchas veces por vergüenza, y también con el que me he enfadado muchas veces por su silencio… o tal vez sea mi cabezonería y tontería. Al fin, a los cinco años de ser madre, sobre el 2014 descubrí El Libro de Urantia en internet, en Facebook y en YouTube, además de ser asidua a la página web de JJ Benítez. No me compré el libro hasta unos meses después.
En ese momento estaba en un mal momento personal y sentí al leerlo que era la respuesta a lo que siempre busqué y lloré. Compré la edición latinoamericana en Amazon, y aún no sabía nada de la asociación española de lectores del libro. Empecé a leer los epígrafes que me llamaban la atención, no leí en orden sino lo que quería, enorme libro y tanta información al alcance… aún no lo he leído entero. Encontré el libro porque lo busqué, imagino, y porque lo necesitaba como agua de mayo.
Luz y Vida es el boletín de la Asociación Urantia de España. De 2005 a 2016 se publicó en formato PDF y se distribuía por correo postal y electrónico a la lista de lectores de la asociación, pero actualmente se distribuye en formato boletín (newsletter) a partir de contenido en formato HTML.
Si deseas recibir el boletín en tu correo electrónico, contacta con la asociación para que te suscriban a la lista de destinatarios.
Todos los trabajos y noticias de los lectores y de los grupos de estudio son bienvenidos, así que si deseas compartir algún trabajo secundario, escrito, esquema, imagen, etc., puedes enviarlo a la asociación y lo publicaremos previa evaluación de su idoneidad. Asimismo, la comisión de Comunicación de la junta directiva de la Asociación Urantia de España se reserva el derecho a editarlo para que cumpla unos mínimos de calidad ortográfica.