| Numan, rey de Hirah, hace la guerra contra el rey Zoheir: el héroe salva a su país | Página de portada | El rey Zoheir y su hermano, Asyed |
El príncipe Harith, uno de los hijos de Zoheir, mientras cazaba, un día se extravió por casualidad en un valle, a cierta distancia de la tierra de Shurebah. Allí vio un grupo de mujeres de la tribu de Zohran, y entre ellas destacaba la hermosa hija del jefe, Labna. Se enamoraron a primera vista. Shiboob se las arregló para llevarse a la doncella para su amante; pero su padre, ansioso de venganza, los persiguió con sus guerreros. Harith fue hecho prisionero, pero poco después fue liberado por Shiboob, quien, sin embargo, a su vez, fue capturado. En ese momento, Antar, que regresaba de Hirah, llegó al lugar y rescató a su hermano; y Labna y Harith se reconciliaron. El héroe continuó entonces su viaje a casa; y cuando su pasión por Abla estalló en él, recitó lo siguiente:
¡Oh! ¿Es la fragancia del almizcle, o es itr??
¿Es una voz o la brisa que gorjea sobre el desierto? ¿Que canta de ella?
¿Es un destello de relámpago? ¿O son sus dientes en los páramos, parecidos a la luna llena cuando sale?
¿Es la rama del tamarisco, que dulcemente ondea en la espesura?
¿Es el tallo de la lanza, o su forma?
¿Es el narciso de los jardines, dotado de poderes visuales, o su mejilla, como la manzana intacta?
Deliro por amor a ella; pero que mis injuriadores vean los torrentes de mis lágrimas, ¡que no tienen fin!
[p. 281]
¡Oh Abla! mi corazón por amor a ti sufre torturas: esta frecuente separación y estos ecos me llenan de dolor.
¡Oh Abla! No temas a tus enemigos; porque contra el destino de Dios no hay oposición.
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