1. Saludo a Salmá y a los que habitan en el coto, porque conviene a quien ama tiernamente como yo dar saludo.
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2. ¿Y qué daño le haría si me respondiera con un saludo? Pero las mujeres hermosas no están sujetas a ninguna autoridad.
3. Viajaron cuando la oscuridad de la noche había bajado sus cortinas, y yo le dije: 'Ten piedad de un amante apasionado, marginado y angustiado,
4. A quien los deseos abarcan ansiosamente y a quien se le apuntan flechas veloces dondequiera que se dirija.
5. Ella mostró sus dientes delanteros y un levin brilló, y no supe cuál de los dos desgarró la penumbra,
6. Y ella dijo: «¿No le basta con que yo esté en su corazón y que me vea a cada momento? ¿No le basta?»
1. ‘Salmá’: alude a un éxtasis salomónico (###), que descendió sobre él desde la posición de Salomón en virtud de una herencia profética.
‘En el coto’, es decir, una posición inalcanzable, a saber, la profecía, cuya puerta fue cerrada por Muhammad, el último de los profetas. La experiencia de Salomón de esta sabiduría Divina (###) en la medida en que era un profeta es diferente de su experiencia de ella en la medida en que era un santo, y la compartimos con él solo en el último caso, ya que nuestra experiencia de ella se deriva de la santidad que es el círculo más grande (###).
2. Dios no hace nada por necesidad: todo lo que nos viene de Él es por Su favor. El autor indica esta aparición Divina Salomónica (nukta) con el término ‘estatuas de mármol’ (es decir, mujeres hermosas como estatuas de mármol). Quiere decir que ella no responde mediante palabras, porque si lo hiciera, su habla sería distinta de su esencia, mientras que su esencia es única, de modo que su advenimiento es idéntico a su habla, a su presencia visible y a su audición; y en este sentido todas las Realidades y Atributos Divinos se le asemejan.
3. ‘Ellos viajaron’, etc.: la ascensión de los profetas siempre tuvo lugar durante la noche, porque la noche es el tiempo del misterio y del ocultamiento.
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La oscuridad de la noche, es decir, el velo de lo Invisible, baja las cortinas de la existencia corpórea grosera, que es la noche de este organismo animal, arrojando un velo sobre las sutilezas espirituales y las ciencias nobles que encierra. Sin embargo, éstas no se pueden alcanzar excepto viajando a través de acciones corporales y pensamientos sensuales, y mientras un hombre está ocupado de esta manera, la sabiduría Divina se aleja de su corazón, de modo que a su regreso la encuentra desaparecida y la sigue con su aspiración.
4. ‘Flechas veloces’: describe esta forma celestial como disparando a su corazón, dondequiera que se vuelva, con las flechas de sus miradas, como dijo Dios: ‘Dondequiera que te vuelvas, allí está el rostro de Alá’ (Kor. ii, 109).
5. «Ella mostró sus dientes delanteros», etc., es decir, este amante encontró todo su ser iluminado, porque «Dios es la luz de los cielos y de la tierra» (Kor. xxiv, 35), y el Profeta también dijo en su oración: «Oh Dios, pon una luz en mi oído y en mi ojo», y después de mencionar los diferentes miembros de su cuerpo concluyó: «y haz de todo mi ser una sola luz», es decir, por la manifestación de Tu esencia. Tal manifestación se compara con un destello de relámpago debido a que no continúa. El autor dice que no sabía si su ser estaba iluminado por la manifestación que procedía de esta sabiduría Divina, que le sonreía, o por una manifestación simultánea de la Esencia Divina.
6. ‘Ella dijo,’ etc., es decir, que no me busque desde fuera y que le satisfaga que he descendido a su corazón, de modo que me contemple en su esencia y a través de su esencia en cada momento.