1. Estoy ausente, y el deseo hace morir mi alma; y lo encuentro y no me curo, así que es deseo ya sea que esté ausente o presente.
2. Y el encuentro con él crea en mí lo que nunca imaginé; [p. 142] y el remedio es una segunda enfermedad de la pasión,
3. Porque contemplo una forma cuya belleza, tan a menudo como nos encontramos, crece en esplendor y majestad.
4. Por lo tanto, no hay escapatoria de una pasión que aumenta en correspondencia con cada aumento de su belleza según una escala predestinada.
1-4. Está continuamente atormentado, pues en la angustia de la ausencia espera curarse encontrándose con su Amado, pero el encuentro sólo aumenta su dolor, porque siempre está pasando de un estado inferior a uno superior, y este último inevitablemente produce en él una pasión más intensa que la anterior.