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1. Sobre la naturaleza de la generación, dice el Apocalipsis que una mujer, al salir de su menstruación, durante diez días y diez noches, cuando se acercan a ella, pronto queda embarazada. 2. Cuando ha terminado su menstruación, y cuando llega el momento del embarazo, siempre que la semilla del hombre es más poderosa, nace un hijo; cuando la de la mujer es más poderosa, nace una hija; cuando ambas semillas son iguales, gemelos y trillizos. 3. Si la semilla masculina nace antes, se une a la femenina, y ella se vuelve robusta; si la semilla femenina nace antes, se convierte en sangre, y de ahí surge la delgadez de la hembra.
4. La semilla femenina es fría y húmeda, y su flujo proviene de la zona lumbar, y su color es blanco, rojo y amarillo; y la semilla masculina es caliente y seca, y su flujo proviene del cerebro, y su color es blanco y barroso (hasgûn). 5. Toda [1] semilla de las hembras que emane previamente, se aloja en el útero, y la semilla de los machos permanecerá sobre ella, y llenará el espacio del útero; lo que se retenga se convierte de nuevo en sangre, entra en las venas de las hembras, y al nacer, se convierte en leche y…
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lo nutre, como toda leche surge de la semilla de los machos, y la sangre es la de las hembras.
6. Dicen que estas cuatro cosas son masculinas y estas femeninas: el cielo, el metal, el viento y el fuego son masculinos y nunca son de otra manera; el agua, la tierra, las plantas y los peces son femeninos y nunca son de otra manera; el resto de la creación se compone de masculino y femenino.
7. En cuanto a los peces [2], dice que, en el momento de excitación, van y vienen en el agua, dos y dos, la longitud de una milla (hâsar), que es un cuarto de legua (parasang), en el agua corriente; en ese ir y venir, frotan sus cuerpos, y una especie de sudor gotea entre ellos, y ambos quedan preñados.