1. La regla [1] es esta, que un hilo sagrado-cinturón (kûstîk) esté tres dedos sueltos transversalmente [ p. 315 ] (pavan targûn) [2], como se dice en toda enseñanza (kâstak) [3], y cuando es menor no es apropiado.
2. La regla es esta: el pastel sagrado (drôn), apartado en la fórmula de dedicación (shnûmanê) en los días consagrados a los espíritus guardianes [4], debe usarse en las festividades estacionales, el Nônâbar [5], la ceremonia de las tres noches [6], el Hôm-drôn y otros ritos de los espíritus guardianes justos; y cuando no lo hagan, según algunas enseñanzas, no es apropiado.
3. En la exposición (kâstak) del Nihâdûm Nask [7] se dice que un hombre va a cometer un robo, [ p. 316 ] y un muro cae sobre él, es su destructor; cuando un hombre lo ataca él es su adversario, y ambos están en pecado; cuando va a realizar el culto a Dios (yazisnŏ-i yazdânŏ) ambos están en inocencia.
4. La regla es esta: cuando una mujer queda embarazada, mientras sea posible, el fuego debe mantenerse con sumo cuidado en la vivienda, porque se declara en el Spend Nask [8] que hacia [ p. 317 ] Dûkdâv [9], la madre de Zaratûst, cuando estaba embarazada de Zaratûst, durante tres noches, cada noche un líder (khûdâ) [10] con ciento cincuenta [11] demonios se apresuraron a destruir a Zaratûst, pero debido a la existencia del fuego en la vivienda no sabían cómo lograrlo lo.
5. La regla es esta: tienen un estanque (môg) para los discípulos cuando van a realizar el culto a Dios y rocían el asiento de piedra (magôk) [12]; y para evitar que se moje el lugar al rociarlo sacando agua, deben hacerlo sentados; pues en la Vendidad [13] los sumos sacerdotes han enseñado que, al preparar agua al estar de pie [14], la medida [ p. 318 ] a la que se refiere se aplica a todo lo demás, incluso a los de origen similar. por aquel que hace agua se debe pronunciar el Avesta [15] para hacer agua, y entonces _es la raíz de un pecado Tanâpûhar [16] para él, y cuando no lo pronuncia, es más gravemente pecador.
6. La regla es esta: recitar los Gâthas por los fallecidos no debe considerarse beneficioso, ya que no es apropiado recitar los tres Hâs [17] que son el comienzo del Aûstûvat Gâtha cuando uno está de camino; siempre que se reciten por un hombre en la casa, son curativos.
7. La regla es esta: por la noche, no se debe arrojar hacia el norte vino, hierbas aromáticas (sparam) ni ningún alimento parecido, porque un demonio [18] quedará preñado; y cuando uno los arroja, se debe recitar un Yathâ-ahû-vairyô [19].
[ pág. 319 ]
8. La regla es esta, que reverencial debe ser la abstinencia de matar ilegalmente a cualquier especie de animal; pues en el Stûdgar Nask [20] se dice, respecto a quienes _han matado ilegalmente animales, que el castigo es tal que cada pelo de esos animales se convierte en una daga afilada (têkh), y quien es un matador ilegal es asesinado. 9. De los animales, el sacrificio del cordero, la cabra (vahîk), el buey de arado, el caballo de guerra, la liebre, el murciélago (kîharâz), el gallo o ave de Vohûman, y el ave urraca (kâskînak), y de las aves la del milano, el águila (hûmâî) y la golondrina es de lo que más se debe abstener.
10. Una mujer embarazada que fallece no debe ser llevada por menos de cuatro hombres [21], que estén constantemente trabajando juntos; pues con otros cadáveres, tras la mirada de un perro, cuando los llevan _dos hombres juntos, no se contaminan; pero para una mujer embarazada se necesitan dos perros, a cuyo poder unido ella debe ser expuesta; y la llevan _cuatro hombres juntos, y no se contaminan; pero cuando la llevan _dos hombres deben ser lavados con ceremonia (pîsak) [22].
11. La regla es esta: cuando se pide perdón por una persona (mardûm) fallecida, [ p. 320 ] dicha oración cobra mayor significado cuando se dice: «Siempre que haya cometido una ofensa (vinâs) contra él, la tendrás en cuenta junto con las suyas contra mí, y las ofensas se habrán disipado una tras otra; cualquier otra ofensa suya contra mí se convierte entonces en un regalo justo por mí [23]».
12. La regla es esta: nadie debe caminar sin botas [24]; y su ventaja es que, cuando lleva una bota (mûgak) en el pie, y este pisa algo muerto sin tocarlo, no se contamina; cuando no lleva una bota en el pie, y este pisa algo muerto sin tocarlo, se contamina [25], excepto cuando tenga la certeza (aêvar) de que un perro lo ha visto, o si no, se considerará que no lo ha visto un perro. [26]
13. La regla es esta, como se revela en el Dûbâsrûgêd Nask [27], donde se indica un día del año, [ p. 321 ] que el hilo sagrado-cinturón de todo aquel que tenga un día más de catorce años y tres meses_ debe atarse—es mejor así que cuando le queden quince años, y entonces se ata el cinto—a quien se cuida más, de esa manera, que a un niño de cinco meses [28], a quien se lo deben poner en el vientre de su madre.
14. La regla es ésta: cuando uno retiene una oración interiormente [29], y el viento viene de abajo o de la boca, todo es uno [30].
[ pág. 322 ]
15. También esto, que diez mujeres son necesarias para brindar asistencia a una mujer que está de parto: cinco mujeres para dirigir la fabricación de la cuna (gavârak), una mujer debe estar frente al hombro izquierdo y otra para sostener el hombro derecho, una mujer para poner una mano sobre su cuello, una mujer para sostener su cintura y una mujer, cuando nazca el bebé, para tomarlo y cortar el cordón umbilical, y hacer arder el fuego [31]. 16. Tres días y tres noches nadie debe pasar entre el fuego y el niño, ni mostrarlo a un hombre pecador o mujer pecadora; deben triturar un poco de azufre en la savia (mayâ) de una planta, y untarlo sobre el niño; y el primer alimento para darle es jugo de Hôm (parâhôm) y áloe (shapyâr).
17. La regla es ésta: si alguien golpea a un inocente, hasta que el dolor cese, se convierte cada día en la raíz de un pecado Tanâpûhar [32] para él.
18. La regla es esta: cuando en un país confían en un juez falso y lo mantienen entre sus superiores, debido al pecado y la falta de fe que comete dicho juez, las nubes y la lluvia en ese país son deficientes, una porción (bavan) de la exquisitez, la gordura, la salubridad y la leche del ganado y las cabras disminuye [33], y muchos niños se destruyen en el vientre de la madre.
19. La regla es esta: un hombre, si no se casa con una esposa, no se hace merecedor de la muerte; pero si una mujer no se casa con un esposo, esto [ p. 323 ] equivale a un pecado que merece la muerte; porque para una mujer no hay descendencia excepto por relaciones sexuales con hombres, y ningún linaje procede de ella; pero para un hombre sin esposa, al recitar el Avesta, como se menciona en la Vendidad [34], puede haber un linaje que continúe hasta la existencia futura.
20. La regla es esta, que un palillo debe cortarse de la corteza (pôst pâk) [35], pues los sumos sacerdotes han enseñado que cuando un palillo —hecho para la boca con la corteza— se cae, y cuando una mujer embarazada pone un pie sobre él, ella tiene aprensión de que sea materia muerta [36].
21. La regla es esta: al aceptar el hijo de una sierva (kakar) [37] se debe tener discernimiento; pues en el decimocuarto del Nask Hûspâram [38] [ p. 324 ] los sumos sacerdotes han enseñado así: «Mi hijo también es apto como tu hijo, pero mi hija no es apta como tu hija».
[ pág. 325 ]
22. La regla es esta: uno persevera mucho en la procreación, para adquirir de inmediato abundancia de buenas obras; porque, en el Nihâdûm Nask [39], los sumos sacerdotes han enseñado que el deber y las buenas obras que realiza un hijo son tan propias del padre como si las hubiera hecho él mismo; y en el Dâmdâd Nask [40] se revela así: «Asimismo, también, las buenas obras, en la misma medida, pasan a ser propiedad del padre».
23. La regla es esta: que se debe dar a los dignos tanto de cualquier cosa como sea apropiado para comer y acumular; porque en el Nihâdûm Nask [41] los sumos sacerdotes enseñaron así: «Un hombre da un pan a un hambriento, y es demasiado; sin embargo, todas las buenas obras que realice gracias a esa superabundancia le pertenecen a quien lo dio, como si las hubiera hecho él mismo».
24. La regla es esta: cuando uno se acuesta, en circunstancias de decoro e inocencia, se debe pronunciar un Ashem-vohû [42], y de igual manera [ p. 326 ] cuando se levanta bien; al hacerlo, cada inhalación (vayô) se convierte en una buena obra de tres Srôshô-karanâms, es decir, un peso de diez dirhams del peso total de cuatro mads [43].
25. La regla es esta: cuando se presenta una acción u opinión, y uno no sabe si es un pecado o una buena obra, siempre que sea posible debe abandonarla y no ejecutarla; como dice el Sakâdûm Nask [44] que Zaratûst has [ p. 327 ] no se ha previsto nada en absoluto, pero tres veces ha sido hecho por Zaratûst sobre este deber, es decir, de modo que el Avesta y Zand, cuando uno lo ha aprendido completamente de memoria [45], es para recitación, y no debe ser murmurado [46] (gûyisnŏ), porque al murmurar (gûdanŏ) las partes del Ahunavar [47] son más parlanchinas [48]. 26. Como dice en el Bagh Nask [49] [ p. 328 ] así: «Quienquiera que murmure, ¡oh Zaratûst!, mi porción de Ahunavar [50] —es decir, que la tome suavemente en su interior— y la deje escapar [51] de nuevo —es decir, que la pronuncie en voz alta—, aunque sea la mitad, o un tercio, o un cuarto, o un quinto, su alma yo la protegeré, yo que soy Aûharmazd, de la mejor existencia —es decir, la mantendré alejada— por un intervalo tan grande como el ancho de esta tierra.»
27. La regla es ésta: uno debe proceder con gran deliberación cuando no sabe si es un pecado o una buena obra, es decir, no debe hacerse.
28. La regla es esta: una opinión (andâzak) sobre cualquier cosa debe formarse mediante consulta [ p. 329 ] con el bien; aun así se revela en el Kîdrast Nask [52] que Spendarmad le dijo a Mânûskîhar así: «Incluso el caballo más veloz requiere el látigo (tâzânak), [ p. 330 ] El cuchillo de acero más afilado requiere la piedra de afilar (afsân), y el hombre más sabio requiere consejo (hampûrsîh).»
29. La regla es esta: cuando uno se ríe abiertamente (barâ khandêd), no se deben murmurar el Avesta ni el Zand, pues la sabiduría de Aûharmazd es omnisciente, y las buenas obras son un gran ejercicio de liberalidad, pero una abstinencia extrema de producir irritación (hangîdâr-dahîsnîh); porque en el Ratûstâîtîh Nask [53] se dicen muchas cosas duras sobre el severo castigo de los productores de irritación, en la existencia espiritual.
30. La regla es esta: así como puede haber algunos, incluso de buena religión, que, por desconocimiento de la religión, cuando una gallina hembra canta como un gallo, la matan, así también [ p. 331 ] los de la fe primitiva [54] han dicho que puede haber maldad (vinâstârîh) por parte de los hechiceros en esa morada, que el gallo es incapaz de ahuyentar, y la gallina hembra emite ese sonido para ayudar al gallo [55], especialmente cuando es necesario traer otro gallo a esa morada.
31. La regla es esta: cuando uno ve un erizo, junto con él [56] se debe preservar un lugar en la llanura, libre de peligro; pues en la Vendidad [57] los sumos sacerdotes han enseñado que cuando el erizo orina cada día en un hormiguero, mil hormigas morirán.
32. La regla es esta: en la Vendidad [58] se mencionan siete tipos de cosas, y cuando son la causa de la muerte de un hombre, hasta que llega el período del día (gâs-i levîn), [ p. 332 ] la contaminación (nisrûst) [59] no lo alcanza; y por esta razón, esto también es bueno para el bien, es decir, mostrarle a un perro un cadáver anterior correctamente en el período del día [60].
33. La regla es esta: quienes atienden un cadáver entre los puros deben mostrárselo a un perro que lo observe muy bien; pues cuando mil personas se llevan un cadáver que un perro no ha visto, todas están contaminadas [61].
34. La regla es esta: no se debe rezar por la carne cuando huele mal o la descomposición no proviene de ella [62]_; y tampoco se debe rezar por el pastel sagrado (drôn) y la mantequilla (gâûs-dâk) que tienen pelo [63].
35. Una mujer es apta para el deber sacerdotal (zôtîh) entre las mujeres [64], y cuando consagra [65] el pastel [ p. 333 ] sagrado (drôn), y pronuncia un Ashem-vohû [66], coloca las ramitas sagradas (baresôm) de nuevo en el soporte, las retira, y la pronunciación de otro es correcta; cuando dice que no es conveniente hacerlo con atención antes de una comida, es apropiado. 36. El pastel sagrado de una mujer de mala reputación no debe consagrarse, pero debe declararse inelegible (avigînakŏ).
37. Cuando uno coloca una cosa delante del fuego observándola y no ve el esplendor mismo, no se debe decir «tava âthrô [67]».
38. Por la noche, cuando [68] uno se acuesta, se deben lavar bien las manos. 39: Todo lo que sale de una mujer menstruante hacia cualquier persona o hacia cualquier cosa, debe lavarse bien con orina de toro (gômêz) y agua [69].
40. La regla es esta, como dijo Âtarô-pâd, hijo de Mâraspend [70], cuando todos fallecieron: «El velo de la boca [71] y también la ropa deben estar bien separados de los regalos (dasarân), para que su alma se sienta más tranquila». Completado en paz y placer.
(314:4) Se lee âînak; los escritores de Pâzand lo convierten en yak, que, sin embargo, puede tener el mismo significado, aunque evidentemente interpretan la palabra como Huz. khadûk, «uno», que se escribe exactamente igual que âînak en caracteres pahlavi. La mayoría de las declaraciones misceláneas, contenidas en la última parte del Sls., comienzan con esta frase. ↩︎
(315:1) Es decir, alrededor de la cintura (véase Cap. IV, 1). ↩︎
(315:2) Es decir, «interpretación o exposición» (véase Cap. I, 3, 4). K20 dice: «y por cada enseñanza es apropiado». ↩︎
(315:3) Estos fravardîkân son, estrictamente hablando, los cinco días suplementarios al final del año parsi, pero generalmente se les agregan los últimos cinco días del último mes, de modo de hacer un período de diez días al final del año, durante el cual se supone que los espíritus guardianes de los difuntos vuelven a visitar sus antiguos hogares, y para quienes se reserva el pastel sagrado. ↩︎
(315:4) La ceremonia iniciática de un joven sacerdote (véase Cap. XIII, 2). ↩︎
(315:5) Las ceremonias realizadas por los sobrevivientes durante tres noches después de una muerte (véanse Caps. VIII, 6, XVII, 3, 4). ↩︎
(315:6) Este fue el decimoquinto nask o «libro» de la literatura mazdayasniana completa, según el Dînkard, que lo llama Nîkâdûm; pero según el Dînî-vagarkard y los Rivâyats, fue el decimosexto nask, llamado Niyârum. Para su contenido, según lo da el Dînî-vagarkard, véase Haug’s Essays, p. 132. A continuación, se presenta un breve resumen de la descripción que se da en el octavo libro del Dînkard, donde ocupa veinticinco páginas en cuarto de dicha obra:
El comienzo de la ley (dâd) es el Nîkâdûm de treinta fargards. La sección Patkâr-radistân («el código del árbitro») trata sobre los árbitros y el arbitraje, contratos mediante cuatro tipos de palabras y seis tipos de signos; y se describen doce tipos de árbitros en cuatro subsecciones, según decidan por oído o vista, y con respecto a mujeres y niños, extranjeros y p. 316 aquellos merecedores de muerte. La segunda sección, Zadamistân («el código de la agresión»), es un tratado sobre la agresión y sus consecuencias, el dolor, la sangre y la inconsciencia; sobre golpes y conflictos, hombre con hombre, mujer con mujer y niño con niño, con sus penas correspondientes; también sobre el asesinato de esclavos y niños. La tercera sección, Rêshistân («el código de las heridas»), es un tratado sobre diversos tipos de heridas y sus características. La cuarta sección, Hamêmâlistân («el código del acusador»), es un tratado sobre la acusación y la falsa acusación de diversos delitos específicos, sobre la mentira y la calumnia, el cuidado de las mujeres embarazadas, la impenitencia y diversas ofensas contra sacerdotes y discípulos, la remisión de penas, la complicidad y asistencia a criminales, la mediación, el castigo de niños, el azote de extranjeros, el asesinato, el tratamiento médico y muchos otros temas (véase el Glosario Pahl.-Pâz., pág. 184, donde se atribuyen erróneamente al Pâzôn Nask, debido al texto defectuoso del manuscrito M13). La quinta sección contenía veinticuatro tratados sobre temas diversos relacionados con el crimen y el pecado (véase Glosario Pahl.-Pâz., págs. 184, 185).
El pasaje mencionado en el texto no puede reconocerse en ninguno de los detalles proporcionados por el Dînkard. ↩︎
(316:1) Este fue el decimotercer nask o «libro» de la literatura mazdayasniana completa, según todas las autoridades, pero se llama Sfend en los Rivâyats. Para su contenido, según lo descrito en el Dînî-vagarkard, véanse los Ensayos de Haug, págs. 131 y 132. A continuación, se presenta un resumen de la breve descripción que se ofrece en el octavo libro del Dînkard:
El Gasto es un tratado sobre el origen y la combinación de la existencia, el espíritu guardián y la gloria de Zaratûst; sobre su generación y nacimiento; sobre la llegada de los dos espíritus, el bueno para sostenerlo y el malo para destruirlo, y la victoria del buen espíritu; sobre su ida, a los treinta años de edad, a conferenciar con Aûharmazd, y sus siete conferencias en diez años; sobre las siete preguntas que propuso a los arcángeles en esas ocasiones; sobre la transmisión de la sabiduría omnisciente a él, mostrándole el cielo y el infierno, y el lugar intermedio de aquellos «siempre estacionarios», la cuenta tomada del pecado y las buenas obras, la existencia futura y el destino de la religión en la tierra hasta la renovación del universo, con la llegada de sus futuros hijos, los tres últimos apóstoles. ↩︎
(317:1) El Pâz. Dughdâ de Bund. XXXII, 10 indicaría Pahl. Dûkdân, pero el Dînkard tiene Dûkdâûbŏ y Dûkdâûbag (señalando a Av. Dughdhavan), y las formas persas son Dughdû y Dughdavîh. Aquí el nombre es Dûkdâvŏ, que se transpone a Dûdkâv en el cap. XII, 11; originalmente debió significar «lechera» o «amamantadora». ↩︎
(317:2) K20 tiene sêdâ, «un demonio», y en el cap. XII, 11, donde se repite esta sección, la palabra puede leerse ya sea sêdâ, «un demonio», o shâh, «un rey o gobernante»; por supuesto, se refiere a «un archienemigo». ↩︎
(317:3) M6 parece tener «sesenta», en lugar de «cincuenta», pero véase Cap. XII, 11. ↩︎
(317:4) O magh, sobre el que se sientan en cuclillas durante la ceremonia de purificación (ver B. Yt. II, 36). ↩︎
(317:5) Probablemente se refiere a Pahl. Vend. XVIII, 98; el suelo no debe mojarse más allá de la longitud de la parte delantera del pie, más allá de los dedos, es decir, no más del ancho de una mano; esta medida (p. 318) se extiende aquí al agua para lavar, de ahí la necesidad de agacharse durante tales abluciones. ↩︎
(318:1) Este es un pecado que usualmente se clasifica con «correr descubierto» y «caminar con una sola bota» (ver Cap. IV, 8, nota). ↩︎
(318:2) Este Avesta está prescrito en Vend. XVIII, 97, y todavía se usa constantemente; consta de tres Ashem-vohûs (ver Bund. XX, 2), dos Humatanãms (Yas. XXXV, 4-6), tres Hukhshathrôtemâis (Yas. XXXV, 13-15), cuatro Ahunavars (ver Bund. I, 21), y un YêNhê-hâtãm (ver B. Yt. II, 64). ↩︎
(318:3) Véase Cap. I, 1, 2. ↩︎
(318:4) Los tres capítulos (Yas. XLII-XLIV) con los que comienza el Ustavaiti Gâtha (Yas. XLII-XLV). ↩︎
(318:5) Un drûg, o demonio, es considerado usualmente como un demonio femenino (ver Vend. XVIII, 70-77); y se supone que los demonios vienen del norte, donde se congregan en la cima de Arezûr, a las puertas del infierno (ver Vend. XIX, 1, 140) 142, Bund. XII, 8). ↩︎
(318:6) Véase Bund. I, 21. Esta declaración se repite en el Cap. XII, 18. ↩︎
(319:1) Véase B. Yt. I, 1. El pasaje al que se hace referencia aquí es probablemente uno de mediados del decimoséptimo fargard de este Nask, que se menciona de la siguiente manera, en el noveno libro del Dînkard: «Y esto también, es decir, aquellos que matan ilegalmente ovejas y ganado, lo que disminuye su vida y gloria.» ↩︎
(319:2) Esta es la costumbre usual, mientras que la mencionada en el Cap. II, 6 es el caso excepcional, mencionado al final de esta sección, que necesita una purificación extraordinaria. ↩︎
(319:3) Es decir, con la ceremonia de Bareshnûm (véase Cap. II, 6). ↩︎
(320:1) Es decir, los perdono en caridad. ↩︎
(320:2) O, quizás, «sin medias», avîmûgak; esto parece ser algo diferente del pecado de aê-mûk-dûbârisnîh, correr con una sola bota (véase Cap. IV, 12). ↩︎
(320:3) Sin estas palabras, que no existen en los manuscritos, la oración no parece tener un significado claro. ↩︎
(320:4) Y, por lo tanto, todavía contiene al Nasûs, o demonio de la corrupción, que entrará en cualquiera que simplemente toque la materia muerta, sin perturbarla, y puede ser expulsado solo mediante la tediosa y problemática ceremonia de Bareshnûm. ↩︎
(320:5) Este fue el decimosexto nask o «libro» de la literatura Mazdayasniana completa, según el Dînkard, que lo llama Dûbâsrûgd o Dûbâsrûd; pero según el Dînî-vagarkard, que lo llama Dvâsrûzd, y los Rivâyats, que lo llaman Dvâsrûgad, Dvâsrûngad o Dvâsrûb, fue el decimoctavo nask. Para su contenido, tal como se da en el Dînî-vagarkard, véase Haug’s Essays, págs. 132, 133. Lo que sigue es un breve resumen del relato que se da en la pág. 321 del octavo libro del Dînkard, que ocupa diez páginas en cuarto de esa obra:
De las primeras dieciocho secciones del Dûbâsrûgd, la primera trata sobre los ladrones, su arresto, encarcelamiento y castigo, y los diversos tipos de robo; la segunda trata sobre la irresponsabilidad del padre por los delitos de su hijo adulto y la del esposo por los de su esposa separada; sobre el momento de educar a los hijos y cuándo se vuelven responsables del pecado; sobre el delito de dar armas a mujeres, niños y extranjeros; sobre el saqueo de los guerreros; los diversos tipos de jueces y sus deberes; y las ofensas contra los acusadores. De las doce secciones siguientes, una, llamada Pasûs-hôrvistân («el código del perro pastor»), trata sobre los perros pastores, sus deberes y derechos. De las últimas treinta y cinco secciones, la primera, llamada Stôristân («el código de las bestias de carga»), trata del pecado, que afecta al alma, de golpear y herir ilegalmente al ganado y a las bestias de carga, a los pájaros y a los peces; la segunda sección, Argistân («el código del valor»), es un tratado sobre el valor de los objetos animados e inanimados; la tercera sección, Aratêstâristân («el código del guerrero»), es un tratado sobre guerreros, armas, ejércitos, generales, batallas, saqueos, etc.; la cuarta sección trata sobre baños calientes, fuegos, ropa, provisiones de invierno, cosecha de forraje y maíz, etc.
El pasaje mencionado en el texto probablemente se encontraba en la parte de la segunda sección que se refería a la responsabilidad de los hijos. Las palabras desde «como se reveló» hasta «se indicó» se omiten en K20. ↩︎
(321:1) K20 tiene un hijo de «nueve meses». ↩︎
(321:2) Véase Cap. III, 6. ↩︎
(321:3) Literalmente, «ambos son uno»: es decir, en cualquier caso el hechizo del vâg o la oración se rompe. ↩︎
(322:1) Literalmente, «hacer que el fuego esté alto». ↩︎
(322:2) Véase Cap. I, 1, 2. ↩︎
(322:3) La mayoría de estos males también se atribuyen (ver B. Yt. II, 41-43) al descuido de las precauciones prescritas con respecto al corte de cabello. ↩︎
(323:1) Esta referencia probablemente se refiere a las circunstancias detalladas en Vend. XVIII, 99-112, pero el comentario pahlavi sobre los §§ 111 y 112 de dicho pasaje falta en todos los manuscritos. El Avesta que debe recitarse en tales casos es precisamente el mismo que se detalla en una nota sobre el § 5. ↩︎
(323:2) Esta traducción está de acuerdo con el capítulo diecisiete de la prosa Sad-dar Bûndahis, o «Bûndahis de cien capítulos», una obra de Pâzand de tiempos posteriores; pero el texto aquí podría traducirse como «cortado de piel limpia», y en el cap. XII, 13, donde se repite la declaración, la palabra utilizada también es ambigua. ↩︎
(323:3) El Saddar Bûndahi dice: «Surge el temor de que el niño sufra algún daño». Esta sección y las tres siguientes se repiten en el cap. XII, 13-16. ↩︎
(323:4) Esto podría significar una kakar, o esposa «sirviente» (ver Bund. XXXII, 6), pero los detalles adicionales dados en el Cap. XII, 14, donde se repite esta declaración, hacen más probable que se refiera a una concubina. ↩︎
(323:5) Como este era el decimoséptimo nask o «libro» de la literatura mazdayasniana completa, según todas las autoridades, es probable que la palabra «decimocuarto», en este texto, se refiera a algún capítulo o fargard en particular, muy probablemente al último grupo de catorce secciones (p. 324), mencionado más adelante, en el resumen de su contenido; y esto se confirma con otra referencia en el cap. XII, 7. Este nask se llama Aspâram en los Rivâyats y Aspârûm en el Dînî-vagarkard; para su contenido, según lo describe este último, véase Haug’s Essays, p. 133. A continuación, se presenta un breve resumen de la descripción que se da en el octavo libro del Dînkard, donde ocupa dieciséis páginas en cuarto de dicha obra:
De las primeras treinta secciones del Hûspâram, una es el Aêrpatistân (el código del sacerdote), un tratado sobre los estudios sacerdotales, los sacerdotes, los discípulos y sus cinco disposiciones. Otra sección es el Nîrangistân (el código de fórmulas religiosas), un tratado sobre las fórmulas de adoración, el Avesta que los sacerdotes oficiantes deben recitar dos, tres y cuatro veces, los cinco períodos del día y sus ceremonias propias, las festividades estacionales, el cinturón y la camisa sagrados, el corte de las ramas sagradas, la reverencia al agua, las familias de Zaratûst, Hvôv y Vistâsp, etc. Una sección es el Gôharîkistân («código de calidad»), un tratado sobre nobleza y superioridad, compraventa, ganado, esclavos, sirvientes y otras propiedades, casas donde hombres o perros han estado enfermos, tratos con extranjeros, etc. Otras secciones tratan sobre la apropiación de la propiedad ajena, esposas obedientes y desobedientes, esposas extranjeras, ventajas para los hijos varones y mujeres, cría de ganado, trato a trabajadores e hijos, el mal de ojo, los jueces, el origen y cultivo del maíz, los grados de delito y castigo, etc. De las siguientes veinte secciones, una trata sobre el trato al ganado furioso y a los perros rabiosos, y el daño que pueden causar. Una sección trata sobre los medios para acumular riqueza, la entrega de hijos e hijas en matrimonio, la bondad de la caridad y el mal del despilfarro, las cinco mejores y las cinco peores acciones, la tala ilegal de árboles, el pecado de enterrar a los muertos, etc. Y una sección sobre la procreación, el nacimiento y el trato a los hijos. De las últimas catorce secciones, una es un tratado, en seis fargards, sobre la propiedad y las disputas al respecto, sobre la familia, la adquisición de esposa e hijos, la adopción, etc. Y una sección de siete fargards, al final, es un tratado sobre el sufrimiento de hombres, mujeres, niños y perros, sobre la conexión entre dueño y rebaño, sacerdote y discípulo, sobre diversas ofensas y pecados, la curación espiritual y mundana, la medicina y los médicos, la astrología, pág. 325 sobre la alimentación adecuada del ganado, caballos, ovejas, cabras y cerdos, el deber de un gobernador fronterizo durante una invasión extranjera, etc.
El pasaje mencionado en el texto probablemente estaba en esa parte del último grupo de catorce secciones que trataba de las esposas, los hijos y la adopción. ↩︎
(325:1) Véase § 3; el pasaje mencionado aquí no se puede rastrear en el relato de este Nask dado en el Dînkard. ↩︎
(325:2) Véase SZS. IX, 1. El pasaje aquí citado no se puede rastrear en ninguno de los relatos breves del contenido de este Nask. Esta sección se repite, con algunas modificaciones verbales, en el cap. XII, 15. ↩︎
(325:3) Véase § 3; el pasaje aquí citado tampoco se encuentra en el relato de este Nask que aparece en el Dînkard. Esta sección se repite, con algunas modificaciones verbales, en el cap. XII, 16. ↩︎
(325:4) Compárese con el Cap. IV, 14, donde se afirma prácticamente lo mismo que ocurre en esta sección. ↩︎
(326:1) Se lee i mad-4, en lugar de va maz-4; la palabra mad (véase Glosario Pahl.-Pâz., pág. 21) es Huz. para el dâng o cuarto de dírham. La cantidad del Srôshô-karanâm, como se deduce de esta afirmación, difiere de las que se dan en los capítulos XI, 2 y XVI, 5, y debe ser incorrectamente fraccionaria, a menos que la oración se altere a 10 gûgan sang nêm zîs pûr sang yehevûnêd, «un peso de diez dírhams y medio, que es su peso completo». en cuyo caso un Srôshô-karanâm sería de 3½ dirhams, como en el Cap. XVI, 5. ↩︎
(326:2) Este fue el decimoctavo nask o «libro» de la literatura mazdayasniana completa, según el Dînkard; pero según el Dînî-vagarkard y los Rivâyats, fue el decimonoveno nask, llamado Askârûm o Askâram. Para su contenido, según lo descrito por el Dînî-vagarkard, véase Haug’s Essays, pág. 133. A continuación, se presenta un breve resumen de la descripción que se da en el octavo libro del Dînkard, donde ocupa veinte páginas en cuarto de dicha obra:
De las primeras treinta secciones del Sakâdûm, una trata sobre la necesidad de obedecer y comprender las leyes, sobre los recién nacidos y su trato adecuado, sobre el cuidado del fuego y los objetos puntiagudos, sobre los hipódromos, el uso del agua, salada y dulce, caliente y fría, corriente y estancada, etc. Otra sección es el Hakîdakânistân (código de molestias), un tratado sobre las palabras irritantes y el maltrato a seres vivos y árboles, el hallazgo de tesoros enterrados a diversas profundidades y en diferentes lugares, etc. Y otra sección es el Zîyânakistân (código de daños), un tratado sobre los daños a objetos animados e inanimados. De las últimas veintidós secciones, una es el Vakhshistân (código de crecimiento), un tratado sobre el progreso del crecimiento, la cría de ganado y otros animales, los alegatos relacionados con las deudas, el crecimiento del maíz, etc. Otra sección es el Varistân (código de ordalías), un tratado sobre la detección de la brujería mediante ordalías, mediante calor y frío, etc. Una sección sobre la solicitud de ayuda (pág. 327) y su recompensa, sobre el juez injusto y el sagaz, sobre las hijas dadas en matrimonio por madres y hermanos, sobre el hijo desobediente, etc. Y una sección sobre los espíritus de las existencias terrenales, el mérito de matar criaturas acuáticas nocivas, el mundo animal que procede del buey primigenio, el espíritu maligno que no debe ser adorado, y muchos otros consejos.
El pasaje mencionado en el texto parece haber estado en la primera sección de este Nask, ya que el Dînkard dice que trataba, entre otros asuntos, «sobre cómo un hombre examina una acción antes de realizarla, y cuando no sabe si es un pecado o una buena obra, cuando sea posible, debe dejarla de lado y no realizarla_». Pero allí no se dice nada sobre Zaratûst, y lo que se dice aquí parece tener muy poca conexión con la «regla» establecida en esta sección. ↩︎
(327:1) Literalmente, «lo hizo bastante fácil». ↩︎
(327:2) Literalmente, «no ser devorado ni roído». ↩︎
(327:3) La fórmula que comienza con las palabras Yathâ ahû vairyô (véase Bund. I, 21); sus partes o bagha son las frases en las que puede dividirse (véase Yas. XIX, 49 6, 9, 12). ↩︎
(327:4) Se lee drâîtar, «más clamoroso o parlanchín»; pero la palabra es ambigua, pues puede ser darâktar, «más desgarrador», o girâîtar, «más pesado, más amenazante», etc. ↩︎
(327:5) M6 tiene Bak. Este fue el tercer nask o «libro» de la literatura mazdayasniana completa, según el Dînkard, que lo llama Bakô; pero según el Dînî-vagarkard y los Rivâyats, fue el cuarto nask. Para su contenido, según lo descrito por el Dînî-vagarkard, véanse los Ensayos de Haug, pág. 127. En el Dînkard, además de una breve descripción en el octavo libro, que afirma que era un tratado sobre la recitación de los textos revelados, hay, en el noveno libro, una larga descripción del contenido de cada uno de sus veintidós fargard, que ocupan cincuenta páginas en cuarto en los manuscritos del Dînkard. De esto se desprende que el pasaje citado en nuestro texto probablemente se encontraba en la primera página 328 del fargard. También aparece, prácticamente con las mismas palabras, en Pahl. Yas. XIX 12-15, y como Yas. Si bien en algunos manuscritos se denomina al siglo XIX «el comienzo del Bakân», es posible que los tres Hâs (Yas. XIX-XXI) que se relacionan con las tres fórmulas cortas del Avesta sean en realidad los primeros tres fargard del Bagh Nask, que se dice que trataron los mismos temas. ↩︎
(328:1) El texto está corrompido en min zak-i li, Zaratûst! bêstârîh-i min Ahunavar drûgist, que podría traducirse, en relación con la siguiente frase, así: «de mi aflicción, ¡oh Zaratûst! del Ahunavar, lo más diabólico es que uno lo tome con suavidad», etc. Pero alteraciones muy leves de las letras pahlavi (de acuerdo con Pahl. Yas. XIX, 12) convierten min en mûn, bêstârîh en bâkhtârîh y drûgist en drengâd. En lugar de «asignación del Ahunavar» podríamos leer «predestinación o providencia, del Ahunavar»; porque el traductor Pahlavi, al usar la palabra bâkhtârîh o bakhtârîh, parece haber entendido el Av. bagha en su sentido de «divinidad, providencia», más que en el de «parte, porción». ↩︎
(328:2) Lectura de rânînêd o rahôînêd. El traductor pahlavi parece creer que el pecado consiste en romper el hechizo del vâg u oración interior (véase cap. III, 6) al recitar una parte en voz alta; pero el Avesta original de este pasaje atribuye el pecado a oscurecer el significado por una recitación imperfecta. ↩︎
(329:1) Este fue el duodécimo nask o «libro» de la literatura mazdayasniana completa, según el Dînkard, que lo llama Kidrastô o Kidrôstô; pero según el Dînî-vagarkard y los Rivâyats, fue el decimocuarto nask llamado Girast. Para su contenido, tal como lo proporciona el Dînî-vagarkard, véase Haug’s Essays, p. 131. Lo que sigue es un resumen del breve relato que se da en el octavo libro del Dînkard:
El Kidrôstô es un tratado sobre la raza del hombre; cómo Aûharmazd produjo al primer hombre, Gâyômard, cómo surgió la primera pareja, Mashya y Mashyôî, con su progenie, hasta que la región de Khvanîras estuvo llena, cuando abastecieron las seis regiones circundantes, hasta que llenaron y cultivaron el mundo entero. La dinastía Pêsdâdiana de Hôshâng, Tâkhmôrupŏ y Yim, el reinado malvado de Dahâk, descendió de Tâz, hermano de Hôshâng y padre de los árabes, luego Frêdûn que dividió Khvanîras entre sus tres hijos, Salm, Tûg y Aîrîk, que se casó con las hijas de Pâtsrôbô (compárese Pahl. Vend. XX, 4) rey de los árabes, luego Manûskîhar, descendiente (nâpô) de Aîrîk, el reinado penal de Frâsîyâv, gobernante de Tûrân, luego Aûzôbô el Tûmâspian, descendiente de Mânûskîhar, luego Kaî-Kavâd y el reinado penal de Karsâspô. La dinastía Kayânian de Kâî-Us, Kaî-Khûsrôb, hijo de Sîyâvakhsh, con numerosos relatos de las razas especialmente famosas de Irán, Tûrân y Salmân, incluso hasta los reinados de Kaî-Lôharâsp y Kaî-Vistâsp. El apóstol Zaratûst, y el progreso del tiempo y los acontecimientos desde el reinado de Frêdûn hasta la conferencia de Zaratûst con Aûharmazd. La raza de Mânûskîhar, Nôdar y otros. El padre de Avarethrabau (véase Fravardîn Yt. 106), Âtarô-pâd, hijo de Mâraspend. Sobre los acontecimientos futuros y el reinado de la renovación del universo; el origen del conocimiento de la ocupación, y el cuidado y la industria de la época. el gran conocimiento de la humanidad sobre la eliminación del daño causado por el adversario, la preservación del cuerpo y la liberación del alma, tanto antes como después del tiempo de Zaratustra.
Como Mânûskîhar se menciona varias veces, hay varios lugares en este Nask donde puede haber ocurrido la declaración, citada en el texto como un dicho de Spendarmad, el arcángel femenino que tiene a su cargo especial la tierra (ver Cap. XV, 5, 20-24, y Bund. I, 26). ↩︎
(330:1) Este fue el séptimo nask o «libro» de la literatura mazdayasniana completa, según el Dînkard, que lo llama Ratûstâîtî; pero según el Dînî-vagarkard y los Rivâyats, fue el octavo nask llamado Ratustâî. Para su contenido, según lo proporciona el Dînî-vagarkard, véase Haug’s Essays, p. 129. A continuación, se presenta un resumen de la breve descripción que se da en el octavo libro del Dînkard:
El Ratûstâîtî es un tratado sobre las prácticas religiosas indispensables, la razón de la dignidad y superexcelencia en un sacerdote purificador, y cómo distinguir la dignidad y superexcelencia de la indignidad, en el sacerdocio de cada una de las siete regiones de la tierra; sobre la indicación y manifestación de una asamblea de arcángeles, las fórmulas y medios a emplear para reverenciar a los ángeles, la posición y deberes de los dos sacerdotes oficiantes en las ceremonias, y todos los asuntos de los ordenantes de las ceremonias, con sus diversos deberes; sobre la grandeza y voluntariedad de las buenas obras, los tipos de voluntariedad y la proximidad de Aûharmazd a los pensamientos, palabras y acciones del mundo material.
No se sabe con certeza bajo cuál de estos epígrafes puede haber ocurrido el pasaje mencionado en el texto. ↩︎
(331:1) Véase Cap. I, 3. ↩︎
(331:2) Se considera que el gallo es un oponente de los demonios y los magos (véase Bund. XIX, 33), y que advierte a los hombres contra las seducciones de la demonio del letargo (véase Vend. XVIII, 33-42, 52). ↩︎
(331:3) Suponiendo que levatman val significa levatman valman, pero la lectura «él lo lleva de regreso a (lakhvâr val) la llanura», que aparece en la repetición de esta sección en el Cap. XII, 20, parece preferible. ↩︎
(331:4) Los detalles que siguen se encuentran en Bund. XIX, 28, pero parecen haber desaparecido del Vendidad Pahlavi; aunque al erizo se le llama «el exterminador de miles de espíritus malignos» en Vend. XIII, 5, pasaje del cual la declaración en nuestro texto parece ser una ilustración. La hormiga se considera nociva. ↩︎
(331:5) Vend. VII, 5, 6, donde, sin embargo, se mencionan ocho formas de muerte que retrasan la llegada del Nasûs, o demonio de la corrupción, hasta la siguiente hora del día; estas son cuando la persona ha sido asesinada por un perro, un lobo, un mago, ansiedad, caída en un pozo, la mano del hombre según lo dicta la ley, violencia ilegal o estrangulación. En todos los demás casos, se supone que el demonio de la corrupción entra en el cadáver inmediatamente después de la muerte (véase Vend. VII, 2-4). ↩︎
(332:1) Véase Bund. XXVIII, 29. ↩︎
(332:2) Para que no haya riesgo de que el demonio de la corrupción haya entrado en el cadáver después de haber sido expuesto por primera vez a un perro. ↩︎
(332:3) Esta declaración ya fue hecha en el Cap. II, 65. ↩︎
(332:4) Es decir, no debe usarse en ninguna ceremonia religiosa. Se consagran pequeños trozos de carne, junto con los pasteles sagrados, en las ceremonias del Drôn y del Âfrîngân en ciertas festividades. ↩︎
(332:5) Así en K20; pero M6 dice: «El pastel sagrado que presentan, ni siquiera eso debe ser objeto de oración». Aunque M6 está escrito con más cuidado que K20, parece haber sido copiado de un original difícilmente legible en algunas partes, como este. La presencia de un cabello en el pastel o la mantequilla lo haría inservible para fines religiosos. ↩︎
(332:6) Pero solo para algunos oficios sacerdotales menores, como la consagración del pastel sagrado. Según pasajes del Avesta, citados en el Nîrangistân, cualquier hombre que no sea pecador Tanâpûhar puede realizar ciertos deberes sacerdotales para hombres virtuosos, y cualquier mujer que no sea débil mental (kasu-khrathwa) puede realizarlos para los niños. ↩︎
(332:7) M6 tiene, «cuando ella no consagra.» ↩︎
(333:1) Véase Bund. XX, 2; es bastante dudoso si deberíamos leer «uno» o «dos». ↩︎
(333:2) Estas palabras del Avesta, que significan «para ti, el fuego», se usan cuando se presenta algo al fuego, como leña e incienso (ver Yas. VII, 3, XXII, 10, 22, etc.) ↩︎
(333:3) Lectura amat, «cuando», en lugar de mûn, «quién» (véase Bund. I, 7, nota). ↩︎
(333:4) Aquí termina el Shâyast lâ-shâyast original. El § 40 se encuentra únicamente en M6 y es evidentemente una adición posterior a dicho manuscrito, obra de otra persona. Sigue el Farhang-i Oîm-khadûk, tanto en M6 como en K20; este es un antiguo glosario Avesta-Pahlavi que no guarda relación con el Sls., aunque podría ser de la misma época, ya que cita muchas frases del Avesta que ya no existen en otros lugares, y, entre otros, pasajes del Nihâdûm Nask (véase Sls. X, 3) y el comentario de Afarg (véase Sls. I, 3). ↩︎
(333:5) Véase Bund. XXXIII, 3. ↩︎
(333:6) El padâm (Av. paitidâna, Pâz. penôm) «consiste en dos piezas de tela blanca de algodón, que cuelgan sueltas desde el puente de la nariz hasta al menos cinco centímetros por debajo de la boca, y se atan con dos cuerdas en la nuca. El sacerdote debe usarlo siempre que se acerque al fuego sagrado para evitar que su aliento lo contamine. En ciertas ocasiones, el laico debe usar un sustituto del penôm, protegiéndose la boca y la nariz con un trozo de su camisa de muselina». (Ensayos de Haug, p. 243, nota 1; véase también Pahl. Vend. XVIII, 1-4.) ↩︎