Durante el gran renacimiento monoteísta del evangelio de Melquisedek que se produjo en el siglo sexto antes de Cristo, muy pocos misioneros de Salem penetraron en Italia, y aquellos que lo hicieron fueron incapaces de vencer la influencia del clero etrusco en rápida expansión, con su nueva constelación de dioses y templos, los cuales quedaron todos integrados en la religión estatal romana. [1]