Durante los tiempos de Jesús, los judíos eran excepcionalmente aprensivos y suspicaces, pues estaban gobernados por Herodes el idumeo, un forastero que hábilmente se congració con los gobernantes romanos. [1] Poncio Pilato era procurador de Judea, Samaria e Idumea durante el juicio de Jesús ante él en el año 30 d.C. [2]