La unidad orgánica de los acontecimientos cósmicos está subrayada por la presencia viviente del Ser Supremo, que se manifiesta como la Inmanencia de lo Incompleto Proyectado a través de una coordinación aparentemente fortuita de sucesos universales no relacionados. [1]
El Supremo anticipa la evolución futura como un reflejo de la Inmanencia de lo Incompleto Proyectado, donde lo finito y lo superfinito se mezclan y se difuminan, creando un pronóstico de la presencia universal en niveles supertemporales. [2]