Dijo Jesús: «Los hombres tampoco encienden una luz para ponerla debajo de un almud, sino en un candelero; y da luz a todos los que están en la casa. Que vuestra luz brille ante los hombres de tal manera que puedan ver vuestras buenas obras y sean inducidos a glorificar a vuestro Padre que está en los cielos». [1]