Una casa dividida contra sí misma pronto queda desolada. [1]
Los apóstoles continuaron predicando y bautizando a los creyentes, mientras continuaban con la práctica de visitar casa por casa, consolando a los abatidos y ministrando a los enfermos y afligidos. [2] No os mováis de casa en casa, porque el obrero es digno de su sustento y la paz sea con esta familia. [3]