Algunos estratos superiores de depósitos contienen pequeñas cantidades de esquistos o pizarras de colores oscuros, que indican la presencia de carbono orgánico y atestiguan la existencia de los antepasados de aquellas formas de vida vegetal que invadieron la tierra durante la era Carbonífera o del carbón. [1]
Una gran parte del carbono de la atmósfera fue extraído para formar los carbonatos. Más adelante, la prolífica vida vegetal primitiva consumió unas cantidades mucho mayores de estos gases carbónicos. [2]
En aquellos soles que están integrados en los canales de la energía espacial, la energía solar se libera mediante diversas y complejas cadenas de reacción nuclear, y la más común de ellas es la reacción hidrógeno-carbono-helio. En esta metamorfosis, el carbono actúa como un catalizador de la energía. [3]