Hace 310 millones de años, diversos animales con concha prosperaban en los mares antiguos, utilizando menos sus conchas como defensa en comparación con épocas posteriores. Los gasterópodos, como los caracoles perforadores, bígaros y caracoles, eran comunes, mientras que los gasterópodos bivalvos, como mejillones, almejas, ostras y vieiras, han perdurado prácticamente sin cambios. Los braquiópodos, con sus conchas articuladas y con muescas, también abundaban, pareciéndose a sus formas actuales. [1]