Los volcanes, pero no las montañas, los cometas, pero no las estrellas, se volvieron fetiches. [1]
Muchos cometas son los descendientes salvajes y no estabilizados de las ruedas madres solares, que se van poniendo gradualmente bajo el control del sol central dominante. [2]
Los meteoros y otras pequeñas partículas de materia que circulan y evolucionan en el espacio constituyen un enorme agregado de energía y de sustancia material. [3]
Incluso algunos cometas están compuestos de enjambres de meteoros, pero por regla general se trata de cuerpos de materia más pequeños y desorganizados. [4]
La cola de un cometa se dirige en sentido contrario al cuerpo o al sol que lo atrae debido a la reacción eléctrica de sus gases extremadamente extendidos y a causa de la presión real de la luz y de otras energías que emanan del sol. [5]