Los neandertales temían a la oscuridad; tenían un terror mortal del anochecer. Mientras la Luna brillaba un poco, se las arreglaban para seguir adelante; pero cuando ésta se oscurecía, se llenaban de pánico y empezaban a hacer sacrificios de hombres y mujeres. [1]
«El que camina en las tinieblas, no sabe adonde va; pero si escogéis caminar en la luz, todos os convertiréis en verdad en los hijos liberados de Dios». [2]