Durante la fiesta judía del perdón al amanecer se congregaban los peregrinos de todas las partes de la ciudad; cada uno llevaba en la mano derecha un haz de mirto, de sauce y de palmas, y en la mano izquierda una rama de manzana del paraíso —la cidra o «fruta prohibida». [1]
Todas las tribus primitivas tenían su árbol del fruto prohibido, literalmente la manzana, pero en sentido figurado consistía en un millar de ramas sobrecargadas de todo tipo de tabúes. [2]