Los cuerpos de Adán y Eva despedían una luz tenue, pero siempre se vestían de acuerdo con la costumbre de sus asociados. Aunque llevaban poca ropa durante el día, al anochecer se ponían unas mantas. El origen de la aureola tradicional que rodea la cabeza de los hombres supuestamente piadosos y santos data de los tiempos de Adán y Eva. [1]