© 2023 Halbert Katzen, JD
Por Halbert Katzen J.D.
El énfasis editorial en las citas de El Libro de Urantia aparece en negrita.
La próxima llegada de un Hijo divino podría ser provocada por una crisis mundial, el juicio final de la rebelión de Lucifer u otras circunstancias. Y no sabemos cómo estos eventos podrían combinarse directamente, superponerse o aparecer en un orden secuencial cercano.
Ya sea la Biblia o El libro de Urantia, las limitaciones de las revelaciones proféticas siempre están en juego. Obtenemos pistas, no conclusiones. Obtenemos más preguntas que respuestas. Los indicios de posibilidades están dispersos en ambos textos. No obstante, una mejor comprensión de las preguntas aclara las posibilidades y, a veces, conduce a implicaciones que no son fácilmente evidentes.
Esta ayuda de estudio se centra en si la próxima visita de un Hijo divino se producirá en el contexto de un evento de crisis catastrófico global.
En el párrafo siguiente, note cómo las repetidas referencias de Jesús a una crisis mundial son lo que crea el contexto para la pregunta sobre su eventual regreso.
Aunque Jesús se refirió a una fase del reino situada en el futuro, y sugirió en numerosas ocasiones que dicho acontecimiento podría suceder como parte de una crisis mundial; y aunque en diversas ocasiones prometió con precisión que algún día regresaría con toda seguridad a Urantia, hay que indicar que nunca asoció explícitamente estas dos ideas entre sí. Prometió una nueva revelación del reino en la Tierra en algún momento del futuro; también prometió que volvería alguna vez en persona a este mundo; pero no dijo que estos dos acontecimientos tuvieran la misma significación. Por todo lo que sabemos, estas promesas pueden referirse, o no, al mismo acontecimiento. (LU 170:4.15)
La primera definición de sugerir es la más utilizada, pero la segunda puede ser también apropiada o en su lugar, especialmente considerando la fuente de la información y las numerosas referencias hechas por Jesús.
sugerir: verbo transitivo
Además, Jesús enseñó:
««Pero, ¿cuál es el significado de esta enseñanza relacionada con la venida de los Hijos de Dios? ¿No os dais cuenta de que cuando cada uno de vosotros sea llamado a abandonar la lucha de la vida y a traspasar la puerta de la muerte estará en la presencia inmediata del juicio, frente a frente con los hechos de una nueva dispensación de servicio en el plan eterno del Padre infinito? Aquello a lo que el mundo entero debe de hecho enfrentarse literalmente al final de una era, cada uno de vosotros, como individuo, tiene que enfrentarse con toda seguridad, como experiencia personal, cuando llegue al final de su vida física, y con ello pase a enfrentarse a las condiciones y a las exigencias inherentes a la revelación siguiente de la evolución eterna del reino del Padre».» (LU 176:2.7)
Consideremos que la enseñanza de Jesús implica que toda la humanidad se enfrentará literalmente a la muerte física al final de esta era, tal como sus seguidores inmediatos tendrán que enfrentar la muerte física. ¿Esto implica que la próxima era será una en la que todo el mundo se enfrentará a la muerte como parte de una crisis planetaria?
Los siguientes cinco párrafos son clave para entender este tema porque señalan tres profecías que los reveladores quieren que tomemos en serio. Juan, Isaías y Pedro, respectivamente, usan la frase «un nuevo cielo(s) y una nueva tierra». Además, la referencia de Isaías a las lunas nuevas y los días de reposo corresponde bien a los eclipses solares completos que se cruzan (lunas nuevas) sobre la Cruz de la Paz de Bald Knob en el cumpleaños de Jesús y el día entre la crucifixión y la resurrección.
Juan escribió acerca de la terminación de la misión final de los Hijos Instructores (al menos ésta sería la cronología en un mundo normal): «Y vi un nuevo cielo y una nueva Tierra, y la nueva Jerusalén que bajaba de Dios saliendo del cielo, preparada como una princesa adornada para su príncipe».
Ésta es la misma Tierra renovada, el avanzado estado planetario, que el antiguo vidente imaginó cuando escribió: «‘Porque igual que los nuevos cielos y la nueva Tierra que yo crearé perdurarán ante mí, así sobreviviréis vosotros y vuestros hijos; y sucederá que, desde una Luna nueva hasta la otra y desde un sábado hasta el otro, todo el género humano vendrá a postrarse en adoración ante mí’, dice el Señor».
Los mortales de esta era son los que están descritos como «una generación elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo elevado; y vosotros daréis a conocer las alabanzas de Aquél que os ha hecho salir de las tinieblas hacia esta maravillosa luz».
Cualquiera que sea la historia natural especial de un planeta individual, indiferentemente de que el reino haya sido totalmente leal, haya estado contaminado por el mal o maldito por el pecado —cualquiera que sean los antecedentes— tarde o temprano la gracia de Dios y el ministerio de los ángeles anunciarán el día de la venida de los Hijos Instructores Trinitarios; y su partida, después de su misión final, inaugurará esta magnífica era de luz y de vida.
Todos los mundos de Satania pueden unirse a la esperanza de aquél que escribió: «Sin embargo, de acuerdo con Su promesa, nosotros esperamos un nuevo cielo y una nueva Tierra, donde reside la rectitud. Por lo cual, bienamados, en vista de que esperáis estas cosas, sed diligentes para que Él pueda encontraros en paz, sin mancha e irreprochables». (LU 52:7.11-15)
Creer en profecías es una prueba notable de fe tanto para la Biblia como para los estudiantes de El libro de Urantia.
Consideremos que los eventos de crisis pueden incluso superponerse. Podríamos estar en medio de una crisis religiosa, política, social y económica —de tributación, si se quiere— y también estar acercándonos a un evento de crisis más repentino y dramático, tal vez de naturaleza ambiental dentro o fuera de nuestro control. ¿Quién sabe?
¿Cómo sería y cuál sería el valor de defender las enseñanzas de El Libro de Urantia en medio de crisis religiosas, sociales y políticas que están en desacuerdo con las enseñanzas de El libro de Urantia?
¿Qué tendencias sociales y políticas están empujando los límites o abiertamente en desacuerdo con las enseñanzas de El libro de Urantia?
¿Cómo vivimos las enseñanzas del Libro de Urantia sobre cuestiones religiosas, sociales, políticas y científicas, como creyentes, sin enredar esta revelación en tales cuestiones?
¿Y qué podría significar todo esto para nosotros como individuos?
Jesús comprendía que iba a enfrentarse con la declaración inmediata de una guerra manifiesta y abierta por parte de sus enemigos cada vez más numerosos, y eligió audazmente emprender la ofensiva. Cuando alimentó a los cinco mil, había desafiado sus ideas sobre el Mesías material; ahora, decidió de nuevo atacar abiertamente sus conceptos del libertador judío. Esta crisis, que comenzó con la alimentación de los cinco mil y terminó con el sermón de este sábado por la tarde, marcó el momento en que se redujo la corriente de la fama y de las aclamaciones populares. De ahora en adelante, el trabajo del reino iba a ocuparse cada vez más de la tarea más importante de ganar conversos espirituales duraderos para la fraternidad verdaderamente religiosa de la humanidad. Este sermón marcó la crisis de transición entre el período de discusión, controversia y decisión, y el de la guerra abierta, con la aceptación final o el rechazo definitivo.
El Maestro sabía muy bien que muchos de sus seguidores estaban preparándose mentalmente, de manera lenta pero segura, para rechazarlo definitivamente. También sabía que muchos de sus discípulos estaban pasando, de manera lenta pero segura, por esa preparación de la mente y esa disciplina del alma que les permitiría triunfar sobre las dudas y afirmar valientemente su fe completa en el evangelio del reino. Jesús comprendía plenamente cómo se preparan los hombres para las decisiones de una crisis y para llevar a cabo acciones repentinas basadas en elecciones valientes, mediante el lento proceso de elegir reiteradamente entre el bien y el mal en las situaciones recurrentes. A sus mensajeros elegidos los sometió a repetidas desilusiones y les proporcionó frecuentes oportunidades de pruebas para que escogieran entre la buena y la mala manera de enfrentarse a las dificultades espirituales. Sabía que podía confiar en sus seguidores, que cuando se enfrentaran con la prueba final, tomarían sus decisiones esenciales de acuerdo con las actitudes mentales y las reacciones espirituales habituales adquiridas anteriormente. (LU 153:1.2-3)
Antes de que Jesús fuera colocado en su cruz, los dos bandidos ya habían sido situados en las suyas, maldiciendo y escupiendo continuamente a sus verdugos. Las únicas palabras de Jesús mientras lo clavaban en el travesaño fueron: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen». No podría haber intercedido con tanto amor y misericordia a favor de sus verdugos, si estos pensamientos de devoción afectuosa no hubieran sido el móvil principal de toda su vida de servicio desinteresado. Las ideas, los móviles y los anhelos de toda una vida se revelan abiertamente en una crisis. (LU 187:2.4)
Todo mortal ascendente que sufre una experiencia insurreccional y que actúa lealmente en presencia de una rebelión está destinado a convertirse finalmente en un Mensajero Poderoso del servicio superuniversal. Y lo mismo sucede con toda criatura ascendente que impide eficazmente estos disturbios ocasionados por el error, el mal o el pecado; ya que toda acción destinada a impedir una rebelión o a llevar a cabo unos tipos de lealtad más elevados en una crisis universal es considerada como que tiene un valor aún más grande que la simple lealtad en presencia de una rebelión efectiva. (LU 22:2.3)
- La mayor aflicción del cosmos consiste en no haber estado nunca afligido. Los mortales sólo aprenden la sabiduría experimentando tribulaciones. (LU 48:7.14)
- Las épocas planetarias de los mortales. Esta clasificación reconoce la sucesión de las dispensaciones temporales en la medida en que afectan el estatus terrestre del hombre y a su recepción del ministerio celestial.
La vida es iniciada en los planetas por los Portadores de Vida, que vigilan su desarrollo hasta poco después de la aparición evolutiva del hombre mortal. Antes de dejar un planeta, los Portadores de Vida instalan debidamente a un Príncipe Planetario como gobernante del reino. Con este gobernante llega un contingente completo de auxiliares subordinados y de ayudantes ministrantes, y el primer juicio de los vivos y de los muertos tiene lugar simultáneamente con su llegada. (LU 49:5.21-22)
Nótese la implicación de que «el juicio de los vivos y los muertos» es algo que sucede más de una vez. Nótese cómo Jesús refuerza esta idea.
««Pero, ¿cuál es el significado de esta enseñanza relacionada con la venida de los Hijos de Dios? ¿No os dais cuenta de que cuando cada uno de vosotros sea llamado a abandonar la lucha de la vida y a traspasar la puerta de la muerte estará en la presencia inmediata del juicio, frente a frente con los hechos de una nueva dispensación de servicio en el plan eterno del Padre infinito? Aquello a lo que el mundo entero debe de hecho enfrentarse literalmente al final de una era, cada uno de vosotros, como individuo, tiene que enfrentarse con toda seguridad, como experiencia personal, cuando llegue al final de su vida física, y con ello pase a enfrentarse a las condiciones y a las exigencias inherentes a la revelación siguiente de la evolución eterna del reino del Padre».» (LU 176:2.7)
Cuando llegó el Príncipe Planetario, las personas fueron guiadas por Dios, basándose en la genética, a la ubicación del Príncipe, para que pudieran ser parte del proceso. Si hay una crisis planetaria, ¿qué consideraciones genéticas pueden entrar en juego y cómo se manejarían?
Algún tiempo antes de la llegada de estos cien ciudadanos de Jerusem, los dos Portadores de Vida supervisores que residían en Urantia y que habían perfeccionado previamente sus planes, pidieron permiso a Jerusem y Edentia para trasplantar el plasma vital de cien supervivientes seleccionados del linaje de Andón y Fonta en los cuerpos materiales que estaban en proyecto para los miembros corpóreos del estado mayor del Príncipe. La petición fue concedida en Jerusem y aprobada en Edentia.
En consecuencia, los Portadores de Vida escogieron a cincuenta hombres y cincuenta mujeres entre los descendientes de Andón y Fonta, que representaban la supervivencia de los mejores linajes de esta raza única. A excepción de uno o dos, estos andonitas que contribuyeron al progreso de la raza no se conocían entre sí.** Procedían de lugares muy alejados y fueron reunidos en el umbral de la sede del Príncipe gracias a la dirección de los Ajustadores del Pensamiento en coordinación con la guía seráfica.** Aquí, los cien sujetos humanos fueron puestos en manos de la comisión sumamente experta de voluntarios procedentes de Avalon, que dirigió la extracción material de una porción del plasma vital de estos descendientes de Andón. Este material viviente se transfirió después a los cuerpos materiales que se construyeron para los cien miembros jerusemitas del estado mayor del Príncipe. Mientras tanto, estos ciudadanos recién llegados de la capital del sistema permanecieron en el sueño del transporte seráfico. (LU 66:2.6-7)
¿Podría una crisis mundial precipitar un evento donde algunas almas salvables permanecen en (o son devueltas) a este planeta, mientras que otras continúan en los mundos de las mansiones y/o algún tipo de mundo de transición?
El estado mayor corpóreo del príncipe es retirado generalmente del planeta en conexión con el juicio siguiente que tiene lugar cuando llega un segundo Hijo a la esfera. Antes de marcharse, habitualmente asignan sus diversas tareas a sus descendientes comunes y a ciertos voluntarios nativos superiores. En aquellos mundos donde estos ayudantes del príncipe han tenido permiso para emparejarse con los grupos superiores de las razas nativas, estos descendientes los suceden generalmente.
Estos asistentes del Príncipe Planetario raras veces se emparejan con las razas del mundo, pero siempre se emparejan entre ellos. Estas uniones producen dos clases de seres: el tipo primario de criaturas intermedias y ciertos tipos elevados de seres materiales que permanecen vinculados al estado mayor del príncipe después de que sus padres han sido retirados del planeta en el momento de la llegada de Adán y Eva. Estos hijos no se emparejan con las razas mortales, salvo en ciertas situaciones de emergencia, y entonces sólo lo hacen por mandato del Príncipe Planetario. En un caso así, sus hijos —los nietos del estado mayor corpóreo— tienen el mismo estatus que las razas superiores de su época y de su generación. Todos los descendientes de estos asistentes semimateriales del Príncipe Planetario están habitados por un Ajustador.
Al final de la dispensación del príncipe, cuando llega el momento en que este «estado mayor revertido» ha de regresar a la sede del sistema para reanudar su carrera hacia el Paraíso, estos ascendentes se presentan ante los Portadores de Vida para entregar sus cuerpos materiales. Entran en el sueño de transición y se despiertan libres de su investidura mortal y vestidos con las formas morontiales, preparados para el transporte seráfico de vuelta a la capital del sistema, donde les esperan sus Ajustadores separados. Llevan un retraso de una dispensación entera con respecto a su clase de Jerusem, pero han adquirido una experiencia única y extraordinaria, un raro capítulo en la carrera de un mortal ascendente. (LU 50:3.4-6)
Entre las muchas razones que conozco por las cuales Lucifer y sus cómplices no fueron internados ni juzgados más pronto, se me permite enumerar las siguientes: (LU 54:5.1)
- En Jerusem, el representante personal del Ejecutivo Supremo de Orvonton aconsejó a Gabriel que fomentara todo tipo de oportunidades para que cada criatura viviente madurara una decisión deliberada respecto a los asuntos incluidos en la Declaración de Libertad de Lucifer. Una vez planteadas las cuestiones de la rebelión, el consejero paradisiaco para situaciones de emergencia de Gabriel declaró que si esta oportunidad plena y libre no se daba a todas las criaturas de Norlatiadek, entonces la cuarentena del Paraíso contra todas estas criaturas posiblemente poco entusiastas y afectadas por las dudas se extendería, como medida de autoprotección, a toda la constelación. Para mantener abiertas las puertas de la ascensión hacia el Paraíso a los seres de Norlatiadek era necesario facilitar el desarrollo completo de la rebelión, y asegurar la plena definición de la actitud de todos los seres implicados de alguna manera en ella. (LU 54:5.10)
- En Jerusem se organizó un consejo de emergencia de ex-mortales compuesto de Mensajeros Poderosos, mortales glorificados que habían tenido una experiencia personal en situaciones semejantes, junto con sus colegas. Informaron a Gabriel que si se intentaban métodos de represión arbitrarios o sumarios, al menos un número tres veces mayor de seres se descarriarían. Todo el cuerpo de consejeros de Uversa coincidió en aconsejar a Gabriel que permitiera que la rebelión siguiera plenamente su curso natural, aunque se necesitara un millón de años para acabar con las consecuencias. (LU 54:5.12)
Pero estas demoras de la misericordia no son interminables. A pesar del largo retraso en juzgarse la rebelión de Lucifer (tal como se calcula el tiempo en Urantia), podemos indicar que durante el período de efectuar esta revelación se ha celebrado en Uversa la primera audiencia del caso pendiente de Gabriel contra Lucifer, y poco después se ha promulgado un mandato de los Ancianos de los Días ordenando que Satanás sea confinado de ahora en adelante en el mundo prisión con Lucifer. Esto pone fin a la capacidad de Satanás para continuar haciendo visitas a cualquiera de los mundos caídos de Satania. En un universo dominado por la misericordia, la justicia puede ser lenta, pero es segura. (LU 54:4.8)
Considere cómo la perspectiva anterior podría afectar la sabiduría de los Altísimos, si los Altísimos pueden prever un evento de evacuación planetaria que se avecina, tal vez incluso el 8 de abril de 2024… ¿como se profetizó?
La noticia de que la rebelión había estallado en Jerusem, la capital de Satania, fue transmitida por el consejo de los Melquisedeks. Los Melquisedeks de emergencia fueron enviados inmediatamente a Jerusem, y Gabriel se ofreció voluntariamente para actuar como representante del Hijo Creador, cuya autoridad se había desafiado. El sistema fue puesto en cuarentena, quedó aislado de sus sistemas hermanos al mismo tiempo que se anunciaba el estado de rebelión en Satania. Había «guerra en el cielo», en la sede central de Satania, y esta guerra se extendió a todos los planetas del sistema local. (LU 67:3.1)
Estos siete años de espera fueron un período de examen de conciencia y de disciplina del alma. Este tipo de crisis en los asuntos de un universo demuestran la enorme influencia de la mente como factor en la elección espiritual. La educación, la formación y la experiencia son factores que intervienen en la mayoría de las decisiones vitales de todas las criaturas morales evolutivas. Pero al espíritu interior le es totalmente posible ponerse en contacto directo con los poderes que determinan las decisiones de la personalidad humana, y facultar así a la voluntad plenamente consagrada de la criatura para que lleve a cabo unos actos asombrosos de devoción leal a la voluntad y al camino del Padre que está en el Paraíso. Y esto es precisamente lo que sucedió en la experiencia de Amadón, el asociado humano modificado de Van. (LU 67:3.7)
La narración de los acontecimientos conmovedores de aquellos trágicos días sería interminable. Pero por fin la última personalidad que quedaba tomó su decisión final y entonces, sólo entonces, fue cuando llegó un Altísimo de Edentia con los Melquisedeks de emergencia para asumir la autoridad en Urantia. Los archivos panorámicos del reinado de Caligastia fueron borrados en Jerusem, y empezó la época probatoria de la rehabilitación planetaria. (LU 67:3.10)
Antes de la llegada de los síndicos Melquisedeks, Van puso la administración de los asuntos humanos en las manos de diez comisiones de cuatro miembros cada una, unos grupos idénticos a los del régimen del Príncipe. Los Portadores de Vida residentes más antiguos asumieron la dirección temporal de este consejo de cuarenta miembros, que funcionó durante los siete años de espera. Unos grupos similares de amadonitas asumieron estas responsabilidades cuando los treinta y nueve miembros leales del estado mayor regresaron a Jerusem.
Estos amadonitas procedían del grupo de 144 andonitas leales al que pertenecía Amadón, y a los cuales había dado su nombre. Este grupo constaba de treinta y nueve hombres y ciento cinco mujeres. De todos ellos, cincuenta y seis tenían el estado de inmortalidad, y todos fueron trasladados (a excepción de Amadón) en compañía de los miembros leales del estado mayor. El resto de este noble grupo continuó en la Tierra hasta el final de sus días como mortales bajo la dirección de Van y Amadón. Fueron la levadura biológica que se multiplicó y continuó asegurando la dirección del mundo durante las largas épocas tenebrosas de la era posterior a la rebelión. (LU 67:6.2-3)
Van y Amadón permanecieron en la Tierra hasta poco después de la llegada de Adán y Eva. Algunos años más tarde fueron trasladados a Jerusem, donde Van se reunió con su Ajustador que lo esperaba. Van trabaja ahora al servicio de Urantia mientras espera la orden de continuar el larguísimo camino hacia la perfección del Paraíso y hacia el destino no revelado del Cuerpo de la Finalidad de los Mortales que está en proceso de formación. (LU 67:6.8)
Al tercer día de salir del Jardín, la caravana edénica fue detenida por la llegada de los transportes seráficos de Jerusem. A Adán y Eva se les informó por primera vez sobre cuál sería el destino de sus hijos. Mientras los transportes permanecían preparados, aquellos hijos que habían llegado a la edad de elegir (veinte años) recibieron la opción de permanecer en Urantia con sus padres, o de convertirse en los pupilos de los Altísimos de Norlatiadek. Dos tercios escogieron ir a Edentia, y casi un tercio eligió permanecer con sus padres. Todos los hijos menores de veinte años fueron llevados a Edentia. Nadie podría haber contemplado la dolorosa separación entre este Hijo y esta Hija Materiales y sus hijos, sin darse cuenta de que el camino del transgresor es duro. Estos descendientes de Adán y Eva se encuentran ahora en Edentia; no sabemos cómo se dispondrá de ellos. (LU 75:6.3)
No permanecieron mucho tiempo en el olvido del sueño inconsciente de los mortales del reino. Al tercer día de la muerte de Adán, dos días después de su respetuoso entierro, Lanaforge ordenó que se pasara una lista especial para los supervivientes notables de la falta adámica en Urantia. Sus órdenes, apoyadas por el Altísimo de Edentia en funciones y ratificadas por el Unión de los Días de Salvington, que actuaba en nombre de Miguel, fueron entregadas a Gabriel. De conformidad con este mandato de resurrección especial, el número veintiséis de la serie de Urantia, Adán y Eva fueron repersonalizados y reconstruídos en las salas de resurrección de los mundos de las mansiones de Satania junto con 1.316 asociados suyos de la experiencia del primer jardín. Muchas otras almas leales ya habían sido trasladadas en el momento de la llegada de Adán, que estuvo acompañada de un juicio dispensacional de los supervivientes dormidos y de los ascendentes vivientes cualificados. (LU 76:6.2)
… Se ha dicho de Cristo Miguel que, cuando ascendió a las alturas al final de su trabajo en la Tierra: «Conducía a una gran multitud de cautivos». Estos cautivos eran los supervivientes dormidos desde los tiempos de Adán hasta el día de la resurrección del Maestro en Urantia.
El paso del tiempo no tiene ninguna importancia para los mortales dormidos; están totalmente inconscientes y ajenos a la duración de su descanso. En el momento de reensamblarse su personalidad al final de una era, aquellos que han dormido cinco mil años no reaccionan de manera diferente a los que han descansado cinco días. Aparte de este retraso en el tiempo, estos supervivientes pasan por el régimen de la ascensión exactamente igual que aquellos que evitan el sueño más corto o más largo de la muerte. (LU 30:4.11-12)
Tenga en cuenta que el otorgamiento de Jesús no instigó una resurrección de los vivos, pero esta ocasión para comentar sobre el otorgamiento de Jesús también se utilizó para recordar a los lectores que algunas personas «evitan el sueño más largo o más corto de la muerte».
Los niños y los jóvenes habitados por un Ajustador que viven en el mundo finalitario son criados también en familias de cinco, y sus edades varían entre seis y catorce años; estas familias están compuestas, aproximadamente, por niños que tienen seis, ocho, diez, doce y catorce años. En cualquier momento después de los dieciséis años, si han efectuado su elección final, se trasladan al primer mundo de las mansiones y empiezan su ascensión hacia el Paraíso. Algunos hacen su elección antes de esta edad y van a las esferas de ascensión, pero en los mundos de las mansiones encontraréis muy pocos niños por debajo de los dieciséis años, tal como se calcula la edad según los criterios de Urantia. (LU 47:2.5)
Cuando la vida material ha terminado su curso, si no han elegido la vida ascendente, o si estos hijos del tiempo han decidido definitivamente estar en contra de la aventura de Havona, la muerte pone fin automáticamente a su carrera de prueba. Estos casos no necesitan juicio; no existe resurrección para esta segunda muerte. Simplemente se vuelven como si no hubieran existido.
Pero si eligen el camino paradisiaco de la perfección, se les prepara inmediatamente para trasladarlos al primer mundo de las mansiones, donde muchos de ellos llegan a tiempo para reunirse con sus padres en la ascensión hacia Havona. Después de pasar por Havona y de llegar hasta las Deidades, estas almas salvadas de origen mortal componen la ciudadanía ascendente permanente del Paraíso. Estos niños que han sido privados de la valiosa y esencial experiencia evolutiva en los mundos donde nacen los mortales no son enrolados en el Cuerpo de la Finalidad. (LU 47:2.7-8)
Aunque estén privados de los beneficios inmediatos de las donaciones planetarias de los Hijos descendentes de Dios, aunque la ascensión hacia el Paraíso se demore durante mucho tiempo, sin embargo, poco después de que un planeta evolutivo ha alcanzado las épocas intermedias de luz y de vida (si no antes), los dos grupos de criaturas intermedias son liberados de sus deberes planetarios. A veces la mayoría de ellos son trasladados, junto con sus primos humanos, el día en que desciende el templo de luz y el Príncipe Planetario es elevado a la dignidad de Soberano Planetario. Después de ser liberadas de su servicio planetario, las dos órdenes se registran en el universo local como Hijos ascendentes de Dios y empiezan inmediatamente la larga ascensión hacia el Paraíso por las mismas vías ordenadas para la progresión de las razas mortales de los mundos materiales. El grupo primario es destinado a diversos cuerpos finalitarios, pero todos los intermedios secundarios o adámicos se dirigen a inscribirse en el Cuerpo de los Mortales de la Finalidad. (LU 40:3.1)
Ésta es la larga historia de las enseñanzas de Maquiventa Melquisedek en Urantia. Hace cerca de cuatro mil años que este Hijo de emergencia de Nebadon se donó en Urantia, y durante este tiempo las enseñanzas del «sacerdote de El Elyón, el Dios Altísimo», han penetrado en todas las razas y pueblos. Y Maquiventa consiguió el objetivo de su donación excepcional: cuando Miguel se preparó para aparecer en Urantia, el concepto de Dios estaba presente en el corazón de los hombres y las mujeres, el mismo concepto de Dios que vuelve a brillar otra vez en la experiencia espiritual viviente de los numerosos hijos del Padre Universal, a medida que viven sus enigmáticas vidas temporales en los planetas que giran en el espacio. (LU 98:7.12)
… Jesús contó a Ganid que las escrituras hebreas habían sido traducidas al griego en este lugar. Discutieron una y otra vez de todas las religiones del mundo, y Jesús se esforzó en enseñar a esta mente joven la verdad que contenía cada una de ellas, añadiendo siempre: «Pero Yahvé es el Dios que surgió de las revelaciones de Melquisedek y del pacto con Abraham. Los judíos eran los descendientes de Abraham y ocuparon posteriormente la misma tierra en la que Melquisedek había vivido y enseñado, y desde la cual envió maestros a todo el mundo; y su religión acabó describiendo al Señor Dios de Israel como Padre Universal que está en los cielos, reconociéndolo de manera más clara que cualquier otra religión del mundo». (LU 130:3.4)
La evolución y la elevación de la enseñanza de Moisés han influido sobre casi la mitad del mundo, y aún continúan influyendo incluso en el siglo veinte. Aunque Moisés comprendía la filosofía religiosa egipcia más avanzada, los esclavos beduinos sabían poco de estas enseñanzas, pero nunca habían olvidado por completo al dios del Monte Horeb, a quien sus antepasados habían llamado Yahvé. (LU 96:4.1)
Cuando seguía a Jesús, de manera literal y figurada, o bien encabezaba la procesión o se quedaba rezagado —«siguiéndola de lejos». Pero era el predicador más destacado de los doce; contribuyó más que cualquier otra persona, aparte de Pablo, a establecer el reino y a enviar a sus mensajeros, en una sola generación, a los cuatro puntos cardinales de la Tierra. (LU 139:2.9)
La religión cristiana, como sistema de creencia urantiano, surgió de la combinación de las enseñanzas, influencias, creencias, cultos y actitudes individuales personales siguientes:
- Las enseñanzas de Melquisedek, que son un factor fundamental en todas las religiones que han surgido en Oriente y Occidente durante los últimos cuatro mil años. (LU 98:7.3-4)
La religión se enfrenta ahora con el desafío de una nueva era de mentalidad científica y de tendencias materialistas. En este conflicto gigantesco entre lo secular y lo espiritual, la religión de Jesús acabará por triunfar. (LU 195:4.5)
Los científicos han precipitado involuntariamente a la humanidad hacia un pánico materialista; han desencadenado un asedio irreflexivo al banco moral de los siglos, pero este banco de la experiencia humana tiene enormes recursos espirituales; puede soportar las demandas que se le hagan. Sólo los hombres irreflexivos se dejan llevar por el pánico con respecto a los activos espirituales de la raza humana. Cuando el pánico laico-materialista haya pasado, la religión de Jesús no se encontrará en bancarrota. El banco espiritual del reino de los cielos pagará con fe, esperanza y seguridad moral a todos los que recurran a él «en Su nombre». (LU 195:6.1)
En el momento de escribir este documento, lo peor de la era materialista ha pasado; ya está empezando a despuntar el día de una mejor comprensión. Las mejores mentes del mundo científico han dejado de tener una filosofía totalmente materialista, pero la gente común y corriente se inclina todavía en esa dirección a consecuencia de las enseñanzas anteriores. Pero esta era de realismo físico sólo es un episodio transitorio en la vida del hombre en la Tierra. La ciencia moderna ha dejado intacta a la verdadera religión —las enseñanzas de Jesús tal como se traducen en la vida de sus creyentes. Todo lo que la ciencia ha hecho es destruir las ilusiones infantiles de las falsas interpretaciones de la vida. (LU 195:6.4)
Considere el párrafo anterior junto con esta declaración de Jesús:
««Y ahora, en lo que se refiere a las tribulaciones de Jerusalén, de las cuales os he hablado, esta generación no pasará hasta que se cumplan mis palabras; pero en lo que respecta a la época de la nueva venida del Hijo del Hombre, nadie en el cielo o en la Tierra puede atreverse a hablar de ello. Pero deberíais ser sabios en lo que se refiere a la maduración de una era; deberíais estar alertas para discernir los signos de los tiempos. Cuando la higuera muestra sus ramas tiernas y brotan sus hojas, sabéis que el verano está cerca. De la misma manera, cuando el mundo haya pasado por el largo invierno de la mentalidad materialista y discernáis la venida de la primavera espiritual de una nueva dispensación, deberíais saber que se acerca el verano de una nueva visita».» (LU 176:2.6)
En toda Arabia había familias y clanes aquí y allá que se aferraban a la vaga idea de un solo Dios. Estos grupos guardaban como un tesoro las tradiciones de Melquisedek, Abraham, Moisés y Zoroastro. Había numerosos centros que podían haber respondido al evangelio de Jesús, pero los misioneros cristianos de los países desérticos formaban un grupo austero e inflexible, en contraste con los misioneros innovadores y dispuestos a hacer compromisos que ejercieron su actividad en los países mediterráneos. Si los seguidores de Jesús se hubieran tomado más en serio su mandato de «ir por todo el mundo para predicar el evangelio», y si hubieran sido más amables en esta predicación, menos estrictos en las exigencias sociales colaterales inventadas por ellos mismos, entonces muchos países hubieran recibido con agrado el simple evangelio del hijo del carpintero, entre ellos Arabia. (LU 95:7.3)
Estas diversas agrupaciones de cristianos pueden servir para albergar a los numerosos tipos diferentes de supuestos creyentes entre los diversos pueblos de la civilización occidental, pero esta división de la cristiandad muestra una grave debilidad cuando intenta llevar el evangelio de Jesús a los pueblos orientales. Esas razas no comprenden todavía que existe una religión de Jesús separada, y un poco apartada, del cristianismo, el cual se ha vuelto cada vez más una religión acerca de Jesús. (LU 195:10.15)
El cristianismo se enfrenta seriamente con la sentencia incluida en uno de sus propios lemas: «Una casa dividida contra sí misma no puede subsistir». El mundo no cristiano difícilmente capitulará ante una cristiandad dividida en sectas. El Jesús vivo es la única esperanza de una posible unificación del cristianismo. La verdadera iglesia —la fraternidad de Jesús— es invisible, espiritual y está caracterizada por la unidad, pero no necesariamente por la uniformidad. La uniformidad es la marca distintiva del mundo físico de naturaleza mecanicista. La unidad espiritual es el fruto de la unión por la fe con el Jesús vivo. La iglesia visible debería negarse a continuar obstaculizando el progreso de la fraternidad invisible y espiritual del reino de Dios. Esta fraternidad está destinada a convertirse en un organismo viviente, en contraste con una organización social institucionalizada. Puede utilizar muy bien estas organizaciones sociales, pero no debe ser sustituida por ellas. (LU 195:10.11)
No paséis por alto el valor de vuestra herencia espiritual, el río de verdad que fluye a través de los siglos, incluso hasta la época estéril de una era materialista y laica. En todos vuestros esfuerzos meritorios por desembarazaros de los credos supersticiosos de las épocas pasadas, aseguraos de conservar firmemente la verdad eterna. ¡Pero tened paciencia! Cuando la sublevación actual contra la superstición haya terminado, las verdades del evangelio de Jesús sobrevivirán gloriosamente para iluminar un camino nuevo y mejor. (LU 195:9.1)
Pero el cristianismo paganizado y socializado necesita un nuevo contacto con las enseñanzas no comprometidas de Jesús; languidece por falta de una visión nueva de la vida del Maestro en la Tierra. Una revelación nueva y más completa de la religión de Jesús está destinada a conquistar un imperio de laicismo materialista y a derrocar un influjo mundial de naturalismo mecanicista. Urantia se estremece actualmente al borde mismo de una de sus épocas más asombrosas y apasionantes de reajuste social, de reanimación moral y de iluminación espiritual. (LU 195:9.2)
Consideremos que la cultura de El Libro de Urantia también se ha dividido en sectas como consecuencia del fracaso en preservar la relación organizativa original entre la Fundación Urantia y la Hermandad Urantia. Consideremos el Tratado de la Unidad como una expresión de la gravedad de este problema y cómo la fecha límite para restablecer la relación es la fecha del primer eclipse solar completo sobre Bald Knob Cross of Peace.
A medida que las enseñanzas originales de Jesús penetraron en Occidente, fueron occidentalizadas, y a medida que fueron occidentalizadas, empezaron a perder su atracción potencialmente universal para todas las razas y tipos de hombres. El cristianismo de hoy se ha convertido en una religión bien adaptada a las costumbres sociales, económicas y políticas de las razas blancas. Hace tiempo que dejó de ser la religión de Jesús, aunque todavía presenta valientemente una hermosa religión acerca de Jesús a aquellas personas que intentan seguir sinceramente el camino de sus enseñanzas. El cristianismo ha glorificado a Jesús como Cristo, el ungido mesiánico de Dios, pero ha olvidado ampliamente el evangelio personal del Maestro: la Paternidad de Dios y la fraternidad universal de todos los hombres. (LU 98:7.11)
El cristianismo muestra en su historia que tuvo su origen en la transformación no intencionada de la religión de Jesús en una religión acerca de Jesús. Además, su historia indica que experimentó la helenización, la paganización, la secularización, la institucionalización, el deterioro intelectual, la decadencia espiritual, la hibernación moral, la amenaza de extinción, el rejuvenecimiento posterior, la fragmentación y una rehabilitación relativa más reciente. Este historial indica una vitalidad inherente y la posesión de inmensos recursos de recuperación. Y este mismo cristianismo está ahora presente en el mundo civilizado de los pueblos occidentales, haciendo frente a una lucha por la existencia que es aún más inquietante que aquellas crisis memorables que caracterizaron sus pasadas batallas por conseguir el dominio. (LU 195:4.4)
El cristianismo sufre una gran desventaja porque ha sido identificado, en la mente de todo el mundo, como una parte del sistema social, la vida industrial y los criterios morales de la civilización occidental; de este modo, el cristianismo ha parecido patrocinar, sin ser consciente de ello, una sociedad que se tambalea bajo la culpabilidad de tolerar una ciencia sin idealismo, una política sin principios, una riqueza sin trabajo, un placer sin restricción, un conocimiento sin carácter, un poder sin conciencia y una industria sin moralidad. (LU 195:10.20)
La religión institucional no puede proporcionar inspiración ni ofrecer directrices para esta reconstrucción social y esta reorganización económica inminentes a escala mundial, porque se ha vuelto desgraciadamente una parte más o menos orgánica del orden social y del sistema económico que están destinados a ser reconstruidos. Sólo la verdadera religión de la experiencia espiritual personal puede ejercer sus funciones de manera útil y creativa en la crisis actual de la civilización. (LU 99:2.1)
Las manifestaciones que acompañaron a la donación del «nuevo instructor», y la acogida que los hombres de las diversas razas y naciones, reunidos en Jerusalén, hicieron a la predicación de los apóstoles, indican la universalidad de la religión de Jesús. El evangelio del reino no debía ser identificado con ninguna raza, cultura o idioma particular. Este día de Pentecostés fue testigo del gran esfuerzo del espíritu por liberar a la religión de Jesús de las trabas judías que había heredado. Incluso después de esta demostración en la que el espíritu fue derramado sobre todo el género humano, los apóstoles trataron al principio de imponer a sus conversos las exigencias del judaísmo. El mismo Pablo tuvo dificultades con sus hermanos de Jerusalén, porque se negaba a someter a los gentiles a estas prácticas judías. Ninguna religión revelada puede difundirse por todo el mundo si comete el grave error de dejarse impregnar por alguna cultura nacional, o asociarse con unas prácticas raciales, sociales o económicas ya establecidas. (LU 194:3.9)
En el momento de esta revelación, el clima intelectual y filosófico que prevalece tanto en la vida europea como en la americana es decididamente laico —humanista. Durante trescientos años, el pensamiento occidental ha sido progresivamente laicizado. La religión se ha convertido cada vez más en una influencia nominal, se ha vuelto mayormente un ejercicio ritualista. La mayoría de los cristianos declarados de la civilización occidental son, sin saberlo, realmente laicos. (LU 195:8.3)
El materialismo niega a Dios, el laicismo se limita a ignorarlo; al menos ésta fue su actitud primitiva. Más recientemente, el laicismo ha tomado una actitud más militante, pretendiendo ocupar el lugar de la religión, cuya esclavitud totalitaria rechazó anteriormente. El laicismo del siglo veinte tiende a afirmar que el hombre no necesita a Dios. ¡Pero cuidado! Esta filosofía atea de la sociedad humana sólo conducirá a la inquietud, a la animosidad, a la infelicidad, a la guerra y a un desastre mundial. (LU 195:8.5)
¿Cómo podemos conciliar la enseñanza anterior con la naturaleza de esta revelación trascendental? ¿Cuál es la diferencia entre difundir el mensaje sencillo del evangelio y El libro de Urantia, cuando se trata de identificaciones culturales?
La vanidad contribuyó poderosamente al nacimiento de la sociedad; pero en el momento de estas revelaciones, los esfuerzos tortuosos de una generación jactanciosa amenazan con anegar y sumergir toda la complicada estructura de una civilización extremadamente especializada. Hace mucho tiempo que la necesidad de placer ha sustituido al hambre; los objetivos sociales legítimos de la preservación de sí se están transformando rápidamente en unas formas viles y amenazadoras de satisfacción egoísta. La preservación de sí edifica la sociedad; la satisfacción egoísta desenfrenada destruye infaliblemente la civilización. (LU 68:2.11)
El llamado cristianismo se ha convertido en un movimiento social y cultural, así como en una creencia y una práctica religiosas. El arroyo del cristianismo moderno desagua más de un antiguo pantano pagano y más de una ciénaga bárbara; muchas antiguas cuencas culturales vierten sus aguas en esta corriente cultural de hoy, además de las altas mesetas galileas que se supone que son su fuente exclusiva. (LU 195:9.11)
Cuando el observador Vorondadek planetario de Urantia —el Altísimo custodio que no hace mucho tiempo asumió urgentemente la regencia de vuestro mundo— afirmó su autoridad en presencia del gobernador general residente, empezó su administración urgente de Urantia con todo el personal de su propia elección. A todos sus asociados y asistentes les asignó inmediatamente sus deberes planetarios. Pero no eligió a los tres Ajustadores Personalizados que aparecieron ante él en el momento de asumir la regencia. Ni siquiera sabía que aparecerían de esta manera, pues no habían manifestado su presencia divina durante la época de una regencia anterior. El Altísimo regente no asignó ningún servicio ni encargó ningún deber a estos Ajustadores Personalizados voluntarios. Sin embargo, estos tres seres omnipersonales figuraban entre los más activos de las numerosas órdenes de seres celestiales que por entonces servían en Urantia. (LU 109:7.7)
En caso de crisis, el jefe real y soberano del gobierno, excepto en algunos asuntos puramente espirituales, sería este Hijo Vorondadek de Edentia actualmente de servicio como observador. (En estos problemas exclusivamente espirituales y en ciertos asuntos puramente personales, la autoridad suprema parece corresponder al arcángel comandante vinculado al cuartel general divisionario de esta orden, recientemente establecido en Urantia.)
Un observador Altísimo está facultado para hacerse cargo, a su juicio, del gobierno planetario en tiempos de grave crisis planetaria, y los archivos indican que esto ha sucedido treinta y tres veces en la historia de Urantia. En tales momentos, el observador Altísimo desempeña las funciones de regente Altísimo, ejerciendo una autoridad indiscutida sobre todos los ministros y administradores que residen en el planeta, exceptuando solamente a la organización divisionaria de los arcángeles. (LU 114:4.3-4)
Documento 43: Las Constelaciones; Sección 5. Los Padres de Edentia desde la Rebelión de Lucifer
La rotación de los Altísimos en Edentia se suspendió en la época de la rebelión de Lucifer. Actualmente tenemos los mismos gobernantes que estaban de servicio en aquellos tiempos. Deducimos que no se efectuará ningún cambio en estos gobernantes hasta que no se hayan deshecho finalmente de Lucifer y sus asociados.
Sin embargo, el gobierno actual de la constelación ha sido ampliado hasta incluir a doce Hijos de la orden Vorondadek. Estos doce miembros son los siguientes:
- The Most High emergency administrator, the Vorondadek Son charged with the task of adapting the emergency enactments of the Norlatiadek legislature to the rebellion-isolated worlds of Satania.
. . .
The Most High judge-advocate, the head of the emergency tribunal devoted to the adjustment of the special problems of Norlatiadek growing out of the confusion consequent upon the Satania rebellion.
The Most High director, the president of the emergency council of Edentia. All personalities assigned to Norlatiadek because of the Satania upheaval constitute the emergency council, and their presiding officer is a Vorondadek Son of extraordinary experience. LU 43:5.1-14
Lo mejor es revisar toda la sección, 37.3: The Archangels.
El circuito de los arcángeles funcionó entonces por primera vez desde Urantia. Gabriel y las huestes de arcángeles se trasladaron al lugar de la polarización espiritual del planeta; y cuando Gabriel dio la señal, su voz se transmitió como un relámpago al primer mundo de las mansiones del sistema, diciendo: «Por orden de Miguel, ¡que resuciten los muertos de una dispensación de Urantia!» Entonces, todos los supervivientes de las razas humanas de Urantia que se habían dormido desde la época de Adán, y que aún no habían sido juzgados, aparecieron en las salas de resurrección de mansonia, dispuestos para la investidura morontial. Y en un instante, los serafines y sus asociados se prepararon para partir hacia los mundos de las mansiones. Normalmente, estos guardianes seráficos, asignados anteriormente a la custodia colectiva de estos mortales supervivientes, habrían estado presentes en el momento de su despertar en las salas de resurrección de mansonia, pero en este momento se encontraban en Urantia porque la presencia de Gabriel era necesaria aquí en relación con la resurrección morontial de Jesús. (LU 189:3.2)
Urantia no carece de una supervisión apropiada y eficaz por parte de los gobernantes de su sistema, su constelación y su universo. Pero su gobierno planetario es diferente al de cualquier otro mundo del sistema de Satania, e incluso de todo Nebadon. La singularidad de vuestro plan de supervisión se debe a una serie de circunstancias poco comunes:
- El estado de Urantia, donde la vida ha sido modificada.
- Las exigencias de la rebelión de Lucifer.
- Los trastornos ocasionados por la falta adámica.
- Las irregularidades derivadas del hecho de que Urantia ha sido uno de los mundos de donación del Soberano del Universo. Miguel de Nebadon es el Príncipe Planetario de Urantia.
- La función especial de los veinticuatro directores planetarios.
- El emplazamiento en el planeta de un circuito de arcángeles.
- El nombramiento más reciente de Maquiventa Melquisedek, en otro tiempo encarnado en Urantia, como Príncipe Planetario vicegerente. (LU 114:0.4-11)
Este gobierno planetario, organizado de una manera más bien imprecisa y administrado de una forma en cierto modo personal, es más eficaz de lo que se esperaba a causa del ahorro de tiempo que supone la ayuda de los arcángeles y su circuito siempre disponible, el cual se utiliza con mucha frecuencia en caso de emergencia planetaria o de dificultades administrativas. Técnicamente, el planeta está todavía espiritualmente aislado de los circuitos de Norlatiadek, pero en caso de emergencia, este obstáculo se puede ahora evitar utilizando el circuito de los arcángeles. El aislamiento planetario afecta poco, por supuesto, a los mortales individuales desde que el Espíritu de la Verdad fue derramado sobre todo el género humano hace mil novecientos años. (LU 114:5.4)
Nótese que el «aislamiento planetario» es «de poca preocupación» en comparación con la ausencia de gobernantes encarnados.
Los mortales del planeta son escogidos para servir en el cuerpo de reserva del destino de los mundos habitados por las razones siguientes:
- Una capacidad especial para ser preparados en secreto para numerosas posibles misiones de emergencia en la dirección de las diversas actividades de los asuntos del mundo.
…
- Poseer un Ajustador del Pensamiento con una extraordinaria variedad de talentos y con una probable experiencia preurantiana para enfrentarse a las dificultades planetarias y luchar contra situaciones inminentes de emergencia mundial.
…
Los doce grupos de reservistas urantianos del destino están compuestos por habitantes mortales de la esfera, que han sido formados para ocupar numerosas posiciones cruciales en la Tierra y se mantienen preparados para actuar en las posibles emergencias planetarias. Este cuerpo combinado consta ahora de 962 personas. El cuerpo más pequeño asciende a 41, y el más grande a 172. A excepción de menos de una veintena de personalidades de contacto, los miembros de este grupo único no tienen ninguna conciencia de estar preparados para una posible actuación en ciertas crisis planetarias. Estos reservistas mortales son elegidos por el cuerpo al que están respectivamente vinculados, y son entrenados y preparados de la misma manera en su mente profunda mediante la técnica combinada del ministerio del Ajustador del Pensamiento así como del guardián seráfico. Muchas veces, otras numerosas personalidades celestiales participan en este entrenamiento inconsciente, y en toda esta preparación especial los intermedios prestan unos servicios valiosos e indispensables.
En muchos mundos, las criaturas intermedias secundarias mejor adaptadas son capaces de establecer diversos grados de contacto con los Ajustadores del Pensamiento de ciertos mortales favorablemente constituidos, penetrando hábilmente en la mente donde reside el Ajustador. (Estas revelaciones fueron materializadas en la lengua inglesa de Urantia debido precisamente a este tipo de combinación fortuita de ajustes cósmicos.) Estos mortales con potencial de contacto de los mundos evolutivos son movilizados en los numerosos cuerpos de reserva y, hasta cierto punto, la civilización espiritual avanza y los Altísimos pueden gobernar en los reinos de los hombres gracias a estos pequeños grupos de personalidades con visión de futuro. Los hombres y las mujeres de estos cuerpos de reserva del destino tienen así diversos grados de contacto con sus Ajustadores a través del ministerio intermedio de las criaturas intermedias; pero estos mismos mortales son poco conocidos por sus semejantes, salvo en aquellas raras emergencias sociales y urgencias espirituales en las que estas personalidades de reserva actúan para impedir la interrupción de la cultura evolutiva o la extinción de la luz de la verdad viviente. En Urantia, estos reservistas del destino raramente han sido ensalzados en las páginas de la historia humana. (LU 114:7.3-9)
Este mundo nunca ha puesto a prueba de manera seria, sincera y honrada estas ideas dinámicas y estos ideales divinos de la doctrina del reino de los cielos enseñada por Jesús. Pero no deberíais desanimaros por el progreso aparentemente lento de la idea del reino en Urantia. Recordad que el orden de la evolución progresiva está sujeto a cambios periódicos, repentinos e inesperados, tanto en el mundo material como en el mundo espiritual. La donación de Jesús como Hijo encarnado fue precisamente uno de esos acontecimientos extraños e inesperados en la vida espiritual del mundo. Al buscar la manifestación del reino en la época presente, no cometáis tampoco el error fatal de olvidar establecerlo en vuestra propia alma. (LU 170:4.14)
««Pero, ¿cuál es el significado de esta enseñanza relacionada con la venida de los Hijos de Dios? ¿No os dais cuenta de que cuando cada uno de vosotros sea llamado a abandonar la lucha de la vida y a traspasar la puerta de la muerte estará en la presencia inmediata del juicio, frente a frente con los hechos de una nueva dispensación de servicio en el plan eterno del Padre infinito? Aquello a lo que el mundo entero debe de hecho enfrentarse literalmente al final de una era, cada uno de vosotros, como individuo, tiene que enfrentarse con toda seguridad, como experiencia personal, cuando llegue al final de su vida física, y con ello pase a enfrentarse a las condiciones y a las exigencias inherentes a la revelación siguiente de la evolución eterna del reino del Padre».» (LU 176:2.7)
Consideremos que la enseñanza de Jesús implica que toda la humanidad se enfrentará literalmente a la muerte física al final de esta era, tal como sus seguidores inmediatos tendrán que enfrentar la muerte física. ¿Esto implica que la próxima era será una en la que todo el mundo se enfrentará a la muerte como parte de una crisis planetaria?
Aunque existe esta técnica de desmaterialización para preparar a los Adanes a fin de ser transportados desde Jerusem hasta los mundos evolutivos, no existe un método equivalente para sacarlos de dichos mundos a menos que se vacíe todo el planeta, en cuyo caso se instala de urgencia la técnica de la desmaterialización para toda la población salvable. Si una catástrofe física pusiera en peligro la residencia planetaria de una raza en evolución, los Melquisedeks y los Portadores de Vida instalarían la técnica de la desmaterialización para todos los supervivientes, y estos seres serían llevados por transporte seráfico hasta el nuevo mundo preparado para continuar su existencia. Una vez que la evolución de una raza humana ha empezado en un mundo del espacio, debe continuar independientemente por completo de la supervivencia física de ese planeta, pero durante las épocas evolutivas, no está planeado de otra manera que un Adán o una Eva Planetarios dejen el mundo que han elegido. (LU 51:2.3)
Si todos necesitan tiempo suficiente para tomar una decisión y nuestro mundo enfrenta una crisis ambiental que requeriría evacuación y Jesús ha prometido regresar y los profetas dicen que habrá una nueva tierra, ¿qué implica esto para las posibilidades?
Si el mundo termina enfrentándose colectivamente a un evento que requeriría la evacuación del planeta, ¿cuánto aceleraría esto las cuestiones de crecimiento personal y elección final y cuánto se basaría esto en la edad?
¿Habría un lugar de prueba para aquellos que no han tenido tiempo de hacer una elección final?
¿La intensidad de las circunstancias aceleraría el crecimiento de los más fieles, para que pudieran regresar a la «nueva tierra»?
¡Cuán inútil es hacer peticiones pueriles a un Dios semejante para que modifique sus decretos inmutables a fin de que podamos evitar las justas consecuencias del funcionamiento de sus sabias leyes naturales y de sus justos mandatos espirituales! «No os engañéis; uno no puede burlarse de Dios, porque aquello que un hombre siembra, eso también recogerá». En verdad, incluso al recoger en justicia la cosecha de las maldades, esta justicia divina siempre está templada de misericordia. La sabiduría infinita es el árbitro eterno que determina las proporciones de justicia y de misericordia que se repartirán en cualquier circunstancia dada. El castigo más grande (que es en realidad una consecuencia inevitable) por la maldad y la rebelión deliberada contra el gobierno de Dios es la pérdida de la existencia como súbdito individual de ese gobierno. El resultado final del pecado deliberado es la aniquilación. A fin de cuentas, esos individuos identificados con el pecado se han destruido a sí mismos al volverse completamente irreales por haber abrazado la iniquidad. Sin embargo, la desaparición real de esas criaturas siempre se retrasa hasta que los mandatos ordenados de la justicia, vigentes en ese universo, se han cumplido plenamente.
El cese de la existencia se decreta habitualmente en el momento del juicio dispensacional, o juicio de época, del planeta o de los planetas. En un mundo como Urantia tiene lugar al final de una dispensación planetaria. El cese de la existencia se puede decretar en esos momentos mediante la acción coordinada de todos los tribunales con jurisdicción que se extienden desde el consejo planetario, pasando por las cortes del Hijo Creador, hasta los tribunales de juicio de los Ancianos de los Días. El mandato de disolución parte de las cortes superiores del superuniverso después de una confirmación ininterrumpida de la acusación que se originó en la esfera de residencia del malhechor; luego, cuando la sentencia de extinción ha sido confirmada en las alturas, la ejecución se lleva a cabo mediante la acción directa de aquellos jueces que residen en la sede del superuniverso y que actúan desde allí.
Cuando esta sentencia se confirma definitivamente, el ser identificado con el pecado se vuelve instantáneamente como si no hubiera existido. Este destino no conlleva ninguna resurrección; es perpetuo y eterno. Los factores energéticos vivientes de la identidad se disipan, mediante las transformaciones del tiempo y las metamorfosis del espacio, en los potenciales cósmicos de donde habían surgido anteriormente. En cuanto a la personalidad del ser inicuo, se queda privada de un vehículo vital continuo porque la criatura no ha logrado hacer aquellas elecciones ni ha tomado aquellas decisiones finales que le habrían asegurado la vida eterna. Cuando la mente asociada ha abrazado continuamente el pecado hasta el punto de culminar en una identificación completa del yo con la iniquidad, entonces, después del cese de la vida y de la disolución cósmica, esa personalidad aislada es absorbida en la superalma de la creación, volviéndose una parte de la experiencia evolutiva del Ser Supremo. Nunca más volverá a aparecer como una personalidad; su identidad se vuelve como si nunca hubiera existido. En el caso de una personalidad habitada por un Ajustador, los valores espirituales experienciales sobreviven en la realidad del Ajustador que sigue existiendo. (LU 2:3.2-4)
Los supervivientes dormidos de una era planetaria son repersonalizados así en los llamamientos dispensacionales. Pero en cuanto a las personalidades no salvables de un reino, ningún espíritu inmortal se encuentra presente para actuar con los guardianes colectivos del destino, y esto representa el cese de la existencia de la criatura. Aunque algunos de vuestros relatos han descrito que estos acontecimientos tienen lugar en los planetas de la muerte física, todos se producen en realidad en los mundos de las mansiones. (LU 49:6.7)
- Los mortales de las órdenes de ascensión que dependen de un período deprueba. La llegada de un Ajustador establece la identidad a los ojos del universo, y todos los seres habitados por un Ajustador figuran en las listas nominales de la justicia. Pero la vida temporal en los mundos evolutivos es incierta, y muchos mueren jóvenes antes de escoger la carrera del Paraíso. Estos niños y jóvenes habitados por un Ajustador siguen a aquel de sus padres que tiene el estado espiritual más avanzado, yendo así al mundo finalitario del sistema (a la guardería probatoria) al tercer día, o en el momento de una resurrección especial, o al efectuarse los llamamientos nominales regulares milenarios y dispensacionales. (LU 49:6.11)
Los niños que mueren demasiado jóvenes como para tener un Ajustador del Pensamiento son repersonalizados en el mundo finalitario de los sistemas locales en el momento de llegar uno de sus padres a los mundos de las mansiones. Un niño adquiere su identidad física en el momento de nacer como mortal, pero en materia de supervivencia, todos los niños sin Ajustador se considera que están vinculados todavía a sus padres.
Los Ajustadores del Pensamiento vienen a residir a su debido tiempo en estos pequeños, mientras que el ministerio seráfico para los dos grupos de órdenes de supervivencia que dependen de un período de prueba es similar en general al del progenitor más avanzado, o es equivalente al del progenitor en el caso de que uno solo de ellos sobreviva. A aquellos que alcanzan el tercer círculo se les conceden guardianes personales, independientemente del nivel de sus padres. (LU 49:6.12-13)
La Memoria de la Misericordia debe mostrar que el crédito de salvación establecido por los Hijos de Dios ha sido plena y fielmente pagado mediante el ministerio afectuoso de las pacientes personalidades de la Fuente-Centro Tercera. Pero cuando se agota la misericordia, cuando la «memoria» de la misma atestigua su agotamiento, entonces la justicia prevalece y la rectitud decreta. Porque la misericordia no ha de ser impuesta a aquellos que la desprecian; la misericordia no es un regalo para ser pisoteado por los rebeldes persistentes del tiempo. Sin embargo, aunque la misericordia sea así inapreciable y afectuosamente otorgada, vuestro crédito individual sobrepasa siempre con exceso vuestra capacidad para agotar la reserva, si vuestra intención es sincera y sois honrados de corazón. (LU 28:6.7)
Todas estas especulaciones, unidas a la certidumbre de que tanto los Hijos Magistrales como los Hijos Instructores Trinitarios aparecerán en el futuro, conjuntamente con la promesa explícita del Hijo Creador de regresar algún día, convierten a Urantia en un planeta de incierto futuro y hacen que resulte una de las esferas más interesantes y fascinantes de todo el universo de Nebadon. Es totalmente posible que en alguna época futura, cuando Urantia se aproxime a la era de luz y de vida, después de que se hayan juzgado finalmente los asuntos de la rebelión de Lucifer y de la secesión de Caligastia, podamos contemplar la presencia simultánea en Urantia de Maquiventa, Adán, Eva y Cristo Miguel, así como de un Hijo Magistral o incluso de los Hijos Instructores Trinitarios. (LU 93:10.8)
Cuando vuestro mundo alcance esta era, no hay duda de que Maquiventa Melquisedek, ahora Príncipe Planetario vicegerente de Urantia, ocupará el asiento del Soberano Planetario; y en Jerusem se ha supuesto desde hace mucho tiempo que estará acompañado por un hijo y una hija del Adán y la Eva de Urantia, hijos actualmente retenidos en Edentia como pupilos de los Altísimos de Norlatiadek. Estos hijos de Adán podrían servir así en Urantia en asociación con el Soberano Melquisedek, pues fueron privados de sus poderes procreadores hace cerca de 37.000 años cuando dejaron sus cuerpos materiales en Urantia como preparación para ser trasladados a Edentia. (LU 55:7.3)
Los miembros corpóreos del estado mayor del Príncipe habían sido materializados como criaturas sexuadas para que pudieran participar en el proyecto de procrear una descendencia que incorporara las cualidades combinadas de su orden especial unidas a las de los linajes seleccionados de las tribus andónicas, y todo ello con miras a la aparición posterior de Adán. Los Portadores de Vida habían proyectado un nuevo tipo de mortales que englobarían la unión de los descendientes conjuntos del estado mayor del Príncipe con los hijos de Adán y Eva de la primera generación. Habían diseñado así un proyecto que contemplaba un nuevo tipo de criaturas planetarias, y esperaban que se convertirían en los dirigentes e instructores de la sociedad humana. Estos seres estaban destinados a la soberanía social, no a la soberanía civil. Pero como este proyecto fracasó casi por completo, nunca sabremos la clase de aristocracia de dirigentes benéficos y el tipo de cultura incomparable que se perdió así en Urantia. Porque cuando los miembros del estado mayor corpóreo se reprodujeron más tarde, lo hicieron después de la rebelión y tras haber sido privados de su conexión con las corrientes vitales del sistema. (LU 77:2.2)
Consideremos cuán valiosa sería para la humanidad una reconstitución de este plan en el contexto de una crisis y cuán restauradora sería la justicia para los hijos de Adán y Eva.
Como su misión en Urantia fue una donación de emergencia, los archivos no indican cuál podrá ser el futuro de Maquiventa. Puede suceder que el cuerpo de los Melquisedeks de Nebadon haya sufrido la pérdida permanente de uno de sus miembros. Unas resoluciones recientes, transmitidas por los Altísimos de Edentia y confirmadas después por los Ancianos de los Días de Uversa, sugieren enormemente que este Melquisedek donador está destinado a sustituir a Caligastia, el Príncipe Planetario caído. Si nuestras conjeturas a este respecto son correctas, es totalmente posible que Maquiventa Melquisedek reaparezca en persona en Urantia y, de alguna manera modificada, reasuma las funciones del Príncipe Planetario destronado; o bien aparezca en la Tierra para ejercer su actividad como Príncipe Planetario vicegerente, representando a Cristo Miguel, que actualmente posee el título de Príncipe Planetario de Urantia. Aunque no está nada claro para nosotros cuál podrá ser el destino de Maquiventa, sin embargo, unos acontecimientos que han tenido lugar muy recientemente sugieren poderosamente que las conjeturas anteriormente mencionadas no están probablemente muy lejos de la verdad. (LU 93:10.6)
En su contestación adicional a la pregunta de Pedro, Jesús dijo: «¿Por qué continuáis creyendo que el Hijo del Hombre se sentará en el trono de David, y esperáis que se cumplan los sueños materiales de los judíos? ¿No os he dicho todos estos años que mi reino no es de este mundo? Las cosas que ahora contempláis a vuestros pies están llegando a su fin, pero éste será un nuevo comienzo, a partir del cual el evangelio del reino se extenderá por todo el mundo, y esta salvación se difundirá a todos los pueblos. Cuando el reino haya llegado a su plena madurez, estad seguros de que el Padre que está en los cielos no dejará de visitaros con una revelación ampliada de la verdad y con una demostración realzada de la rectitud, tal como ya ha otorgado a este mundo a aquel que se convirtió en el príncipe de las tinieblas, y luego a Adán, que fue seguido por Melquisedek, y en nuestros días, al Hijo del Hombre. Mi Padre continuará así manifestando su misericordia y mostrando su amor, incluso a este mundo oscuro y malvado. Después de que mi Padre me haya investido con todo el poder y la autoridad, yo también continuaré siguiendo vuestra suerte y guiándoos en los asuntos del reino mediante la presencia de mi espíritu, que pronto será derramado sobre todo el género humano. Aunque así estaré presente con vosotros en espíritu, también prometo que regresaré algún día a este mundo donde he vivido esta vida en la carne y he logrado la experiencia simultánea de revelar a Dios a los hombres y de conducir los hombres hacia Dios. Tengo que dejaros muy pronto y reemprender el trabajo que el Padre me ha confiado, pero tened buen ánimo, porque volveré algún día. Mientras tanto, mi Espíritu de la Verdad de un universo os confortará y os guiará».
««Ahora me veis débil y en la carne, pero cuando regrese será con poder y en el espíritu. Los ojos de la carne contemplan al Hijo del Hombre en la carne, pero sólo los ojos del espíritu contemplarán al Hijo del Hombre glorificado por el Padre y apareciendo en la Tierra en su propio nombre».»
««Pero la época de la reaparición del Hijo del Hombre sólo se conoce en los consejos del Paraíso; ni siquiera los ángeles del cielo saben cuándo sucederá esto. Sin embargo, deberíais comprender que cuando este evangelio del reino haya sido proclamado en el mundo entero para la salvación de todos los pueblos, y cuando la era haya alcanzado su plenitud, el Padre os enviará otra donación dispensacional, o si no, el Hijo del Hombre regresará para juzgar la era».» (LU 176:2.3-5)
Considere qué tan bien funciona la sección en negrita anterior con las implicaciones de una crisis mundial que requiere evacuación.
««Y ahora, en lo que se refiere a las tribulaciones de Jerusalén, de las cuales os he hablado, esta generación no pasará hasta que se cumplan mis palabras; pero en lo que respecta a la época de la nueva venida del Hijo del Hombre, nadie en el cielo o en la Tierra puede atreverse a hablar de ello. Pero deberíais ser sabios en lo que se refiere a la maduración de una era; deberíais estar alertas para discernir los signos de los tiempos. Cuando la higuera muestra sus ramas tiernas y brotan sus hojas, sabéis que el verano está cerca. De la misma manera, cuando el mundo haya pasado por el largo invierno de la mentalidad materialista y discernáis la venida de la primavera espiritual de una nueva dispensación, deberíais saber que se acerca el verano de una nueva visita».» (LU 176:2.6)
Aunque no es correcto que digamos cuándo regresará Jesús, ¿significa esto que deberíamos sentirnos limitados cuando se trata de pensar y discutir cómo un evento de evacuación planetaria podría tener algunos aspectos de «encuentro con tu Creador»?
Jesús prometió hacer dos cosas después de haber ascendido hacia el Padre, y una vez que todos los poderes en el cielo y en la Tierra hubieran sido puestos entre sus manos. Primero, prometió enviar al mundo, en su lugar, a otro instructor, al Espíritu de la Verdad, y lo hizo el día de Pentecostés. Y segundo, prometió con toda seguridad a sus seguidores que algún día regresaría personalmente a este mundo. Pero no dijo cómo, dónde ni cuándo volvería a visitar este planeta donde había vivido su experiencia donadora en la carne. En una ocasión insinuó que, como los ojos de la carne lo habían contemplado mientras vivía aquí, a su regreso (al menos en una de sus posibles visitas) sólo sería percibido por el ojo de la fe espiritual.
Muchos de nosotros tienden a creer que Jesús regresará muchas veces a Urantia durante las eras por venir. No tenemos su promesa expresa de que hará estas múltiples visitas, pero parece muy probable que aquel que lleva entre sus títulos universales el de Príncipe Planetario de Urantia, visitará muchas veces el mundo cuya conquista le ha conferido este título tan excepcional.
Creemos firmemente que Miguel volverá en persona a Urantia, pero no tenemos la menor idea de cuándo o de qué manera elegirá hacerlo. Su segunda venida a la Tierra ¿se calculará para que ocurra en conexión con el juicio final de la era presente, con o sin la aparición concomitante de un Hijo Magistral? ¿Vendrá en conexión con el final de alguna era urantiana posterior? ¿Vendrá sin anunciarse y como un acontecimiento aislado? No lo sabemos. Sólo estamos seguros de una cosa, y es que cuando regrese, probablemente todo el mundo lo sabrá, porque deberá venir como jefe supremo de un universo, y no como el oscuro recién nacido de Belén. Pero si todos los ojos han de contemplarlo, y si sólo los ojos espirituales podrán discernir su presencia, entonces su venida deberá retrasarse durante mucho tiempo. (LU 176:4.3-5)
La segunda venida de Miguel a la Tierra es un acontecimiento con un enorme valor sentimental, tanto para los intermedios como para los humanos; pero por otra parte, no tiene una importancia inmediata para los intermedios ni más importancia práctica para los seres humanos que el acontecimiento común de la muerte natural, la cual precipita repentinamente al hombre mortal en la influencia inmediata de esa sucesión de acontecimientos universales que le conducen directamente a la presencia de este mismo Jesús, el gobernante soberano de nuestro universo. Todos los hijos de la luz están destinados a verlo, y no tiene ninguna importancia que nosotros vayamos hacia él o que se dé la circunstancia de que él venga primero hacia nosotros. Estad pues siempre dispuestos a acogerlo en la Tierra, tal como él está dispuesto a acogeros en el cielo. Esperamos con confianza su gloriosa aparición, e incluso sus repetidas visitas, pero ignoramos por completo cuándo, cómo, o en relación con qué acontecimiento está destinado a aparecer. (LU 176:4.7)
«Después de su elevación a la soberanía estable en un universo local, un Miguel Paradisiaco tiene el pleno control sobre todos los otros Hijos de Dios que ejercen su actividad en su dominio, y puede gobernar libremente de acuerdo con el concepto que tenga sobre las necesidades de sus reinos. Un Hijo Maestro puede cambiar a voluntad el orden de los juicios espirituales y de los ajustes evolutivos de los planetas habitados. Y estos Hijos elaboran y llevan a cabo los planes elegidos por ellos mismos en todas las cuestiones relacionadas con las necesidades planetarias especiales, en particular con respecto a los mundos donde han vivido como criaturas, y mucho más en lo que concierne a la esfera de su donación final, al planeta de su encarnación en la similitud de la carne mortal.» (LU 21:5.9)
El estudio temático: Un nuevo cielo y una nueva tierra analiza más a fondo cómo se utiliza la palabra crisis en el contexto de una Nueva Era. Véase también el estudio de referencia cruzada: Crisis, emergencias, exigencias.