© 2023 Halbert Katzen, JD
Por Halbert Katzen J.D.
Las frases para cautivar al lector se centran en palabras y frases que se utilizan para personalizar la experiencia de lectura de El libro de Urantia. Fomentan la reflexión sobre puntos concretos e indican cuándo entran en juego las limitaciones de la comprensión humana. El extremo del espectro es su propio estudio: Más allá de lo humano (comprensión, imaginación…). Este estudio incluye: «haz una pausa para considerar», «deberías considerar», «considera el estado», «reflexiona» y «apenas puedes concebir/imaginar/comprender/darte cuenta/entender».
«Pausa para considerar» se utiliza nueve veces y todas las instancias se proporcionan cronológicamente al final de este estudio para su consideración por separado como un giro de frase.
Este estudio temático es una consecuencia de Revelation Permissions and Limitations, que se inspiró en el estudio temático Astronomy. La cita inicial, sobre la vista a simple vista de Andómeda, es el uso específico que planteó la pregunta de si un recurso literario tan creativo como este justifica un cierto tipo de interpretación del texto. En este caso, la cuestión específica es si la distancia dada es un dato revelador fundamental o si eventualmente necesitará ser revisada en función de nuevos descubrimientos o avances científicos.
Su editor opina que este recurso literario creativo se utiliza para fundamentarnos en una comprensión de información reveladora.
Todas las nebulosas espirales no se ocupan de producir soles. Algunas han conservado el control de muchos de sus descendientes estelares separados, y su apariencia espiral resulta del hecho de que sus soles salen del brazo nebular en estrecha formación pero regresan por diversos caminos, lo que facilita observarlos en un punto pero es más difícil verlos cuando se encuentran muy dispersos por sus diferentes caminos de regreso más alejados y fuera del brazo de la nebulosa. No hay muchas nebulosas formadoras de soles que estén activas actualmente en Orvonton, aunque Andrómeda, que está fuera del superuniverso habitado, es muy activa. Esta nebulosa tan distante es visible a simple vista, y cuando la observéis, deteneos a pensar que la luz que contempláis salió de aquellos lejanos soles hace cerca de un millón de años. (LU 15:4.7)
Estas temperaturas solares actúan para acelerar enormemente los ultimatones y los electrones, al menos aquellos de estos últimos que continúan existiendo en estas condiciones. Os daréis cuenta de lo que significa una alta temperatura pasando por la aceleración de las actividades ultimatónicas y electrónicas si os detenéis a considerar que una gota de agua común contiene más de mil trillones de átomos. Es la energía de más de cien caballos de vapor ejercida de manera continua durante dos años. El calor total que el Sol del sistema solar emite ahora cada segundo es suficiente para hacer hervir toda el agua de todos los océanos de Urantia en un solo segundo de tiempo. (LU 41:7.13)
Apenas podéis imaginar cuán cerca estuvieron de la extinción una y otra vez vuestros antepasados prehumanos. Si la rana ancestral de toda la humanidad hubiera saltado en cierta ocasión cinco centímetros menos, todo el curso de la evolución hubiera cambiado notablemente. La madre directa, parecida a los lémures, de la especie de los mamíferos precursores, se libró por los pelos de la muerte al menos cinco veces antes de dar a luz al padre del nuevo orden de mamíferos superiores. Pero el mayor peligro de todos se produjo cuando un rayo cayó sobre el árbol donde dormía la futura madre de los gemelos primates. Los dos padres mamíferos intermedios sufrieron una fuerte conmoción y graves quemaduras, y tres de sus siete hijos murieron fulminados por este rayo caído del cielo. Estos animales en evolución eran casi supersticiosos. Esta pareja, cuyo refugio en la copa del árbol había sido golpeado por el rayo, era en realidad la pareja dirigente del grupo más progresivo de la especie de los mamíferos intermedios. Siguiendo su ejemplo, más de la mitad de la tribu, que incluía a las familias más inteligentes, se alejó a unos tres kilómetros de este lugar y empezó a construir sus nuevos domicilios en la copa de los árboles y nuevos refugios subterráneos —sus guaridas transitorias en caso de peligro repentino. (LU 62:3.9)
El sector industrial o de los laboratorios de Jerusem ocupa una extensa superficie, que los urantianos difícilmente reconocerían puesto que no tiene chimeneas humeantes; sin embargo, estos mundos especiales llevan asociada una compleja economía material, y la perfección de sus técnicas mecánicas y de sus logros físicos asombraría, e incluso pasmaría, a vuestros químicos e inventores más experimentados. Haced un alto y considerad que este primer mundo donde os detenéis en vuestro viaje hacia el Paraíso es mucho más material que espiritual. Durante toda vuestra estancia en Jerusem y sus mundos de transición, estáis mucho más cerca de vuestra vida terrestre y sus cosas materiales que de vuestra vida posterior con su existencia espiritual progresiva. (LU 46:2.7)
Aunque tenéis un cuerpo morontial, continuáis comiendo, bebiendo y descansando a lo largo de todos estos siete mundos. Tomáis los alimentos de tipo morontial, un reino de energía viviente desconocido en los mundos materiales. El cuerpo morontial utiliza plenamente tanto la comida como el agua, pero no hay desechos residuales. Deteneos a pensar: la mansonia número uno es una esfera muy material que presenta los comienzos iniciales del régimen morontial. Sois todavía casi humanos y no estáis muy alejados de los puntos de vista limitados de la vida mortal, pero cada mundo revela un progreso definido. De esfera en esfera os volvéis menos materiales, más intelectuales y un poco más espirituales. De estos siete mundos progresivos, el progreso espiritual es mayor en los tres últimos. (LU 47:4.6)
Con el alcance limitado del oído humano, difícilmente podéis concebir las melodías morontiales. Existe incluso una gama material de hermosos sonidos que el sentido humano del oído no reconoce, sin mencionar la amplitud inconcebible de la armonía morontial y espiritual. Las melodías espirituales no son ondas sonoras materiales, sino pulsaciones espirituales que reciben los espíritus de las personalidades celestiales. La inmensidad del alcance y el alma de la expresión, así como la grandiosidad de la ejecución asociadas a la melodía de las esferas, sobrepasan por completo la comprensión humana. He visto a millones de seres embelesados que permanecían en un éxtasis sublime mientras la melodía del reino sonaba sobre la energía espiritual de los circuitos celestiales. Estas maravillosas melodías se pueden transmitir hasta las zonas más alejadas de un universo. (LU 44:1.1)
Las criaturas mortales que viven en un mundo aislado, afligido por el pecado, dominado por el mal y egoísta como Urantia, difícilmente pueden concebir la perfección física, los logros intelectuales y el desarrollo espiritual que caracterizan a estas épocas avanzadas de evolución en una esfera libre de pecado. (LU 55:5.1)
Deberíais reflexionar sobre la declaración acerca de «el cielo» y «el cielo de los cielos». El cielo concebido por la mayoría de vuestros profetas era el primer mundo de las mansiones del sistema local. Cuando el apóstol dijo que había sido «arrebatado hasta el tercer cielo», se refería a aquella experiencia en la que su Ajustador se había separado durante el sueño y, en ese estado insólito, efectuó una proyección hasta el tercero de los siete mundos de las mansiones. Algunos de vuestros sabios han tenido la visión del cielo más grande, «el cielo de los cielos», en el que la séptuple experiencia de los mundos de las mansiones sólo era el primer cielo; el segundo era Jerusem, el tercero Edentia y sus satélites, el cuarto Salvington y las esferas educativas que lo rodean, el quinto Uversa, el sexto Havona y el séptimo el Paraíso. (LU 48:6.23)
La omnipotencia no implica el poder de hacer lo irrealizable, un acto no divino. La omnisciencia tampoco implica conocer lo incognoscible. Pero no es fácil hacer comprender estas afirmaciones a la mente finita. La criatura difícilmente puede comprender el alcance y las limitaciones de la voluntad del Creador. (LU 3:3.5)
Cuán irrazonable es que no adoréis a Dios porque las limitaciones de la naturaleza humana y los obstáculos de vuestra creación material os impiden verlo. Entre vosotros y Dios hay una enorme distancia (de espacio físico) que hay que atravesar. Existe igualmente un gran abismo de diferencia espiritual que hay que colmar; pero a pesar de todo lo que os separa física y espiritualmente de la presencia personal de Dios en el Paraíso, deteneos a reflexionar sobre el hecho solemne de que Dios vive dentro de vosotros; a su propia manera ya ha tendido un puente sobre el abismo. Ha enviado de sí mismo su espíritu para que viva en vosotros y trabaje con vosotros mientras continuáis vuestra carrera eterna en el universo. (LU 2:5.6)
El amor del Padre nos sigue ahora y a lo largo del círculo sin fin de las eras eternas. Cuando meditéis sobre la naturaleza amorosa de Dios, sólo hay una reacción razonable y natural de la personalidad: amaréis a vuestro Hacedor cada vez más; tendréis por Dios un afecto análogo al que un niño siente por su padre terrestre; porque al igual que un padre, un padre real, un verdadero padre, ama a sus hijos, el Padre Universal ama a sus hijos e hijas creados y busca constantemente su bienestar. (LU 2:5.9)
El Creador Conjunto es verdaderamente y para siempre la gran personalidad ministrante, el ministro universal de la misericordia. Para comprender el ministerio del Espíritu, reflexionad sobre la verdad de que él es el retrato combinado del amor interminable del Padre y de la misericordia eterna del Hijo. Sin embargo, el ministerio del Espíritu no está únicamente limitado a representar al Hijo Eterno y al Padre Universal. El Espíritu Infinito posee también el poder de servir a las criaturas del universo en su propio nombre y derecho; la Tercera Persona tiene una dignidad divina y dispensa también el ministerio universal de la misericordia por su propia cuenta. (LU 8:4.7)
El universo de universos, con su innumerable multitud de personalidades que lo habitan, es un organismo inmenso y complejo, pero la Fuente-Centro Primera es infinitamente más compleja que los universos y las personalidades que han surgido a la realidad en respuesta a sus mandatos deliberados. Cuando contempláis con temor la magnitud del universo maestro, deteneos a considerar que incluso esta creación inconcebible no puede ser más que una revelación parcial del Infinito. (LU 105:1.7)
Si es difícil comprender que las triodidades infinitas pueden ejercer su actividad en el nivel finito, deteneos a considerar que esta misma infinidad debe contener en sí misma la potencialidad de lo finito; la infinidad abarca todas las cosas que se extienden desde la existencia finita más humilde y limitada hasta las realidades incondicionalmente absolutas más elevadas. (LU 115:4.3)
¡Es difícil que podáis imaginar lo que hubiera sucedido en Urantia si este hombre-Dios, ahora en posesión potencial de todos los poderes en el cielo y en la Tierra, hubiera decidido desplegar una sola vez el estandarte de la soberanía, formar su prodigioso ejército en orden de batalla!. Pero no transigiría. No serviría al mal para que se pudiera suponer que la adoración de Dios provenía de ello. Permaneció fiel a la voluntad del Padre. Proclamaría a un universo que lo observaba: «Adoraréis al Señor vuestro Dios, y a él solo serviréis». (LU 136:9.3)
Tú, como eres una criatura, puedes concebir a un Creador, pero difícilmente puedes comprender que existe un enorme agregado diversificado de seres inteligentes que no son ni Creadores ni criaturas. Estos Trascendentales no crean seres, ni ellos mismos fueron nunca creados. Al hablar de su origen, y a fin de evitar la utilización de un nuevo término —de una denominación arbitraria y sin sentido— creemos que es mejor decir que los Trascendentales simplemente se existencian. Puede ser muy bien que el Absoluto de la Deidad haya estado relacionado con su origen y pueda estar implicado en su destino, pero estos seres únicos no están actualmente dominados por el Absoluto de la Deidad. Están sometidos a Dios Último, y su estancia actual en el Paraíso está supervisada y dirigida en todos los aspectos por la Trinidad. (LU 31:8.3)
Considerad el estado de los hijos trinitizados por las criaturas: Han nacido y viven en la presente era del universo; poseen una personalidad así como unas dotaciones mentales y espirituales. Tienen experiencias y las recuerdan, pero no crecen como los ascendentes. Creemos e interpretamos que estos hijos trinitizados por las criaturas, aunque se encuentran en la presente era del universo, pertenecen en realidad a la siguiente era universal —la era que seguirá a la finalización del crecimiento del Supremo. Por eso no están en el Supremo, cuyo estado actual es incompleto y en consecuencia está creciendo. Así pues, no participan en el crecimiento experiencial de la presente era del universo, y se mantienen en reserva para la próxima era universal. (LU 117:2.3)
Pensad en lo que significaría para vuestro mundo que en alguna parte del Levante hubiera un centro mundial de civilización, una gran universidad planetaria de cultura, que hubiera funcionado sin interrupción durante 37.000 años. Y además deteneos a considerar de qué manera estaría reforzada la autoridad moral de un centro tan antiguo como éste, si no muy lejos de allí estuviera situada otra sede aún más antigua de ministerio celestial cuyas tradiciones ejercieran una fuerza acumulada de 500.000 años de influencia evolutiva integrada. Es la costumbre la que difunde con el tiempo los ideales del Edén en un mundo entero. (LU 51:6.3)
Todos los seres celestiales que progresan disfrutan del descanso y del ministerio de los directores de la reversión. Todos los esfuerzos por conseguir una diversión sana y por dedicarse a un entretenimiento que eleve son acertados; el sueño reparador, el descanso, el esparcimiento y todos los pasatiempos que impiden el aburrimiento de la monotonía valen la pena. Los juegos competitivos, la narración de historias e incluso la afición a la buena comida pueden servir como formas de satisfacerse. (Cuando empleáis la sal para dar sabor a los alimentos, deteneos a pensar que durante cerca de un millón de años, el hombre sólo podía obtener la sal metiendo sus alimentos en las cenizas.) (LU 84:8.5)
Cuando el hombre moderno se asombra de que las escrituras de diferentes religiones presenten tantos pasajes que se podrían juzgar como obscenos, debería detenerse a considerar que las generaciones que pasan han temido eliminar lo que sus antepasados creían que era santo y sagrado. Una generación puede estimar como obscenas muchas cosas que las generaciones precedentes consideraban como una parte de sus costumbres aceptadas, e incluso como rituales religiosos aprobados. Una gran cantidad de controversias religiosas han tenido lugar debido a los intentos sin fin por conciliar las prácticas antiguas, pero censurables, con los nuevos progresos de la razón, por encontrar unas teorías plausibles que justifiquen la perpetuación, en los credos, de unas costumbres antiguas y caducas. (LU 92:2.3)
A medida que Urantia entra en la llamada «época sin caballos», deberíais hacer una pausa para considerar lo que este animal significó para vuestros antepasados. Al principio, los hombres utilizaron el caballo para alimentarse, luego para viajar y más tarde para la agricultura y la guerra. El caballo ha servido a la humanidad durante mucho tiempo y ha jugado un papel importante en el desarrollo de la civilización humana. (LU 61:3.11)
A continuación, los apóstoles trataron de conocer la diferencia entre el significado de esta parábola y el de la parábola anterior de los talentos, pero en respuesta a sus numerosas preguntas, Jesús se limitó a decir: «Meditad bien estas palabras en vuestro corazón mientras cada uno descubre su verdadero significado». (LU 171:8.8)
Simón quería hablar de nuevo, pero Jesús levantó la mano para detenerlo y continuó diciendo: «Ninguno de mis apóstoles tiene un corazón más sincero y honrado que tú, pero después de mi partida, ninguno de ellos se sentirá tan trastornado y tan desanimado como tú. Durante todo tu desánimo mi espíritu permanecerá contigo, y éstos, tus hermanos, no te abandonarán. No olvides lo que te he enseñado en cuanto a la relación entre la ciudadanía en la Tierra y la filiación en el reino espiritual del Padre. Reflexiona bien sobre todo lo que te he dicho acerca de dar al César las cosas que son del César y a Dios las que son de Dios. Dedica tu vida, Simón, a mostrar que el hombre mortal puede cumplir aceptablemente mi mandato de reconocer simultáneamente el deber temporal hacia los poderes civiles y el servicio espiritual en la fraternidad del reino. Si te dejas enseñar por el Espíritu de la Verdad, nunca habrá conflicto entre las exigencias de la ciudadanía en la Tierra y las de la filiación en el cielo, a menos que los gobernantes temporales se atrevan a exigirte el homenaje y la adoración que sólo pertenecen a Dios». (LU 181:2.10)
Todas las nebulosas espirales no se ocupan de producir soles. Algunas han conservado el control de muchos de sus descendientes estelares separados, y su apariencia espiral resulta del hecho de que sus soles salen del brazo nebular en estrecha formación pero regresan por diversos caminos, lo que facilita observarlos en un punto pero es más difícil verlos cuando se encuentran muy dispersos por sus diferentes caminos de regreso más alejados y fuera del brazo de la nebulosa. No hay muchas nebulosas formadoras de soles que estén activas actualmente en Orvonton, aunque Andrómeda, que está fuera del superuniverso habitado, es muy activa. Esta nebulosa tan distante es visible a simple vista, y cuando la observéis, deteneos a pensar que la luz que contempláis salió de aquellos lejanos soles hace cerca de un millón de años. (LU 15:4.7)
Estas temperaturas solares actúan para acelerar enormemente los ultimatones y los electrones, al menos aquellos de estos últimos que continúan existiendo en estas condiciones. Os daréis cuenta de lo que significa una alta temperatura pasando por la aceleración de las actividades ultimatónicas y electrónicas si os detenéis a considerar que una gota de agua común contiene más de mil trillones de átomos. Es la energía de más de cien caballos de vapor ejercida de manera continua durante dos años. El calor total que el Sol del sistema solar emite ahora cada segundo es suficiente para hacer hervir toda el agua de todos los océanos de Urantia en un solo segundo de tiempo. (LU 41:7.13)
El sector industrial o de los laboratorios de Jerusem ocupa una extensa superficie, que los urantianos difícilmente reconocerían puesto que no tiene chimeneas humeantes; sin embargo, estos mundos especiales llevan asociada una compleja economía material, y la perfección de sus técnicas mecánicas y de sus logros físicos asombraría, e incluso pasmaría, a vuestros químicos e inventores más experimentados. Haced un alto y considerad que este primer mundo donde os detenéis en vuestro viaje hacia el Paraíso es mucho más material que espiritual. Durante toda vuestra estancia en Jerusem y sus mundos de transición, estáis mucho más cerca de vuestra vida terrestre y sus cosas materiales que de vuestra vida posterior con su existencia espiritual progresiva. (LU 46:2.7)
Aunque tenéis un cuerpo morontial, continuáis comiendo, bebiendo y descansando a lo largo de todos estos siete mundos. Tomáis los alimentos de tipo morontial, un reino de energía viviente desconocido en los mundos materiales. El cuerpo morontial utiliza plenamente tanto la comida como el agua, pero no hay desechos residuales. Deteneos a pensar: la mansonia número uno es una esfera muy material que presenta los comienzos iniciales del régimen morontial. Sois todavía casi humanos y no estáis muy alejados de los puntos de vista limitados de la vida mortal, pero cada mundo revela un progreso definido. De esfera en esfera os volvéis menos materiales, más intelectuales y un poco más espirituales. De estos siete mundos progresivos, el progreso espiritual es mayor en los tres últimos. (LU 47:4.6)
Pensad en lo que significaría para vuestro mundo que en alguna parte del Levante hubiera un centro mundial de civilización, una gran universidad planetaria de cultura, que hubiera funcionado sin interrupción durante 37.000 años. Y además deteneos a considerar de qué manera estaría reforzada la autoridad moral de un centro tan antiguo como éste, si no muy lejos de allí estuviera situada otra sede aún más antigua de ministerio celestial cuyas tradiciones ejercieran una fuerza acumulada de 500.000 años de influencia evolutiva integrada. Es la costumbre la que difunde con el tiempo los ideales del Edén en un mundo entero. (LU 51:6.3)
Todos los seres celestiales que progresan disfrutan del descanso y del ministerio de los directores de la reversión. Todos los esfuerzos por conseguir una diversión sana y por dedicarse a un entretenimiento que eleve son acertados; el sueño reparador, el descanso, el esparcimiento y todos los pasatiempos que impiden el aburrimiento de la monotonía valen la pena. Los juegos competitivos, la narración de historias e incluso la afición a la buena comida pueden servir como formas de satisfacerse. (Cuando empleáis la sal para dar sabor a los alimentos, deteneos a pensar que durante cerca de un millón de años, el hombre sólo podía obtener la sal metiendo sus alimentos en las cenizas.) (LU 84:8.5)
Cuando el hombre moderno se asombra de que las escrituras de diferentes religiones presenten tantos pasajes que se podrían juzgar como obscenos, debería detenerse a considerar que las generaciones que pasan han temido eliminar lo que sus antepasados creían que era santo y sagrado. Una generación puede estimar como obscenas muchas cosas que las generaciones precedentes consideraban como una parte de sus costumbres aceptadas, e incluso como rituales religiosos aprobados. Una gran cantidad de controversias religiosas han tenido lugar debido a los intentos sin fin por conciliar las prácticas antiguas, pero censurables, con los nuevos progresos de la razón, por encontrar unas teorías plausibles que justifiquen la perpetuación, en los credos, de unas costumbres antiguas y caducas. (LU 92:2.3)
El universo de universos, con su innumerable multitud de personalidades que lo habitan, es un organismo inmenso y complejo, pero la Fuente-Centro Primera es infinitamente más compleja que los universos y las personalidades que han surgido a la realidad en respuesta a sus mandatos deliberados. Cuando contempláis con temor la magnitud del universo maestro, deteneos a considerar que incluso esta creación inconcebible no puede ser más que una revelación parcial del Infinito. (LU 105:1.7)
Si es difícil comprender que las triodidades infinitas pueden ejercer su actividad en el nivel finito, deteneos a considerar que esta misma infinidad debe contener en sí misma la potencialidad de lo finito; la infinidad abarca todas las cosas que se extienden desde la existencia finita más humilde y limitada hasta las realidades incondicionalmente absolutas más elevadas. (LU 115:4.3)