© 2009 Jan Herca (licencia Creative Commons Attribution-ShareAlike 4.0)
Giscala también aparece como una de las poblaciones que visitaron los apóstoles. Los apóstoles predicaron allí en su primera gira de predicación por el lago entre junio y julio de 26 (LU 138:9.3). Es una de las poblaciones visitadas durante la primera gira de predicación por Galilea entre enero y marzo de 28 (LU 146:0.1, LU 146:4.6). Jesús y los apóstoles pasaron cerca en su regreso de Fenicia (LU 156:6.3).
Esta población estaba emplazada en la actual Al-Jish o Jish.
El nombre es el equivalente griego del hebreo «Gush-halab», que significa «trozo grande de tierra».
Era un ciudad que producía un aceite fino muy reconocido, y que se producía en grandes cantidades, por lo que debieron existir grandes almazaras, según Josefo (Autobiografía 13; Guerra de los judíos, II-21,2). También producía seda bruta fina.
Estaba situada sobre una colina que caía abruptamente hacia el este. La ciudad se consideraba una fortaleza muy antigua, antes de la destrucción que sufrió en la guerra contra Roma en el 70.
Merón es una ciudad en las cercanías que aparece mencionado en las escrituras. De Giscala se conservan unas extraordinarias ruinas de una antigua sinagoga, pero del siglo III o IV.
Se han encontrado numerosas cuevas y pasadizos, al noroeste de la sinagoga, formando como redes de pasadizos con fines defensivos y para contrarrestar asedios. Se los ha encontrado también en otras muchas poblaciones de Galilea. Sobre este aspecto, encontré esta información en un número de la publicación judía “Milim Cultural”:
En la Galilea en épocas recientes se han descubierto docenas de cuevas. La mayor parte de ellos están bajo los patios de las casas privadas en aldeas árabes. Muchas de ellas fueron halladas luego de los terremotos, y otras solo luego que los aldeanos se convencieron de que no serían perjudicados por las excavaciones.
Después de una investigación intensiva y de un registro minucioso de todo el área, acompañados por la lectura repetida de los escritos de Josefo Flavio, se hallaron recientemente, una red de pasajes escondidos en Giscala que pueden considerarse correspondientes al período del segundo templo.
Josefo hizo muchas breves referencias a las cuevas en las cuales los judíos se ocultaron durante la gran rebelión. Al describir el final de la batalla en Jotapata, escribió, «los romanos buscaron donde los judíos se escondieron y mataron a la gente que se ocultaba en túneles y cuevas». Después de la batalla, contó como los romanos hallaron ocultos en un pozo profundo, conectado con unas cuevas mucho más grandes, invisibles para cualquiera que se hallara encima de ellas, a cuarenta persona que se escondieron allí.
Una cuidadosa búsqueda determinó la existencia en Jeish de túneles, algunos de ellos muy largos y de cuevas, algunas de ellas muy grandes.
Milim Cultural
En la novela «Jesús de Nazaret»[1] el Maestro visita Giscala por primera vez en compañía de Pedro y Andrés, y su predicación no tiene muy buena acogida en la ciudad. Esto es algo que no aparece mencionado tal cual en El Libro de Urantia (LU 146:4.6), pero es una deducción lógica a partir del hecho de que se menciona que Jesús y sus apóstoles sólo estuvieron dos días en Giscala cuando en otras poblaciones estuvieron una semana o más, y que en general en estas poblaciones del norte de Galilea el mensaje del Maestro no tuvo muy buena acogida.
Fue una población muy conocida tiempo después de Jesús debido a que uno de los líderes judíos de la revuelta contra Roma, Juan de Giscala, era de allí. Sin duda Jesús conoció a su padre, un tal Leví según Josefo. Quizá fuera, según la novela «Jesús de Nazaret», uno de los que no creyó en Jesús de esta población. Sin embargo, este personaje no aparece en la novela. No soy del gusto al narrar novela histórica de forzar la historia para que aparezcan ciertos personajes por el mero hecho de que sabemos que existieron.
Una última curiosidad a mencionar es que Dismas, el «buen ladrón» al que crucificaron en compañía de Jesús, aparece en la novela[1:1] como oriundo de Giscala. Es un dato que no está sacado de El Libro de Urantia y representa una invención propia. Al menos un habitante de Giscala sí creyó en Jesús, y fue la única persona en la Tierra que recibió la promesa directa de Jesús de alcanzar algún día el Paraíso (LU 187:4.1).
Flavio Josefo, Obras completas, Antigüedades judías y Guerras de los Judíos, Editorial Acervo Cultural, 1961.
Flavio Josefo, Sobre la antigüedad de los judíos y Autobiografía, Alianza Editorial, 1987.
Escritos de Flavio Josefo y Filón disponibles en www.earlyjewishwritings.com.
Este libro es la novela «Jesús de Nazaret», una biografía sobre el Maestro basada en El Libro de Urantia que está en preparación por el autor. ↩︎ ↩︎