Autor: William S. Sadler, Jr.
¿Es el universo maestro un fin, en sí y de sí mismo? Sabemos que su terminación es una meta muy lejana, ¿pero es una meta final? ¿Hay una posibilidad de que esta enorme creación, en sí misma, sea realmente un núcleo, un núcleo de algo que podría ser aún mayor? ¿Podrían existir los universos citoplasmáticos en algún momento más allá de los límites exteriores del cuarto nivel de espacio?
Hasta ahora hemos estudiado dos universos nucleares: Havona como el núcleo del gran universo, y el gran universo como el núcleo del universo maestro. Ahora deberíamos considerar esta posibilidad: que la creación maestra, en sí misma, sea un núcleo, quizá el tercero y último.
Hemos empleado cuatro criterios para identificar una creación nuclear, y sería útil recordarlos:
El núcleo de Havona. En la identificación de Havona como universo nuclear (en el capítulo IV, sección 1) observamos que la creación central es existencial; es la única creación de ese tipo; ninguna creación podría ser como ella porque ninguna es eterna. El Espíritu Infinito existencial apareció simultáneamente junto con la aparición del Havona existencial. La Trinidad del Paraíso se formó con la aparición del Espíritu Infinito. Las características hereditarias de la perfección divina se transmitieron a los superuniversos citoplasmáticos mediante Dios Séptuple y los demás ministros y administradores que salieron del sistema Paraíso-Havona para servir en los superuniversos citoplasmáticos.
El gran universo nuclear. Al identificar el gran universo como la segunda creación nuclear, observamos que ninguna otra creación podría ser como el gran universo, porque este dominio está asociado con la evolución del Ser Supremo, y todas las creaciones subsiguientes serán pos-Supremo por naturaleza. El Supremo experiencial emergió simultáneamente a la perfección de los superuniversos experienciales. La primera Trinidad experiencial pudo formarse como una realidad objetiva con la emergencia acabada del Ser Supremo. Las características hereditarias se transmitieron desde el núcleo hasta las creaciones exteriores citoplasmáticas a través de la primera Trinidad experiencial, y a través de las huestes de creadores simultáneos y criaturas asociadas del gran universo que sirvieron en estas creaciones exteriores.
El universo maestro nuclear. Apliquemos estos mismos criterios al universo maestro terminado para ver si constituye o no una creación nuclear:
Estas comparaciones parecen indicar que el universo maestro no es un producto final; indican que es una creación nuclear y, como tal, similar al gran universo y al universo central. El universo maestro parece ser el núcleo de algún dominio externo a él e incluso mayor que él en tamaño.
La terminación del tercer universo nuclear, en asociación con la formación objetiva de la segunda Trinidad experiencial, parece constituir la tercera (y última) tesis creativa: el reto final de Dios para toda la creación. Este nuevo desafío se hace real mediante la emergencia de una nueva trinidad, la Trinidad Absoluta, que puede formarse objetivamente cuando Dios Último aparece en la escena de la acción. Los miembros constituyentes de esta Trinidad son:
Esta Trinidad engloba la suma total de todos los logros experienciales de toda la creación maestra, más la incorporación del factor impredecible representado por la presencia del Consumador del Destino.
Evaluemos a los miembros de esta Trinidad, la segunda Trinidad experiencial. Representan y personalizan en poder casi todo lo que hemos estado estudiando hasta ahora en nuestro examen del universo maestro.
A estas alturas debería ser evidente por qué la segunda Trinidad experiencial se denomina Trinidad Absoluta. Sus miembros parecen ser absolutos, al menos podemos estar seguros de que son pos-últimos. Esta Trinidad tiene un ámbito de actuación que incluye todo el universo maestro y parece proyectarse hacia las regiones espaciales exteriores a él. La primera Trinidad experiencial es última en su actuación; la Segunda es absoluta. Los objetivos de la primera Trinidad experiencial eran triples:
Del mismo modo, los objetivos de la segunda Trinidad experiencial parecen ser triples:
Estos objetivos parecen no tener límites y, por lo tanto, podrían ser difíciles de lograr. No obstante, la Trinidad Absoluta es el resultado pos-último de la terminación de todo el universo maestro, y el reto final para los ciudadanos de la Era pos-Último.
La idea de la posible movilización de los recursos totales de todo el universo maestro va más allá de nuestra imaginación. No obstante, proponemos que algo de esto va a suceder bajo la dirección de la Trinidad Absoluta.
La primera gran movilización tuvo lugar en los «albores del tiempo», cuando se desafió a los ciudadanos de las creaciones perfectas de la eternidad con la apertura de los superuniversos imperfectos. Esta fue la Aventura Suprema, la aventura en el nivel espacial de los superuniversos, la aventura de la Segunda Era.
La segunda movilización siguió al comienzo de la Tercera Era del Universo, cuando la Trinidad Última reunió los recursos totales del gran universo para la invasión del espacio exterior. Esta ha sido denominada por los Documentos la Aventura Última.
Ahora estamos intentando visualizar la tercera movilización, la movilización de todos los recursos del universo maestro, todos los recursos desde Havona hacia el cuarto nivel de espacio. Esto es intentar visualizar demasiado, pero sí creemos que alguna agrupación de recursos anunciará la proclamación de la Aventura Absoluta.
Hemos avanzado un largo trecho en nuestro estudio. Hemos vuelto la vista atrás para visualizar la Aventura Suprema; luego hacia delante, para intentar imaginarnos la Aventura Última; y ahora, al fin, estamos intentando imaginar la aventura final: la Aventura Absoluta.