Hacia el año 12.000 a. C., una brillante tribu de anditas emigró a Creta. [1] El culto a la madre de los descendientes de Caín alcanzó su apogeo en Creta. [2] Los filisteos fueron unos refugiados políticos de la civilización superior de Creta. [3]
Cuando Jesús y los apóstoles se encontraba en Jerusalén, asistiendo a las festividades de la Pascua, un rico negociante judío de Creta llamado Jacobo, fue hasta Andrés para pedirle ver a Jesús en privado. [4]
Jesús y Ganid consiguieron en Creata que muchas almas realzaran sus niveles de pensamiento y de vida, estableciendo así las bases para la rápida aceptación de las enseñanzas evangélicas posteriores. [5] Tomás predicó en Creta. [6]
Véase también: LU 130:0.2.