El uso del velo nupcial es una reliquia de los tiempos en que se consideraba necesario disfrazar a la novia para que los fantasmas no pudieran reconocerla, y también para ocultar su belleza a las miradas, por otra parte celosas y envidiosas, de los espíritus. [1]
Cruzar el umbral con la novia en brazos es una reminiscencia de numerosas prácticas antiguas, entre otras las de los tiempos en que se robaban las esposas. [2]
Los desfiles de novias eran un motivo para vestir elegantemente y adornar a las hijas, a fin de mostrarlas en público con la idea de conseguir un precio más alto como esposas. [3]
Muchas tribus autorizaron la formación de clubes secretos de mujeres, que preparaban a las muchachas adolescentes para ser esposas y madres. Después de su iniciación, las jóvenes estaban capacitadas para el matrimonio y se les permitía asistir a la «presentación de las novias», la fiesta de presentación en sociedad de aquellos tiempos. [4]