La devoción filial y la lealtad familiar que exigía el culto creciente de la adoración de los antepasados aseguró el establecimiento de unas relaciones familiares superiores y de unos grupos familiares duraderos. [1]
La sociedad humana mejoraría enormemente si las razas civilizadas volvieran de manera más general a las costumbres de los consejos de familia de los anditas. Éstos no mantenían la forma patriarcal o autocrática de gobierno familiar. [2] La familia primitiva englobaba a un grupo relacionado por el trabajo, que incluía a los esclavos, y todos vivían en una sola vivienda. [3] El crecimiento de la idea de la familia es incompatible con la vida errante e inestable del cazador. [4] La lealtad y la vigilancia sobre la familia es la confianza humana más sagrada. [5]
Tenemos la obligación moral de representar a la generación anterior en la transmisión honrada de una riqueza legítima a las generaciones siguientes, después de deducir una tasa justa para el beneficio de la generación presente. [6]
La estabilidad y la persistencia asombrosas de la cultura china son una consecuencia de la posición suprema en que sitúan a la familia, porque la civilización depende directamente del funcionamiento eficaz de la familia. [7] El gran peligro que acecha a la vida familiar reside en la amenazadora marea creciente de la satisfacción de sí mismo, en la manía moderna del placer. [8]
Cuando toda una familia recibe el evangelio del reino, la paz permanece realmente en esa casa; pero cuando algunos miembros de la familia entran en el reino y otros rechazan el evangelio, una división así sólo puede producir pena y tristeza. [9]
En la casa de Jesús solían tener conferencias familiares periódicas. [10]
En lo que concierne a las relaciones familiares, Jesús dio prioridad a las costumbres aceptadas de la vida familiar tal como las encuentres establecidas en la época y en la generación de tu donación. [11]
El Maestro disertó con cierta amplitud sobre la familia terrenal, como una ilustración de la familia celestial, exponiendo las dos leyes fundamentales de la vida: el primer mandamiento de amor por el padre, el cabeza de familia, y el segundo mandamiento de amor mutuo entre los hijos, el de amar al hermano como a sí mismo. Jesús declaró que una verdadera familia está fundada en los siete hechos siguientes: [12]
Sus enseñanzas sobre Dios las basó en la familia, tratando al mismo tiempo de corregir la tendencia de los judíos a honrar excesivamente a sus antepasados. [13]
Para Jesús, la familia ocupaba el centro mismo de la filosofía de la vida, pero indicó claramente que las relaciones familiares no deben interferir con las obligaciones religiosas. [14]
Con la desaparición de las costumbres de los cazadores, cuando el pastoreo dio al hombre el control sobre la principal fuente de alimentación, el matriarcado llegó a su fin rápidamente. Simplemente fracasó porque no podía competir con éxito con la nueva familia gobernada por el padre. [15] Los jefes pacíficos de los clanes gobernaban generalmente por la línea materna; los jefes guerreros de las tribus establecieron la línea paterna. [16]
En los tiempos más primitivos, las mujeres eran propiedad de la comunidad y la madre dominaba la familia. El matriarcado era natural y biológico; el patriarcado es social, económico y político. [17] Los hombres rojos se aferraban a la familia materna y a la herencia de tíos a sobrinos. [18] La tradición china conserva la información nebulosa del pasado evolutivo, de la transición de la familia matriarcal a la familia patriarcal. [19] La aparición del robo de las esposas y la compra posterior de las mujeres aceleraron la desaparición del matriarcado. [20]
Bajo las costumbres matriarcales, la madre de la esposa gozaba en el hogar de una autoridad prácticamente suprema; incluso los hermanos de la esposa y los hijos de éstos eran más activos que el marido en la supervisión de la familia. [21]
Los jefes pacíficos de los clanes gobernaban generalmente por la línea materna; los jefes guerreros de las tribus establecieron la línea paterna. [22]
El primer cuerpo verdaderamente gubernamental fue el consejo de ancianos. Este reinado oligárquico de la edad se convirtió gradualmente en la idea del patriarcado. [23]
La vida pastoril tendió a crear un nuevo sistema de costumbres, el tipo patriarcal de vida familiar; y la base de la unidad familiar bajo las costumbres de los pastores y de los agricultores primitivos era la autoridad incuestionable y arbitraria del padre. [24]
No se puede tener una vida familiar sin niños; una vida así se puede vivir sin religión, pero esta desventaja multiplica enormemente las dificultades de esta íntima asociación humana. [25] Cada vez que fluctúan las costumbres se produce una oscilación en la estabilidad familiar. Ahora están surgiendo nuevas costumbres: [26]
El ideal edénico, toda la familia trabajando como horticultores, era una idea nueva en Urantia. [27]
Los ideales progresivos de la vida familiar conducen al concepto de que traer un hijo al mundo, en lugar de conferir ciertos derechos a los padres, implica la responsabilidad suprema de la existencia humana. [28] Una verdadera familia —una buena familia— revela a los padres procreadores la actitud del Creador hacia sus hijos. [29]
La familia fue el primer grupo pacífico con éxito, pues el hombre y la mujer aprendieron a ajustar sus antagonismos al mismo tiempo que enseñaban a sus hijos ocupaciones pacíficas. [30] Los miembros familiares obtienen beneficios y sufren las consecuencias de las acciones de otros. [31] El apetito sexual y el amor maternal establecen la familia. [32]
La familia es una institución temporal que no sobrevive a la muerte. Jesús no dudó en abandonar a su familia cuando ésta se opuso a la voluntad del Padre. [33]
El nivel de vida siempre ha influido sobre el tamaño de la familia. Cuanto más alto es el nivel más pequeña es la familia, hasta que se llega al punto en que la familia se estabiliza o se extingue gradualmente. [34] Razones por las que los antiguos deseaban familias numerosas: [35]
Casi todo lo que tiene valor duradero tiene sus raíces en la familia. [36] Las familias verdaderas están construidas sobre la tolerancia, la paciencia y el perdón. [37] La familia terrenal ilustra a la celestial. [38] El grupo social más eficaz de todos es la familia, y más concretamente los dos padres. La familia es la civilizadora principal. [39]
Una verdadera familia —una buena familia— revela a los padres procreadores la actitud del Creador hacia sus hijos, mientras que al mismo tiempo estos auténticos padres representan para sus hijos la primera de una larga serie de revelaciones progresivas acerca del amor del Padre Paradisiaco. [40]