Miguel, acompañado por un omniafín, se embarcó en una misión de otorgamiento de Melquisedek que dejó a los habitantes de Salvington esperando ansiosamente noticias. [1] Los omniafines están inscritos en los registros de personalidades del universo. [2]
Los omniafines que sirven como Asesores Técnicos pueden llegar a ser Compañeros del Paraíso, pero no tienen un estatus permanente y normalmente vuelven a sus deberes anteriores después de completar su ministerio. [3] Los omniafines, servidores y mensajeros exclusivos de los Siete Ejecutivos Supremos, no están directamente involucrados en el ascenso de los mortales. [4] El omniafín sirve como representante personal del Centinela Asignado en la sede del sistema. [5]
Los Omniaphim son servidores exclusivos de los Siete Ejecutivos Supremos, creados por el Espíritu Infinito, que residen en Uversa, pero no participan directamente en el progreso mortal. [6]