Los baalitas poseían generalmente casas, tierras y esclavos. Eran los propietarios aristócratas y vivían en las ciudades. [1]
Elías, uno de los profetas más grandes, empezó su enseñanza como defensor de las antiguas costumbres sobre la tierra y en contra de la actitud de los baalitas de vender las tierras, contra la tentativa de las ciudades por dominar el campo. [2] Los cananeos del norte, más establecidos, los baalitas, compraban, vendían e hipotecaban libremente sus tierras. [3] Cuando el partido político de Baal volvió al poder en Jerusalén es como empezó la verdadera esclavitud hacia Egipto. [4]