Este segundo Isaías contribuyó mucho a contrarrestar los numerosos conceptos erróneos y racialmente egoístas sobre la misión del Mesías prometido. [1]
Su descripción de los atributos infinitos del Padre Universal fue poética. Nunca se han vuelto a efectuar unas declaraciones más hermosas sobre el Padre celestial. [2] Fue el profeta del cautiverio en Babilonia. [3] Habló de salvación por el sacrificio y la redención. [4] Escribió los capítulos 40-55 en el Libro de Isaías. [5] Juan el Bautista impresionado por los escritos de Isaías. [6] Jesús afirmó que el Padre había hablado a través de Isaías. [7]
Véase también: LU 97:7; LU 126:4.6-7; LU 142:3.22; LU 174:5.3.