Dijo Jesús: Habéis oído decir que: ‘Si el ciego conduce al ciego, los dos se caerán al precipicio’. [1] Jesús le devolvió la vista a Bartimeo, un anciano ciego de Jericó. [2] Jesús le devolvió la vista a Josías, un mendigo ciego que pedía limosna junto al templo, e hizo esto en sábado. [3] Los rabinos enseñaban que todos estos casos de ceguera de nacimiento estaban causados por el pecado. [4]
Decía Jesús: Cuando ofrezcáis un banquete, invitad de vez en cuando a los pobres, a los mutilados y a los ciegos. De esa manera os sentiréis dichosos en vuestro corazón, porque sabéis muy bien que los cojos y los lisiados no pueden devolveros vuestra ayuda amorosa. [5]