La familia de Andón, el primer ser humano, vivió en cuevas. [1]
Cuando estaba en boga un animal determinado, dibujaban toscamente sus contornos en las paredes de las cavernas, y más tarde, a medida que las artes continuaron progresando, este dios animal era grabado en diversos ornamentos. [2]
Los aborígenes ignorantes y supersticiosos creían que las cuevas conducían al infierno, con sus espíritus y demonios malignos, en contraste con las montañas, habitado por espíritus buenos. [3] El Jordán surgía de una gruta subterránea. [4] Los mitraicos efectuaban sus ritos en cuevas. [5] La raza blanca del norte construyó viviendas; nunca vivieron en cavernas. [6]
En las cuevas de Europa occidental se pueden encontrar huesos humanos mezclados con los restos de animales árticos y tropicales, lo que demuestra que el hombre vivió en estas regiones durante las últimas épocas del avance y del retroceso de los glaciares. [7] Los cro-mañones del sur vivían generalmente en cavernas y grutas. [8]