En la religión egipcia, las almas armadas con magia podían llegar a la sala de juicio de Osiris, evitando a los espíritus malignos, para determinar su destino en la dicha o en el infierno. [1] El infierno fue inventado para castigar a los violadores de tabúes que eran vistos como cometedores tanto de crímenes como de pecados. [2]
Las tradiciones judías del cielo y el infierno, influenciadas por el zoroastrismo, incorporaron el concepto de un día de juicio vinculado al fin del mundo. [3]
Los primitivos no tenían ideas sobre el infierno o el castigo futuro, veían la otra vida como algo similar a esta sin desgracias, lo que los llevó a preferir morir antes de llegar a la vejez. [4] Los malvados, destruidos por el fuego bajo el mitraísmo, enfrentaban el juicio por la vida eterna con Mitra. [5]