La castidad de las muchachas era un gran obstáculo para casarse; dar a luz a un hijo antes del matrimonio incrementaba considerablemente el atractivo de una joven como esposa, puesto que el hombre estaba seguro de tener una compañera fértil. [1] El tabú de la castidad tuvo su origen como una fase de las costumbres relacionadas con la propiedad. [2]