Las deficiencias son inevitables en todos los niveles de existencia. [1]
Si los círculos psíquicos no se alcanzan debido a discapacidades inevitables, se nos concede una libertad condicional en los mundos de las mansiones para prolongar vuestro período de prueba. Se nos concederá un tiempo adicional para que demostremos nuestra valía. [2]
No puede haber ningún obstáculo debido a la herencia humana, ni ninguna privación causada por el entorno mortal, que la carrera morontial no compense plenamente y elimine por completo. [3]
El creyente que siente con certeza que está habitado por una parte del Absoluto-Padre se atreve a desafiar las limitaciones humanas porque sabe que tiene consigo a un poder superior que puede lograr esos retos. [4]
El estado físico puede obstaculizar a la mente, y la perversidad mental puede retrasar la consecución espiritual, pero ninguno de estos obstáculos puede vencer la elección que la voluntad ha hecho con toda su alma. [5]
Las limitaciones del intelecto, las restricciones de la educación, la privación de cultura, el empobrecimiento de la posición social e incluso unos criterios morales humanos inferiores ocasionados por la falta desafortunada de ventajas educativas, culturales y sociales, no pueden invalidar la presencia del espíritu divino en esos individuos desafortunados y humanamente perjudicados, pero creyentes. [6]
Aunque el legado hereditario de la dotación cerebral y el del supercontrol electroquímico actúan para delimitar la esfera de actividad eficaz del Ajustador, ninguna desventaja hereditaria impide nunca, en las mentes normales, el logro espiritual final. [7]
Los futuros habitantes de los universos exteriores carecerán de la presencia de una experiencia finita real. No podrán participar en la evolución del Todopoderoso Supremo. [8]