En la antigüedad, entre los primitivos, el atractivo de una muchacha como esposa aumentaba si ésta tenía un hijo antes del matrimonio, lo que muestra el cambio en los valores sociales hacia la castidad y la fidelidad. [1]
Los hombres han considerado a las mujeres como algo peculiar, incluso anormal, creyendo que no tenían alma y negándoles nombres, lo que llevó a la costumbre de que los sacerdotes tuvieran relaciones sexuales iniciales con vírgenes debido al temor de la primera relación sexual con una mujer. [2] Las vírgenes se dedicaban a cuidar los fuegos sagrados de los templos, que simbolizaban el espíritu purificador de sus deidades veneradas. [3] Los primitivos restringían las prácticas de baño de las vírgenes debido a las creencias sobre el parto y los espíritus. [4]
Los líderes religiosos concebidos como nacidos de vírgenes a menudo tienen carreras marcadas por acontecimientos milagrosos, y sus seguidores esperan con ansia su regreso. [5]
Los padres valoraban a las hijas vírgenes como bienes comerciales, lo que condujo a la imposición de normas de castidad y al surgimiento de clases de prostitutas profesionales. [6]