Aunque vuestra religión es un asunto de experiencia personal, es sumamente importante que lleguéis a conocer una gran cantidad de otras experiencias religiosas a fin de que podáis impedir que vuestra vida religiosa se vuelva egocéntrica — circunscrita, egoísta e insociable. [1]
Jesús estuvo libre de egocentrismo. En un genio religioso, una poderosa fe espiritual conduce muchas veces directamente a un fanatismo desastroso, a la exageración del ego religioso, pero esto no le sucedió a Jesús. [2]