La invención de los utensilios para defenderse permitió al hombre convertirse en cazador y liberarse así considerablemente de la esclavitud de la comida. Muchas tribus hicieron descubrimientos independientes de esta índole, y estas diversas formas de martillos representaron uno de los grandes pasos hacia adelante de la civilización humana. [1]
La civilización de Urantia se forjó literalmente entre el yunque de la necesidad y los martillos del miedo. [2]
Los Creadores poseen el pleno poder de hacer de Urantia un verdadero paraíso, pero un Edén así no contribuiría a desarrollar aquellos caracteres fuertes, nobles y experimentados que los Dioses están forjando con tanta seguridad en vuestro mundo entre el yunque de la necesidad y el martillo de la angustia. [3]