Algunos chamanes eran astutos embaucadores que inducían la autohipnosis mirándose el ombligo, impresionando y desconcertando a los miembros de la tribu con su misteriosa conducta. [1]
Los curanderos inducían el sueño en el templo para sanar, empleando diversas técnicas, entre ellas el canto, la cirugía y estados físicos inducidos por drogas. [2]
Los chamanes utilizaban el poder de la sugestión para controlar los peligros de la vida y buscar ayuda sobrehumana a través de la sugestión negativa, centrándose en hacer llover, curar enfermedades y detectar crímenes. [3]