El Padre trabaja para mejorar nuestra condición en la Tierra. Si todos nos pudiéramos curar de las enfermedades, indudablemente nos admiraríamos, pero es aun más importante purificarse de toda enfermedad espiritual y curarse de todas las dolencias morales. [1] Las enfermedades dolorosas y las plagas mundiales, a medida que pasa el tiempo, siempre se resuelven para el bienestar y el progreso de los universos. [2] El dolor es inevitable en un mundo que busca poder alcanzar la satisfacción de la felicidad. [3]
En otra época, los médicos creían que la sangría curaba numerosas enfermedades, pero desde entonces han descubierto remedios más eficaces para la mayoría de estas dolencias. [4]
Toda la vida de los hombres antiguos estaba basada en la prevención; su religión era en gran medida una técnica para prevenir las enfermedades. A pesar del error de sus teorías, las ponían sinceramente en práctica; tenían una fe ilimitada en sus métodos de tratamiento y esto, en sí mismo, es un poderoso remedio. [5]
La hipótesis más primitiva de la enfermedad y la muerte era que los espíritus causaban las enfermedades atrayendo el alma fuera del cuerpo. Aunque la creencia era errónea, se aislaba eficazmente a las personas aquejadas y se impedía la propagación de las enfermedades contagiosas. [6] Los hombres primitivos creían que la enfermedad:
Cocer, hervir y asar los alimentos son medios de evitar las enfermedades. [13]
Existen ciertas sustancias químicas curativas, que cuando nuestros científicos las conozcan mejor serán más eficaces en el tratamiento de las heridas, e indirectamente sabrán controlar mejor ciertas enfermedades graves. [14] Las células humanas son similares a los organismos vivientes microscópicos y ultramicroscópicos de nuestro planeta que producen las enfermedades. [15]
La mayoría de las bacterias que producen las enfermedades, y sus cuerpos auxiliares los virus, pertenecen en realidad a este grupo de hongos parasitarios renegados. [16]
La fe exhibe un equilibrio inexplicable a pesar de las enfermedades desconcertantes e incluso de los sufrimientos físicos agudos. [17] En la curación de enfermedades hay que usar tanto tratamiento materiales como las prácticas espirituales de la oración y el estímulo de la fe. [18]
La fe que restablecía la salud con los cuidados descabellados de los antiguos chamanes no era, después de todo, materialmente diferente de la curación no científica actual. [19]
En el hospital de Betsaida organizado por creyentes en Jesús los enfermos segregados según sus dolencias. [20] Jesús atendió a una mujer cuya única enfermedad era que tenía debilidad de carácter. [21] En la era del otorgamiento del Hijo la enfermedad ha sido prácticamente vencida. [22]
Las células del cuerpo de los Hijos Materiales y de su progenie son mucho más resistentes a las enfermedades que las de los seres evolutivos originarios del planeta. [23]
El gran obstáculo que se le presenta a Urantia en el asunto de alcanzar el elevado destino planetario de la luz y la vida se encuentra en los problemas de la enfermedad, la degeneración, la guerra, las razas multicolores y el multilingüismo. [24] Existen enfermedades físicas, mentales y emocionales; y hasta la época de Jesús existieron las posesiones demoníacas. [25]
La humanidad ha aprendido muy lentamente los secretos materiales de la relación entre las causas y los efectos. El desarrollo de la era científica está destruyendo de manera lenta pero segura las teorías seculares del hombre sobre la enfermedad y la muerte. [26] Enfermedades mencionadas en El Libro de Urantia son: