En nación continental más desarrolada de un planeta vecino utilizan métodos para enfrentarse con el crimen, la locura y la degeneración, que aunque en algunos aspectos nos agradarían, en otros nos resultarían espantosos. Los criminales empedernidos más peligrosos y los locos incurables son condenados por los tribunales a morir en las cámaras de gas letal. [1]
El crimen era un ataque a las costumbres de la tribu. [2] Los métodos primitivos para descubrir los crímenes consistían en utilizar las ordalías del veneno, el fuego y el dolor. [3]
El homicidio accidental no se reconocía, y cuando se castigaba un crimen, no se tenía en cuenta en absoluto el móvil del criminal; la sentencia se pronunciaba de acuerdo con los daños ocasionados. [4] Hoy se pueden encontrar, en África y en otros lugares, pueblos primitivos que matan a alguien cada vez que se produce una muerte no violenta. [5]
Al principio del desarrollo de su profesión, los chamanes empezaron a especializarse en labores tales como provocar la lluvia, curar las enfermedades y detectar los crímenes. [6]
Con el paso del tiempo se aprendió que la severidad del castigo no era tan válida para disuadir a los criminales, como la certidumbre y la rapidez en su ejecución. [7]