Los caldeos cercanos a Ur figuraban entre los semitas orientales más avanzados. [1] Los caldeos fueron de los primeros que abandonaron los sacrificios humanos en circunstancias corrientes, sustituyéndolos por animales. [2]
Las tribus caldeas reconocían el derecho que tenía una esposa de imponer a su marido la promesa prenupcial de que no tomaría una segunda esposa o una concubina. [3]
Fueron adeptos al culto a las estrellas, y pensaban que eran hijos del padre cielo y de la madre Tierra. Los caldeos colocaban al Sol en el centro de «los siete círculos del universo». También estimaban que las estrellas eran la causa del sufrimiento. [4]