Jesús, el galileo de sangre caliente llamado Maestro, era una personalidad intelectual y espiritual fuerte y enérgica, pero a la vez gentil y modesta. [1]
Entre los numerosos empleados de Zebedeo en Capernaúm, Jesús fue conocido por primera vez como «Maestro» durante las reuniones semanales con los ayudantes de la casa, la tienda y la orilla, quienes lo amaban profundamente, aunque extrañaba a los niños de la carpintería de Nazaret. [2]