Los camellos y las llamas tuvieron su origen en América del Norte. [1]
América del Norte se llenó de rumiantes —ciervos, bueyes, camellos, bisontes y diversas especies de rinocerontes. Enormes manadas de caballos se juntaron con los camellos en las planicies occidentales de América del Norte. [2] Los camellos norteamericanos se fueron a China. [3] Las llamas y los camellos parecidos a las jirafas se mezclaban con los caballos en los pastizales de las llanuras. [4] Durante estas épocas primitivas del período glacial, América del Norte estaba plagada de mastodontes, mamuts lanudos, caballos, camellos y otros. [5]
El camello fue domesticado hacia el 5000 a.C. [6]
«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos! Sois realmente unos guías ciegos y unos educadores estúpidos; filtráis los mosquitos y os tragáis los camellos». [7]
«Tenéis un dicho que dice que ‘es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que los paganos hereden la vida eterna.’ Y yo declaro que es igual de fácil que ese camello pase por el ojo de la aguja, a que estos ricos satisfechos de sí mismos entren en el reino de los cielos». [8]