Andón y Fonta, los primeros padres del género humano, casi pierden la vida en numerosas ocasiones antes de cumplir los ocho años. [1]
Nuestros antepasados prehumanos estuvieron al borde de la extinción varias veces. La rana ancestral, la madre de los mamíferos precursos, y la madre de los gemelos primates, que sufrió el mayor peligro por un rayo, estuvieron a punto de fallecer en varias ocasiones. [2]