El secreto que acompaña las excreciones corporales nació del miedo a que un enemigo pudiera tomar posesión de algo que procediera del cuerpo y emplearlo en una magia perjudicial; por lo tanto, todos los excrementos del cuerpo se enterraban cuidadosamente. [1] El cuerpo morontial utiliza plenamente tanto la comida como el agua, pero no hay desechos residuales. [2]