El consejo de Jesús sobre la riqueza: Ningún mortal que conoce a Dios y trata de hacer la voluntad divina puede rebajarse hasta comprometerse con las opresiones de la riqueza. Ningún hombre noble se esforzará por acumular riquezas y amasar un poder financiero mediante la esclavización o la explotación injusta de sus hermanos en la carne. [1] Jesús detestaba aprovecharse de los débiles, ignorantes o menos afortunados. [2]
El autocontrol conduce al servicio altruista; la admiración de sí mismo tiende a explotar a los demás para el engrandecimiento egoísta del individuo equivocado que está dispuesto a sacrificar una justa consecución a fin de poseer un poder injusto sobre sus semejantes. [3]