El Ajustador da origen al interés desinteresado en el bienestar de los demás; conduce a la felicidad. [1] Las diferencias en de categoría entre las razas y los grupos son esenciales para el desarrollo de la tolerancia y el altruismo. [2] Todo ser humano experimenta muy pronto algún tipo de conflicto entre sus impulsos egoístas y sus impulsos altruistas. [3]
El fuego fue un gran civilizador, proporcionando al hombre el primer medio para ser altruista sin perder nada, pues le permitía ofrecer unas brasas ardientes a un vecino sin despojarse de nada. [4] El altruismo es aprendido en la propia familia. [5] Es más bienaventurado dar que recibir. [6] El alma noble es generosa entre los codiciosos. [7] Solo la religión aumenta de manera duradera el altruismo. [8] Sólo una personalidad bien unificada puede arbitrar disputas multiformes entre los anhelos del ego y el altruismo. [9] El altruismo sobredesarrollado puede lesionarse gravemente a uno mismo. [10] La razón, la moralidad y la religión son necesarias para el altruísmo. [11] El desinterés es inherente al amor de los padres. [12]
El altruismo —el servicio a los semejantes— ¿es deseable? Entonces la experiencia de la vida debe proporcionar situaciones donde se encuentren desigualdades sociales. El desinterés —el espíritu del olvido de sí mismo— ¿es deseable? Entonces el hombre mortal debe vivir cara a cara con las reivindicaciones incesantes de un ego ineludible que pide reconocimiento y honores. [13] No es ni ternura ni altruismo ofrecer una compasión inútil a unos seres humanos degenerados, a unos mortales anormales e inferiores insalvables. [14]
El altruismo es la insignia de la grandeza humana. [15]
Las criaturas de Havona son desinteresadas, pero nunca han conseguido estos niveles experienciales mediante la magnífica victoria sobre un yo beligerante. [16] No existe una palabra en latín para altruismo. [17] Aparte del instinto parental, el desinterés no es totalmente natural; no se ama por naturaleza a las otras personas. [18]