Jesús celebró la Pascua sin el cordero pascual, enfatizando la importancia de la verdad espiritual por sobre los rituales tradicionales. [1]
Jesús le dijo a Pedro que apacentara a sus corderos, que atendiera a los débiles, a los pobres y a los jóvenes, que predicara el evangelio sin temor, que sirviera a los demás, que perdonara libremente y que valorara la meditación y la reflexión. [2]
Los apóstoles estaban acostumbrados a que Jesús celebrara la Pascua sin el cordero, ya que no participaba en los servicios sacrificiales del sistema judío. [3]
El cordero se convirtió en un animal sacrificial típico en la religión evolutiva primitiva, representando a un dios olvidado o a un culto desaparecido. [4]