Jesús se decidió por una política coherente de vivir de acuerdo con las leyes naturales, aunque su Ajustador Personalizado advirtió que estas leyes podrían acelerarse considerablemente en ciertas circunstancias. [1] El hombre recoge la cosecha de sus esfuerzos por cumplir con las leyes naturales. [2]
La previsibilidad de los fenómenos físicos disminuye a medida que uno se aleja del Paraíso, y se topa con fuerzas que están más allá de nuestra comprensión a pesar de nuestra comprensión de las leyes universales. [3]
El pecado afecta a más que solo el individuo; sus consecuencias se propagan por todos los niveles de la existencia, pero solo se manifiestan plenamente en acciones, no solo en pensamientos o intenciones. [4]