Todo conocimiento finito y la comprensión de las criaturas son relativos, y varían en su completitud y exactitud según la experiencia y la perspectiva personales, mientras que la verdad divina permanece uniforme y universal. [1]
No dejéis que vuestras incursiones en descubrimientos apenas vislumbrados de la relatividad perturben vuestros conceptos de la eternidad y la infinitud de Dios. [2] No os dejéis engañar por el concepto de ideas estáticas; abrazad la verdad siempre cambiante de la relatividad en el universo. [3]
La fórmula que iguala la energía y la materia establece que la masa aumenta en proporción a la energía dividida por el cuadrado de la velocidad de la luz. [4]
En la realidad cósmica, la materia y la energía son manifestaciones diversas del mismo fenómeno presente en el Padre Universal, de quien todas las cosas consisten. [5]