Alcanzar al Padre Universal es el pasaporte para la eternidad, a pesar de los circuitos que queden por atravesar. [1] En el principio hipotético no existía diferenciación en toda la infinidad. [2] En la eternidad todo es, incluso si no se ha revelado en el tiempo y el espacio. [3] Existen registros guardados desde la personificación del Espíritu Infinito. [4] El tiempo es la imagen móvil de la eternidad, y el espacio la sombra fugaz de las realidades del Paraíso. [5]
Simultaneidad circular, no secuencia lineal. Lo que anteriormente aparecía como una sucesión de acontecimientos se verá ahora como un ciclo completo y perfectamente relacionado; de esta manera, la simultaneidad circular desplazará cada vez más a la antigua conciencia de la secuencia lineal de los acontecimientos. [6]
Es más adecuado concebir la eternidad como un ciclo, y el propósito eterno como un círculo sin fin, un ciclo de eternidad sincronizado de alguna manera con los ciclos transitorios materiales del tiempo. [7]
Hay que concederle a la filosofía humana un punto de origen; incluso las personalidades que están muy por encima del nivel humano necesitan el concepto de un «comienzo». Sin embargo, el sistema Paraíso-Havona es eterno. [8] En los universos evolutivos, la eternidad es la perpetuidad temporal —el eterno ahora. [9] Las criaturas espacio-temporales no pueden comprender la eternidad. [10]
Véase también: LU 118:1.